El número de accidentes de tránsito en Cuba ha aumentado de manara significativa, tanto así, que periódicos oficialistas han resaltado la gravedad del asunto.
De acuerdo con las cifras oficiales en la primera mitad del 2012 los accidentes ascendieron a 5.637, lo que representa un aumento con respecto al mismo periodo en el 2011, convirtiéndose en la cifra más alta para esos meses en los últimos 12 años.
Como consecuencia, entre enero y junio del actual año, fallecieron 363 personas, un 13,4 por ciento más que en esa misma etapa en el 2011. Mientras, el número de heridos desde comienzos de este año hasta junio era de 4.388, la cifra más alta desde el 2000.
La situación vial
“Ciertamente la situación de la señalización en las carreteras y calles de Cuba es francamente lamentable y lo mismo hay que decir del estado de las vías” afirma René Gómez Manzano, director de la Corriente Agramontina de Abogados Independientes.
Los conductores en todo momento se enfrentan a baches y obstáculos inesperados y al tratar de eludirlos se pueden salir de la carretera o se ven obligados a invadir la senda opuesta “por lo que el mal estado de la infraestructura resulta determinante en resultados tan alarmantes que además no se justifican debido al tránsito relativamente pequeño que existen en nuestras ciudades y en el país en general”, agrega Manzano.
Además, señala “el estado de los vehículos también es un factor que incide en esta problemática porque se trata de vehículos con más de 40 o 50 años de antigüedad con una serie de adaptaciones y carencias que no son las más adecuadas para una óptima circulación vial”.
Desde el 2011 en Cuba se implementó un nuevo código vial que impone medidas más severas contra infracciones como el exceso de velocidad o conducir bajo los efectos del alcohol.
Sin derecho a demandas
Arreglar las carreteras y asegurar la señalización adecuada es responsabilidad del Estado, sin embargo, un ciudadano que se vea involucrado en un accidente no tiene derecho a demandar a las entidades pertinentes, explica la abogada independiente Laritza Diversent y dice “no hay forma en la legislación nacional para demandar al Estado y exigirle responsabilidad, ni siquiera a un organismo de la administración central estatal”.
“De hecho en la misma legislación que regula la vialidad y el tránsito el Estado salva su responsabilidad al obligarlos a ser negligentes en cuanto vayan por los tramos de carreteras que estén en mal estado. Obligan a los conductores de vehículos a poner especial atención en esos tramos que prácticamente es imposible transitar o se transita con muchas dificultades, si no prevé y ocurre un accidente como el del 22 de julio en el que murió el disidente Oswaldo Payá y Harold Cepero pues la responsabilidad es completamente del conductor”, explica la experta.
La bogada se refiere a la ley número 109 implementada en el año 2010.
"Baches, cortes, huecos, registros abiertos..."
De acuerdo con el Granma se ha puesto en marcha un programa para mejorar las calles “pero la deuda vial es grande, sobre todo por la falta de organización y disciplina” donde especifican que hay demasiadas fichas que mover para arreglar una carretera entre ellas los Ministerios de Informática y las Comunicaciones, Industria Básica y Transporte, así como el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos y el Poder Popular donde los principales problemas son de “coordinación con la ejecución y culminación de los trabajos de algunos organismos”.
Resaltan además la existencia de “baches, cortes, huecos, registros abiertos, mal tapados o por debajo del nivel de las calles. Avenidas y calzadas que se asfaltan y días después se vuelven a "romper" por roturas en las redes soterradas y las vías secundarias”.
Las quejas de peatones y conductores son frecuentes y abundantes. Adán Villamar Pérez presentó una que fue publicada en el sitio digital de Trabajadores: “Para poder irnos a trabajar tenemos que caminar más de seis kilómetros y de esta manera poder coger la guagua, debido a que las calles de nuestro pueblo están llenas de huecos, yo diría de lagunas, por lo cual a los ómnibus se les imposibilita la llegada hasta nosotros”, manifestó el hombre quien reside en el poblado Camalote en Camaguey y trabaja en la playa de Santa Lucía.
Agrega en su reclamo que “estas quejas ya las hemos planteado en reuniones de rendición de cuenta y la respuesta ha sido que con el cambio del municipio de Guáimaro a Nuevitas no se ha podido asignar a Camalote el presupuesto pertinente; pero esto ocurrió hace un año y todavía las calles siguen igual. Los trabajadores continuamos caminando esa cantidad de kilómetros y a nadie le importa”.
