María Aliójina, Nadezhda Tolokónnikova y Ekaterina Samutsévich, tienen 24, 22 y 29 años, respetivamente y ya llevan cinco meses tras las rejas. El clamor por la libertad de ellas, que un inicio era escaso y solo dentro de la sociedad rusa, ahora tiene alcance internacional.
La cantante de pop estadounidense Madonna, de gira por Polonia, Ucrania y Rusia, hizo una fuerte apelación para que las chicas fueran liberadas.
"Tengo suerte de ser de América, donde podemos expresarnos como artistas y como individuos, incluso si la gente no está de acuerdo contigo, incluso si el Gobierno no está de acuerdo. Eso es democracia. Quiero decir unas palabras sobre Pussy Riot. No busco ser irrespetuosa con la Iglesia o el Gobierno, pero estas tres chicas: Masha, Katya y Nadya, ya han pagado y rezo por su libertad. Tienen derecho a ser libres” dijo la cantante en pleno concierto.
De paso se quitó la blusa, y se quedó en sostenedores, para mostrar en su espalda el nombre del grupo rebelde – Pussy Riot y cantó con un mascara similar a las que usan las rockeras rusas.
Yoko Ono, lanzó a través de su cuenta de Twitter un llamado a Putin para que utilice las cárceles como centro de detención de criminales no para los músicos. Aprovechando la celebración de los Juegos Olímpicos en Londres, varias celebridades de la música británica, como Pete Townshend ( The Who), Corinne Bailey Rae, Alex Kapranos (Franz Ferdinand), Jarvis Cocker (Pulp), Johnny Marr (The Smiths), Neil Tennant (Pet Shop Boys), Martha Winwright, Kate Nash y otros, exigieron a Moscú el respeto a la libertad de expresión y afirman que la acusación es ridícula. Otros que han levantado su voz a favor de la libertad de las cantantes rusas son la banda estadounidense Red Hot Chili Peppers y del músico británico Sting. Este último ha dado numerosos conciertos en Moscú, aún en los tiempos de la Unión Soviética y tiene millones de admiradores en el país eslavo.
Miembros de todas sus fracciones del parlamento alemán entregaron al embajador ruso una carta donde claman por la liberación de las cantantes y exigen el respeto de la libertad de expresión y creatividad. Amnistía Internacional emitió una declaración donde aseguran que el juicio “nunca debió de haber ocurrido”.
En marzo pasado las chicas, que habían realizado una serie de “actuaciones” en diferentes lugares del país, como la Plaza Roja, las estaciones del metro, los techos de los trolebuses, o los concesionarios de autos de lujos, hicieron una aparición de escasos cuatro minutos en la catedral de Moscú. Irrumpieron en la iglesia, entonaron lo que llaman un rezo anti-Putin, pidieron a la Virgen María que se lo llevara lejos y denunciaron el contubernio entre la jerarquía eclesial rusa y Vladimir Putin.
Todas sus apariciones fueron espontáneas, breves y escandalosas. El grupo lo componen siete muchachas pero la policía solo pudo identificar a dos María Aliójina y Nadezhda Tolokónnikova; Ekaterina Samutsévich se personó en la comisaría para acompañar a sus colegas detenidas.
En junio pasado, en Rusia, decenas de personalidades de la cultura firmaron una carta abierta en apoyo de las cantantes. Entre los firmantes están los actores Oleg Basilashvili, Evgueni Mironov, Lia Ajedzhakova; los directores de cine Eldar Riazanov, Aleksey German, Roman Viktiuk, Mark Zajarov, Andrey Konchalovski, Pavel Chujrai, Fiodor Bondarchuk; los escritores Mijaíl Zhvanetski, Liudmila Ulitskaya; los músicos Andrey Makarevich (Machina Vremia), Valeri Meladze, Diana Arbenina; el bailarín Nikolai Tsiskaridze, y otros.
