El cubano nacionalizado español Orlando Ortega, que se colgó este martes una plata en los 110 metros vallas de los Juegos Olímpicos de Rio, afirmó que quiere ayudar a que el atletismo pueda competir con el fútbol en popularidad en su nuevo país.
"Quiero poner el atletismo español a la altura del fútbol. Que sea cada vez más popular. Que pueda competir y que pueda llegar a ponerse una primera página (de un periódico) con atletismo", afirmó al término de la prueba, envuelto en una bandera española.
El propio Ortega, que corrió en 13.17 la final olímpica, ganada por el jamaicano Omar McLeod (13.05), es un grandísimo fanático del fútbol y especialmente del Real Madrid.
"Pero ahora no pienso en el fútbol, no pienso en el Santiago Bernabeu. Pienso en esta medalla", aseguró.
Orlando Ortega dejó de competir con Cuba en 2013 y desde entonces inició un largo proceso que culminó en vísperas de estos Juegos Olímpicos, cuando se confirmó que estaba autorizado a competir en ellos.
"Cuando vine desde España prometí que lo iba a dar todo. Esta plata para mí es como un oro. Han sido tres años sumamente difíciles, con mucha tensión, pero he contado con la confianza y el apoyo de los míos", celebró.
"Yo me fui de Cuba para tener otra ilusión y otro estilo de vida. Sólo salí en busca de nuevos objetivos", apuntó sobre su país natal, dedicando su medalla a todos sus familiares y amigos que siguen en la isla caribeña.
A pesar de ello, Ortega explicó que al finalizar la prueba le querían dar una bandera de Cuba, pero que él buscó como fuera la de España para dar la vuelta al estadio con ella, como había prometido.
"España es un país muy alegre, muy divertido. Me ha dado la alegría y la tranquilidad que me hacía falta", afirmó.
Como nuevo español, Ortega dijo que le encantan "las cañitas" y que quería celebrar la victoria comiendo "una gran paella".
"Pero una paella de carne, que no me gusta el marisco", puntualizó.
En la final, Ortega volvió a fallar en su punto débil, la salida, y afirmó que lo trabajará para no tener problemas en el futuro.
"La salida fue lamentable, una arrancada pésima. Pero luego he tenido la confianza para ir adelante. En la salida de la décima valla estaba ya en posición de medalla. Hasta que crucé la meta no tenía claro nada. Estoy muy orgulloso de lo conseguido", afirmó.
El vallista hispano-cubano afirmó que ya está pensando en 2017, donde quiere participar en el Europeo bajo techo y en el Mundial al aire libre.
"Han sido años muy difíciles. No me pongo límites. Estoy seguro de que vendrán muchos éxitos más", sentenció.