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Peloteros por el comunismo, seremos como el japonés


Fotografía de archivo. Víctor Mesa (c) es aguantado por el entrenador de lanzamiento de su equipo, mientras discute con el árbitro principal durante un juego en el estadio Latinoamericano de La Habana, Cuba.
Fotografía de archivo. Víctor Mesa (c) es aguantado por el entrenador de lanzamiento de su equipo, mientras discute con el árbitro principal durante un juego en el estadio Latinoamericano de La Habana, Cuba.

El manager de la selección cubana, Víctor Mesa, identificado con el juego de los japoneses, adoptará su sistema de juego, aunque no está claro si será aplicable solamente para la primera fase del III Clásico Mundial.

En medio de la vorágine clasificatoria con vistas al III Clásico Mundial de Béisbol y próximo a celebrar partidos con profesionales japoneses, al manager de la selección cubana, Víctor Mesa, se le ocurrió decir a la periodista Julia Osendi, que sus jugadores se volverían japoneses.

Desde luego, ni él mismo sabe por qué lo dijo ni qué repercusión tendrían sus palabras.

Víctor Mesa es considerado uno de los peloteros más explosivos de la era pos-revolucionaria. De ahí que en su condición de manager hiperactivo la catalina se le desmonte de vez en vez ante los micrófonos oficiales.

De jugador, Víctor Mesa amagaba el robo de home play desde la tercera almohadilla ante los Industriales de la capital.

Se sienta o no Víctor Mesa identificado con el juego de los japoneses, adoptará su sistema de juego, aunque no está claro si será aplicable solamente para la primera fase del III Clásico Mundial, en la que Cuba jugará precisamente con equipos asiáticos (Japón, Corea del Norte y China Taipei).

Según Mesa, su juego será rápido, al toque de bola y el robo de bases; incluso, utilizará ante los japoneses cuatro pitchers zurdos y dejará, para el último tercio de juego, algún brazo derecho.

Víctor y quién no es Víctor parecen olvidar nuestro arraigo beisbolero, un deporte que nació y se desarrolló en América, y que fue el joven cubano, Nemesio Guilló Romaguera, quien trajo de Alabama (Estados Unidos) el primer bate y la primera pelota, en 1868. Incluso, Mesa olvida que no fue con pitchers zurdos y “juego rápido”, que su generación de toleteros le ganaba –no tan fácil- a equipos japoneses universitarios en copas mundiales, olímpicas e intercontinentales.

Nos gustaría saber qué opinaría Víctor Mesa, si la primera ronda del III Clásico Mundial de Béisbol, se efectuara en Miami o Los Ángeles. Obviamente no iba a decirle a Julita Osendi que sus muchachos se “volverían americanos”. Ni pensar tal burrada con el “enemigo histórico”.

¿Sabrá Víctor Mesa que fue el norteamericano Horace Wilson quien introdujo el béisbol en Japón, en 1872?

Pero los numeritos hablan y no por gusto. Amén de la obesidad y el alcoholismo que distingue a nuestra “disciplinada” selección nacional de peloteros, Víctor Mesa quiere copiar a los nipones.

Cuba perdió por 10 carreras a 6 frente a Japón en la final del I Clásico Mundial. En el II Clásico quedó en sexto lugar y los cubanos perdieron ante a los japoneses en dos ocasiones, sin anotar carreras.

Veamos si funciona la nueva estrategia de Víctor Mesa con la selección nacional cubana, ganadora de 25 títulos mundiales y 3 olímpicos, jugando precisamente al amateurismo criollo.

Nada, en total sintonía con Víctor Mesa, se me ocurre un lema: Peloteros por el comunismo, seremos como el japonés.

Publicado en primaveradigital.org, el 25 de octubre de 2012.
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