A propósito de la lectura de la definición de líderes negativos, circulada entre los colectivos docentes en la Universidad de Oriente de la provincia Santiago de Cuba, (que se cita íntegramente). Condujo a quien escribe a retomar varios textos acerca de la ética, la moral, qué se considera éticamente aceptable o no. Además de algunas cuestiones relacionadas con las diferentes perspectivas de análisis de la política.
Temas que resultan complejos y polémicos para futuros análisis, que permitan valorar cómo la ética es atravesada por la cultura del individuo y del contexto, y cómo las prácticas sociales y culturales generan contradicciones, al punto de que lo éticamente aceptable, llegue el momento de que no lo sea, así cómo la tendencia del enfoque horizontal, que vincula la política con el poder resulta propio del sistema político cubano.
Líderes negativos: aquellos que lejos de cumplir con las misiones educativas transmiten conceptos contrarios a nuestra ideología y crean estados de opinión desfavorables. Son los que introducen dudas y fomentan la desconfianza en nuestro proceso y la capacidad de sus líderes. Los que transmiten escepticismo. Los que de forma solapada o no se vuelven constantes cuestionadores de las políticas del país o de la Universidad y lo transmiten a los alumnos o al colectivo. Aquellos que manifiestamente o no subestiman las tareas y compromisos colectivos y se vuelven ejemplos de ¨apolíticos independientes¨ o ¨libres pensadores¨. Todas y muchas más posiciones negativas la hacen de manera consciente.
Según el Dr. Pedro Horrutinier, uno de los estudiosos más destacados de la formación de profesionales en la actualidad en Cuba, la misión de la Educación Superior es la de preservar, desarrollar y promover, a través de sus procesos sustantivos y en estrecho vínculo con la sociedad, la cultura de la humanidad. (2008).
Significa de forma más sencilla, preparar a los estudiantes para la vida en sociedad a través de la formación de conocimientos, habilidades y valores para que sean útiles y se sientan comprometidos socialmente, propiciando el desarrollo de la sociedad en la esfera de actuación donde se desempeñen.
Transmitir y promover los conceptos contrarios a una ideología, en este caso la de la Revolución Cubana, acaso no forma parte de la cultura general, y en términos específicos de la cultura política. Y al generar estados de opinión, fomentando la crítica, autocrítica y la verdadera reflexión, precisamente no se desarrolla la cultura, y se potencian valores necesarios a todo profesional. Entonces, esos ¨líderes negativos¨ cumplen o no con las misiones educativas?
Se considera que, no se trata de incumplimiento del encargo social de la universidad por parte de docentes u otros trabajadores, sino sencillamente que las ideas, opiniones y cuestionamientos, cuando no responden, cuando no se identifican con la ideología del gobierno en el poder, no tienen cabida! Singularidad de los gobiernos totalitarios.
Provocar que los estudiantes piensen, cuestionen y aborden los diferentes procesos y problemáticas que ocurren en la isla de forma objetiva, realista, crítica, lejos de fomentar dudas y desconfianza, lo que propician es la asunción de una postura a favor de propiciar cambios para resolver o/y mejorar cualquier proceso o problema en las diferentes esferas, económica, política, social y cultural. Elementos que el modelo de formación cubano asume dentro de los objetivos de su dimensión educativa.
Asoma, por otro lado en el segundo enunciado de la definición el estigma de líder indiscutible, único y capaz de conducir al país hacia el bienestar, o empleando una de sus frases, ¨por el camino correcto¨. Tema ya consabido.
Algunas de las competencias a fines a todos los modelos profesionales de la universidad, son precisamente la de argumentar, valorar aplicando la dialéctica y sobre bases éticas, donde ser críticos, objetivos y humanos constituyen valores esenciales. Por tanto el cuestionamiento, resulta una habilidad propia de todo profesional competente en formación o posgraduado, al punto de ser natural en su comportamiento cotidiano.
Por otra parte, el cuestionamiento solapado o sencillamente la indiferencia no son actitudes dignas de un profesional que se respete. Por lo que ser sincero y decir lo que se piensa, lejos de constituir una actitud negativa, resultan ser cualidades de un hombre honrado, como bien apuntaba nuestro José Martí.
Se infiere que los que se atribuyen la facultad de llamar ¨negativos¨ a los que piensan diferente, saben que las distintas políticas del país o de la universidad son cuestionadas, y que se realizan incluso de forma encubierta, acaso no se preguntan por qué ocurre esto. Dentro de las razones se consideran, la falta de una democracia participativa en el país, el miedo a ser despedido con la consecuente marginación social de amigos, vecinos, incluso familiares, la falta de espacios para la diversidad y divergencia de criterios, la verticalidad como estilo de gobierno, etc.
