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La creciente importancia demográfica de los hispanos


Bob Menéndez, Senador del estado de Nueva Jersey
Bob Menéndez, Senador del estado de Nueva Jersey

La atención que el Partido Demócrata presta a los hispanos en esta convención electoral es evidente.

Basta con ver la lista de oradores y los lugares visibles que ocupan personajes como Antonio Villarraigosa, alcalde de los Angeles y presidente de la Convención, o Julián Castro, también alcalde, de San Antonio en Tejas, encargado de pronunciar el discurso que sienta la nota del evento.

La atención se debe a la creciente importancia demográfica de los hispanos, hoy en día la mayoría más importante del país y cuyos números van a crecer mucho. No tanto por la inmigración, pues ha bajado debido a las limitaciones de los últimos años y la crisis económica que ha reducido el mercado de trabajo en Estados Unidos. Pero es una población muy joven, con muchos niños nacidos aquí que se sumarán a las filas de ciudadanos con derecho a voto y pesarán cada vez más en el panorama político.

Habitualmente, los inmigrantes siguen al Partido Demócrata, hasta que se integran en la sociedad norteamericana y, tanto si votan por un partido como por otro, desaparecen como grupo y su voto se diluye. Mientras esto no sucede, los partidos tratan de atraerlos como bloque y, en el caso de los hispanos, las previsiones es que tardarán mucho tiempo en desaparecer como grupo debido a su elevado número y al hecho de que algunos todavía siguen llegando.

Como al resto de los norteamericanos, también a los hispanos lo que más les preocupa son las cuestiones económicas, pero además sus posiciones morales están más próximas a los republicanos pues acostumbran a ser conservadores en lo que se refiere a la familia o la religión.

Gregory Weeks, catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad de Charlotte, señaló que la combinación del desencanto por la crisis económica y las diferencias morales, podrían quitar motivación a los hispanos para votar: seguramente, dijo, no darán su voto a los republicanos, pero tampoco a los demócratas.

En unas elecciones que se prometen muy ceñidas, la abstención de un bloque importante podría determinar la balanza en favor de uno u otro candidato.

Weeks señaló además que los hispanos no forman un bloque, especialmente por la diferencia entre mexicanos y cubanos, pues estos últimos tienen más simpatías por los republicanos a causa de su política internacional, pues son los republicanos quienes más se han enfrentado al gobierno de los hermanos Castro. Es algo, sin embargo, que va cambiando con las nuevas generaciones, pues no se sienten tan próximos a la revolución cubana y están más integrados en la sociedad norteamericana.

También la política hacia Venezuela favorece a los republicanos en el caso de la inmigración cubana, pues la ven como una prolongación de la política hacia la isla.

Cubanos y mexicanos o latinos de otros países no están enfrentados, pero tienen intereses diferentes, dijo Weeks. La principal diferencia radica en la inmigración, pues la mayoría de países tienen dificultades para entrar a Estados Unidos o temen ser deportados si llegaron ilegalmente, mientras que los cubanos tienen prácticamente garantizada la concesión de asilo en el país.
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