El discurso del Estado de la Unión que el presidente Obama pronunció este martes tenía un tono algo menos combativo que el pronunciado en su investidura el pasado mes de enero, pero era igualmente ambicioso en su intento de llevar a la práctica sus ideas políticas.
Aunque Obama habló de la necesidad de aunar los esfuerzos de ambos partidos para conseguir mejoras en el país, sus propuestas fueron más bien una invitación a la oposición republicana a que siga por el camino que le indica el presidente, que una disposición a ceder y negociar para hallar un término medio
La posición del presidente se basa en su victoria electoral, no tan solo la suya personal, sino la de su partido demócrata; no solo ganó la reelección a la Casa Blanca, sino que los demócratas incrementaron su mayoría en el Senado y ganaron más votos a la Cámara de Representantes que los republicanos, si bien no fue suficiente para recuperar la mayoría en ese foro.
La mayor parte del discurso se dedicó a cuestiones económicas y sus propuestas para el crecimiento, basadas en buena parte en programas gubernamentales para mejorar la infraestructura del país, aumentar la alisad de la educación y fomentar nuevas tecnologías. Obama hizo algunas referencias a los programas sociales, de elevado costo, y que los republicanos quieren modificar para controlar el gasto público y así reducir el déficit, pero sus propuestas fueron generales y estaban muy alejadas de las posiciones republicanas.
Una parte del discurso, mucho más corta, se dedicó a cuestiones internas, como el control de armas de fuego o la reforma de las leyes de inmigración. Todavía menor fue la referencia internacional, que se limitó a mencionar la lucha contra el terrorismo, la amenaza de terrorismo cibernética y el peligro nuclear que pueden representar Iran o Corea del Norte.
Como es tradicional, el partido en oposición responde al discurso y esta vez lo hizo el senador de origen cubano Marco Rubio, quien por primera vez se dirigió en español, además de inglés, a los norteamericanos. Otra novedad es que no hubo solo una respuesta republicana, sino dos, pues además del personaje elegido oficialmente por el partido, en este caso Maro Rubio, habló también el senador Paul, quien representa el ala conservadora del partido,
Paul aseguró que su respuesta no representaba un desacuerdo con Rubio, pero la mayoría de los medios informativos interpretaron la intervención de Paul como una muestra de las divisiones dentro del Partido Republicano.
Aunque Obama habló de la necesidad de aunar los esfuerzos de ambos partidos para conseguir mejoras en el país, sus propuestas fueron más bien una invitación a la oposición republicana a que siga por el camino que le indica el presidente, que una disposición a ceder y negociar para hallar un término medio
La posición del presidente se basa en su victoria electoral, no tan solo la suya personal, sino la de su partido demócrata; no solo ganó la reelección a la Casa Blanca, sino que los demócratas incrementaron su mayoría en el Senado y ganaron más votos a la Cámara de Representantes que los republicanos, si bien no fue suficiente para recuperar la mayoría en ese foro.
La mayor parte del discurso se dedicó a cuestiones económicas y sus propuestas para el crecimiento, basadas en buena parte en programas gubernamentales para mejorar la infraestructura del país, aumentar la alisad de la educación y fomentar nuevas tecnologías. Obama hizo algunas referencias a los programas sociales, de elevado costo, y que los republicanos quieren modificar para controlar el gasto público y así reducir el déficit, pero sus propuestas fueron generales y estaban muy alejadas de las posiciones republicanas.
Una parte del discurso, mucho más corta, se dedicó a cuestiones internas, como el control de armas de fuego o la reforma de las leyes de inmigración. Todavía menor fue la referencia internacional, que se limitó a mencionar la lucha contra el terrorismo, la amenaza de terrorismo cibernética y el peligro nuclear que pueden representar Iran o Corea del Norte.
Como es tradicional, el partido en oposición responde al discurso y esta vez lo hizo el senador de origen cubano Marco Rubio, quien por primera vez se dirigió en español, además de inglés, a los norteamericanos. Otra novedad es que no hubo solo una respuesta republicana, sino dos, pues además del personaje elegido oficialmente por el partido, en este caso Maro Rubio, habló también el senador Paul, quien representa el ala conservadora del partido,
Paul aseguró que su respuesta no representaba un desacuerdo con Rubio, pero la mayoría de los medios informativos interpretaron la intervención de Paul como una muestra de las divisiones dentro del Partido Republicano.