En otro orden de cosas, la definición afirma: ¨…se subestiman las tareas y compromisos colectivos.¨ Situación lógica al no existir un real consenso, resulta falsa la representatividad de intereses en los colectivos del país. Tal es el caso de las decisiones tomadas en las sesiones sindicales, como el compromiso de pago de la cuota en saludo a una efeméride específica o la decisión de desfilar el 1ro de mayo con una consigna central. Ideas que no emanan del colectivo, sino de una indicación de la Central de Trabajadores de Cuba, que a su vez ha sido orientada por el gobierno, que a su vez ha sido indicado por el partido, que a su vez ha sido orientado por el Presidente de los Consejos de Estados y de Ministros, que a su vez ha sido indicado por el líder máximo de la Revolución. Y en este país las indicaciones se cumplen, no se discuten.
El término ¨libre pensador¨ se utilizaba en el siglo XVIII para identificar a los filósofos franceses ilustrados, que poseían ideas consistentes en rechazar todo dogmatismo, bien fuera de tipo religioso o de otra clase, y confiar en la razón para distinguir lo falso de lo verdadero.
Entonces es innegable que el término es utilizado en un sentido peyorativo, negativo por los autores de la definición en respuesta a sus intereses políticos. Máximo cuando en la universidad el estudio de la ciencia, implica formar a los estudiantes como personas que formen ¨sus opiniones sobre la base de la razón, independientemente de la religión, la tradición, la autoridad y las ideas establecidas, para ser dueño de sus propias decisiones¨.(Wikipedia, 2009). Rasgos anteriores que identifican a los libres pensadores. En otras palabras, para estar preparados para la vida como aspira la formación integral en la Educación Superior Cubana.
Auto declararse o pretender ser apolítico es un término polémico, ya que, al una persona no opinar o no incidir en un hecho político o en la política en sí, representa que ésta, ya está asumiendo una postura política. Aspecto para próximos debates, pero que evidencia la inconsistencia de dicha definición, en todo caso se estaría hablando de ¨políticos independientes¨.
Ser independiente significa ser libre, y esto es censurado, y no permitido en un país como el nuestro. El asumir las posiciones llamadas negativas de manera consciente evidencia la madurez política de esos que sí pudieran llamarse líderes con lo que se coincide de la definición, pero no negativos. Ya que son los que abogan, defienden y promueven en el estudiantado una verdadera formación integral, para que se conviertan en hombres que digan lo que piensan, que actúen en correspondencia con sus convicciones e intereses, y que se sientan comprometidos con la construcción y desarrollo de una sociedad cubana libre, democrática y próspera.
Después de esto, dejo a su consideración la pregunta inicial:
¿Líderes negativos, Sí o No?
Temas que resultan complejos y polémicos para futuros análisis, que permitan valorar cómo la ética es atravesada por la cultura del individuo y del contexto, y cómo las prácticas sociales y culturales generan contradicciones, al punto de que lo éticamente aceptable, llegue el momento de que no lo sea, así cómo la tendencia del enfoque horizontal, que vincula la política con el poder resulta propio del sistema político cubano.
Líderes negativos: aquellos que lejos de cumplir con las misiones educativas transmiten conceptos contrarios a nuestra ideología y crean estados de opinión desfavorables. Son los que introducen dudas y fomentan la desconfianza en nuestro proceso y la capacidad de sus líderes. Los que transmiten escepticismo. Los que de forma solapada o no se vuelven constantes cuestionadores de las políticas del país o de la Universidad y lo transmiten a los alumnos o al colectivo. Aquellos que manifiestamente o no subestiman las tareas y compromisos colectivos y se vuelven ejemplos de ¨apolíticos independientes¨ o ¨libres pensadores¨. Todas y muchas más posiciones negativas la hacen de manera consciente.
Según el Dr. Pedro Horrutinier, uno de los estudiosos más destacados de la formación de profesionales en la actualidad en Cuba, la misión de la Educación Superior es la de preservar, desarrollar y promover, a través de sus procesos sustantivos y en estrecho vínculo con la sociedad, la cultura de la humanidad. (2008).
Significa de forma más sencilla, preparar a los estudiantes para la vida en sociedad a través de la formación de conocimientos, habilidades y valores para que sean útiles y se sientan comprometidos socialmente, propiciando el desarrollo de la sociedad en la esfera de actuación donde se desempeñen.
Transmitir y promover los conceptos contrarios a una ideología, en este caso la de la Revolución Cubana, acaso no forma parte de la cultura general, y en términos específicos de la cultura política. Y al generar estados de opinión, fomentando la crítica, autocrítica y la verdadera reflexión, precisamente no se desarrolla la cultura, y se potencian valores necesarios a todo profesional. Entonces, esos ¨líderes negativos¨ cumplen o no con las misiones educativas?