De acuerdo con las cifras oficiales en la primera mitad del 2012 los accidentes ascendieron a 5.637, lo que representa un aumento con respecto al mismo periodo en el 2011, convirtiéndose en la cifra más alta para esos meses en los últimos 12 años.
Como consecuencia, entre enero y junio del actual año, fallecieron 363 personas, un 13,4 por ciento más que en esa misma etapa en el 2011. Mientras, el número de heridos desde comienzos de este año hasta junio era de 4.388, la cifra más alta desde el 2000.
La situación vial
“Ciertamente la situación de la señalización en las carreteras y calles de Cuba es francamente lamentable y lo mismo hay que decir del estado de las vías” afirma René Gómez Manzano, director de la Corriente Agramontina de Abogados Independientes.
Los conductores en todo momento se enfrentan a baches y obstáculos inesperados y al tratar de eludirlos se pueden salir de la carretera o se ven obligados a invadir la senda opuesta “por lo que el mal estado de la infraestructura resulta determinante en resultados tan alarmantes que además no se justifican debido al tránsito relativamente pequeño que existen en nuestras ciudades y en el país en general”, agrega Manzano.
Además, señala “el estado de los vehículos también es un factor que incide en esta problemática porque se trata de vehículos con más de 40 o 50 años de antigüedad con una serie de adaptaciones y carencias que no son las más adecuadas para una óptima circulación vial”.
Desde el 2011 en Cuba se implementó un nuevo código vial que impone medidas más severas contra infracciones como el exceso de velocidad o conducir bajo los efectos del alcohol.
Sin derecho a demandas
Arreglar las carreteras y asegurar la señalización adecuada es responsabilidad del Estado, sin embargo, un ciudadano que se vea involucrado en un accidente no tiene derecho a demandar a las entidades pertinentes, explica la abogada independiente Laritza Diversent y dice “no hay forma en la legislación nacional para demandar al Estado y exigirle responsabilidad, ni siquiera a un organismo de la administración central estatal”.
“De hecho en la misma legislación que regula la vialidad y el tránsito el Estado salva su responsabilidad al obligarlos a ser negligentes en cuanto vayan por los tramos de carreteras que estén en mal estado. Obligan a los conductores de vehículos a poner especial atención en esos tramos que prácticamente es imposible transitar o se transita con muchas dificultades, si no prevé y ocurre un accidente como el del 22 de julio en el que murió el disidente Oswaldo Payá y Harold Cepero pues la responsabilidad es completamente del conductor”, explica la experta.
La bogada se refiere a la ley número 109 implementada en el año 2010.
"Baches, cortes, huecos, registros abiertos..."
De acuerdo con el Granma se ha puesto en marcha un programa para mejorar las calles “pero la deuda vial es grande, sobre todo por la falta de organización y disciplina” donde especifican que hay demasiadas fichas que mover para arreglar una carretera entre ellas los Ministerios de Informática y las Comunicaciones, Industria Básica y Transporte, así como el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos y el Poder Popular donde los principales problemas son de “coordinación con la ejecución y culminación de los trabajos de algunos organismos”.
Resaltan además la existencia de “baches, cortes, huecos, registros abiertos, mal tapados o por debajo del nivel de las calles. Avenidas y calzadas que se asfaltan y días después se vuelven a "romper" por roturas en las redes soterradas y las vías secundarias”.
Las quejas de peatones y conductores son frecuentes y abundantes. Adán Villamar Pérez presentó una que fue publicada en el sitio digital de Trabajadores: “Para poder irnos a trabajar tenemos que caminar más de seis kilómetros y de esta manera poder coger la guagua, debido a que las calles de nuestro pueblo están llenas de huecos, yo diría de lagunas, por lo cual a los ómnibus se les imposibilita la llegada hasta nosotros”, manifestó el hombre quien reside en el poblado Camalote en Camaguey y trabaja en la playa de Santa Lucía.
Agrega en su reclamo que “estas quejas ya las hemos planteado en reuniones de rendición de cuenta y la respuesta ha sido que con el cambio del municipio de Guáimaro a Nuevitas no se ha podido asignar a Camalote el presupuesto pertinente; pero esto ocurrió hace un año y todavía las calles siguen igual. Los trabajadores continuamos caminando esa cantidad de kilómetros y a nadie le importa”.