Dentro de una semana se conocerá el veredicto, la fiscalía pide tres años de cárcel. Están acusadas de gamberrismo e incitación al odio religioso, pero las Pussy Riot denuncian la motivación política detrás de este proceso que recuerda las purgas estalinistas.
La cantante de pop estadounidense Madonna, de gira por Polonia, Ucrania y Rusia, hizo una fuerte apelación para que las chicas fueran liberadas.
"Tengo suerte de ser de América, donde podemos expresarnos como artistas y como individuos, incluso si la gente no está de acuerdo contigo, incluso si el Gobierno no está de acuerdo. Eso es democracia. Quiero decir unas palabras sobre Pussy Riot. No busco ser irrespetuosa con la Iglesia o el Gobierno, pero estas tres chicas: Masha, Katya y Nadya, ya han pagado y rezo por su libertad. Tienen derecho a ser libres” dijo la cantante en pleno concierto.
De paso se quitó la blusa, y se quedó en sostenedores, para mostrar en su espalda el nombre del grupo rebelde – Pussy Riot y cantó con un mascara similar a las que usan las rockeras rusas.
Yoko Ono, lanzó a través de su cuenta de Twitter un llamado a Putin para que utilice las cárceles como centro de detención de criminales no para los músicos. Aprovechando la celebración de los Juegos Olímpicos en Londres, varias celebridades de la música británica, como Pete Townshend ( The Who), Corinne Bailey Rae, Alex Kapranos (Franz Ferdinand), Jarvis Cocker (Pulp), Johnny Marr (The Smiths), Neil Tennant (Pet Shop Boys), Martha Winwright, Kate Nash y otros, exigieron a Moscú el respeto a la libertad de expresión y afirman que la acusación es ridícula. Otros que han levantado su voz a favor de la libertad de las cantantes rusas son la banda estadounidense Red Hot Chili Peppers y del músico británico Sting. Este último ha dado numerosos conciertos en Moscú, aún en los tiempos de la Unión Soviética y tiene millones de admiradores en el país eslavo.
Miembros de todas sus fracciones del parlamento alemán entregaron al embajador ruso una carta donde claman por la liberación de las cantantes y exigen el respeto de la libertad de expresión y creatividad. Amnistía Internacional emitió una declaración donde aseguran que el juicio “nunca debió de haber ocurrido”.
En marzo pasado las chicas, que habían realizado una serie de “actuaciones” en diferentes lugares del país, como la Plaza Roja, las estaciones del metro, los techos de los trolebuses, o los concesionarios de autos de lujos, hicieron una aparición de escasos cuatro minutos en la catedral de Moscú. Irrumpieron en la iglesia, entonaron lo que llaman un rezo anti-Putin, pidieron a la Virgen María que se lo llevara lejos y denunciaron el contubernio entre la jerarquía eclesial rusa y Vladimir Putin.
Todas sus apariciones fueron espontáneas, breves y escandalosas. El grupo lo componen siete muchachas pero la policía solo pudo identificar a dos María Aliójina y Nadezhda Tolokónnikova; Ekaterina Samutsévich se personó en la comisaría para acompañar a sus colegas detenidas.
En junio pasado, en Rusia, decenas de personalidades de la cultura firmaron una carta abierta en apoyo de las cantantes. Entre los firmantes están los actores Oleg Basilashvili, Evgueni Mironov, Lia Ajedzhakova; los directores de cine Eldar Riazanov, Aleksey German, Roman Viktiuk, Mark Zajarov, Andrey Konchalovski, Pavel Chujrai, Fiodor Bondarchuk; los escritores Mijaíl Zhvanetski, Liudmila Ulitskaya; los músicos Andrey Makarevich (Machina Vremia), Valeri Meladze, Diana Arbenina; el bailarín Nikolai Tsiskaridze, y otros.
Dentro de una semana se conocerá el veredicto, la fiscalía pide tres años de cárcel. Están acusadas de gamberrismo e incitación al odio religioso, pero las Pussy Riot denuncian la motivación política detrás de este proceso que recuerda las purgas estalinistas.