Se considera que, no se trata de incumplimiento del encargo social de la universidad por parte de docentes u otros trabajadores, sino sencillamente que las ideas, opiniones y cuestionamientos, cuando no responden, cuando no se identifican con la ideología del gobierno en el poder, no tienen cabida! Singularidad de los gobiernos totalitarios.
Provocar que los estudiantes piensen, cuestionen y aborden los diferentes procesos y problemáticas que ocurren en la isla de forma objetiva, realista, crítica, lejos de fomentar dudas y desconfianza, lo que propician es la asunción de una postura a favor de propiciar cambios para resolver o/y mejorar cualquier proceso o problema en las diferentes esferas, económica, política, social y cultural. Elementos que el modelo de formación cubano asume dentro de los objetivos de su dimensión educativa.
Asoma, por otro lado en el segundo enunciado de la definición el estigma de líder indiscutible, único y capaz de conducir al país hacia el bienestar, o empleando una de sus frases, ¨por el camino correcto¨. Tema ya consabido.
Algunas de las competencias a fines a todos los modelos profesionales de la universidad, son precisamente la de argumentar, valorar aplicando la dialéctica y sobre bases éticas, donde ser críticos, objetivos y humanos constituyen valores esenciales. Por tanto el cuestionamiento, resulta una habilidad propia de todo profesional competente en formación o posgraduado, al punto de ser natural en su comportamiento cotidiano.
Por otra parte, el cuestionamiento solapado o sencillamente la indiferencia no son actitudes dignas de un profesional que se respete. Por lo que ser sincero y decir lo que se piensa, lejos de constituir una actitud negativa, resultan ser cualidades de un hombre honrado, como bien apuntaba nuestro José Martí.
Se infiere que los que se atribuyen la facultad de llamar ¨negativos¨ a los que piensan diferente, saben que las distintas políticas del país o de la universidad son cuestionadas, y que se realizan incluso de forma encubierta, acaso no se preguntan por qué ocurre esto. Dentro de las razones se consideran, la falta de una democracia participativa en el país, el miedo a ser despedido con la consecuente marginación social de amigos, vecinos, incluso familiares, la falta de espacios para la diversidad y divergencia de criterios, la verticalidad como estilo de gobierno, etc.
En otro orden de cosas, la definición afirma: ¨…se subestiman las tareas y compromisos colectivos.¨ Situación lógica al no existir un real consenso, resulta falsa la representatividad de intereses en los colectivos del país. Tal es el caso de las decisiones tomadas en las sesiones sindicales, como el compromiso de pago de la cuota en saludo a una efeméride específica o la decisión de desfilar el 1ro de mayo con una consigna central. Ideas que no emanan del colectivo, sino de una indicación de la Central de Trabajadores de Cuba, que a su vez ha sido orientada por el gobierno, que a su vez ha sido indicado por el partido, que a su vez ha sido orientado por el Presidente de los Consejos de Estados y de Ministros, que a su vez ha sido indicado por el líder máximo de la Revolución. Y en este país las indicaciones se cumplen, no se discuten.
El término ¨libre pensador¨ se utilizaba en el siglo XVIII para identificar a los filósofos franceses ilustrados, que poseían ideas consistentes en rechazar todo dogmatismo, bien fuera de tipo religioso o de otra clase, y confiar en la razón para distinguir lo falso de lo verdadero.
Entonces es innegable que el término es utilizado en un sentido peyorativo, negativo por los autores de la definición en respuesta a sus intereses políticos. Máximo cuando en la universidad el estudio de la ciencia, implica formar a los estudiantes como personas que formen ¨sus opiniones sobre la base de la razón, independientemente de la religión, la tradición, la autoridad y las ideas establecidas, para ser dueño de sus propias decisiones¨.(Wikipedia, 2009). Rasgos anteriores que identifican a los libres pensadores. En otras palabras, para estar preparados para la vida como aspira la formación integral en la Educación Superior Cubana.
Auto declararse o pretender ser apolítico es un término polémico, ya que, al una persona no opinar o no incidir en un hecho político o en la política en sí, representa que ésta, ya está asumiendo una postura política. Aspecto para próximos debates, pero que evidencia la inconsistencia de dicha definición, en todo caso se estaría hablando de ¨políticos independientes¨.
Ser independiente significa ser libre, y esto es censurado, y no permitido en un país como el nuestro. El asumir las posiciones llamadas negativas de manera consciente evidencia la madurez política de esos que sí pudieran llamarse líderes con lo que se coincide de la definición, pero no negativos. Ya que son los que abogan, defienden y promueven en el estudiantado una verdadera formación integral, para que se conviertan en hombres que digan lo que piensan, que actúen en correspondencia con sus convicciones e intereses, y que se sientan comprometidos con la construcción y desarrollo de una sociedad cubana libre, democrática y próspera.
Después de esto, dejo a su consideración la pregunta inicial:
¿Líderes negativos, Sí o No?