Hugo Chávez Frías, el ex comandante del ejército venezolano y presidente desde hace 14 años, ha muero. Nunca pudo recuperarse del cancer que le diagnosticaron en el 2011.
La pregunta ahora para Venezuela y para todos los países del continente que dependen de las dádivas del ex mandatario es si el chavismo sin Chávez – su socialismo del siglo XXI – puede sobrevivir.
Es una pregunta de mucha importancia para países como Cuba, Nicaragua y República Dominicana cuyas economías dependen del petróleo que Venezuela les suministra a precios por inferiores a los del mercado mundial.
Además es una pregunta crucial para el futuro de los venezolanos que ahora por primera vez en 14 años van a tener una pequeña oportunidad de librarse de un gobierno que gobernó en forma autocrática amparado por un barniz electoral.
El futuro de Venezuela es incierto.
En su último discurso el 8 de diciembre antes de operarse por cuarta y última vez, Chávez le pidió a sus seguidores que observaran lo que requiere la Constitución Bolivariana. El presidente de la Asamblea Nacional Diosdado Cabello debía asumir la presidencia en forma interina y convocar a elecciones en 30 días.
También les rogó que votaran por Nicolás Maduro, a quien el había designó vice presidente.
El carisma de Chávez logró que el máximo tribunal electoral en Venezuela no lo hiciera jurar su nuevo mandato el 10 de enero como dice la constitución. Le dieron una prórroga de 90 días para que los hiciera junto con Maduro.
Pero la salud de Chávez nuca mejoró. Desapareció de todos los medios. Sólo sabían de él su familia, los médicos cubanos y algunos de sus más cercanos ministros. De hecho Maduro gobierna hace meses y el mismo martes, día en que se anunciara la muerte de Chávez, Maduro asumió la presidencia y no Cabello como manda la constitución.
Ya en Venezuela se dice que las elecciones serán convocadas en los próximos 30 días peo se celebraran en tres meses. El futuro no pinto bien para los venezolanos y aún es más oscuro para los países que dependen de petróleo que Chávez les mandaba.
La historia no favorece a Maduro. Chávez pudo repartir las riquezas venezolanas por su carisma y porque el petróleo que estaba a $8 el barril cuando él asumió la presidencia subió a niveles históricos – más de $150 el barril. Ahora el precio de petróleo está bajando.
Para poder solidificarse en el poder y mantener contento a los venezolanos, Maduro va a tener que quedarse con más dinero para gastar en su país. Hace pocas semanas Maduro devaluó el Bolívar, la moneda venezolana. La violencia en Venezuela es enorme. Faltan alimentos y hasta dólares para comprarlos. Es más, Venezuela ha tenido que importar gasolina de los Estados Unidos.
Maduro fue el escogido por los Castro en Cuba y por Chávez. Pero él no tiene el carisma de su comandante. Los cubanos quieren a Maduro. Los hermanos Castro no confían en Cabello.
Mantener la paz y tranquilidad en Venezuela le va a costar más a Maduro de lo que le costaba a Chávez. Y si las elecciones son amañadas. . . nadie sabe lo que podría pasar.
Con menos dinero del petróleo e intranquilidad social en Venezuela, Maduro va a tener menos dinero para mandarles a Cuba y a Nicaragua. También tiene problemas con la deuda a China. Los venezolanos tundra que apretarse los cinturones. Y si se los aprieta demasiado la intranquilidad puede poner en peligro la estabilidad del régimen de Maduro.
Esto no va a ocurrir en los próximos días o semanas. El culto a Chávez es tan fuerte, aún ahora muerto, que Maduro debe ganar las elecciones si vienen dentro de un tiempo prudencial. La oposición, probablemente con el gobernador del Estado Miranda, Henrique CaprilesRadonski a la cabeza, tiene que movilizarse pronto y exigir elecciones transparentes.
Los problemas en Venezuela van a aumentar en los meses y años por venir. La transición no va a ser fácil. Miles de exiliados venezolanos en el sur de la Florida y los regados por el mundo, hoy tienen la esperanza de volver a ver en el futuro cercano una democracia verdadera en Venezuela.
Eso es algo que los cubanos no han visto en 54 años. Nadie sabe cuánto tiempo más vivirán los hermanos Castro. La esperanza es que la muerte de Chávez agrave la situación económica en Cuba y que esto permita un cambio real en la isla.
La pregunta ahora para Venezuela y para todos los países del continente que dependen de las dádivas del ex mandatario es si el chavismo sin Chávez – su socialismo del siglo XXI – puede sobrevivir.
Es una pregunta de mucha importancia para países como Cuba, Nicaragua y República Dominicana cuyas economías dependen del petróleo que Venezuela les suministra a precios por inferiores a los del mercado mundial.
Además es una pregunta crucial para el futuro de los venezolanos que ahora por primera vez en 14 años van a tener una pequeña oportunidad de librarse de un gobierno que gobernó en forma autocrática amparado por un barniz electoral.
El futuro de Venezuela es incierto.
En su último discurso el 8 de diciembre antes de operarse por cuarta y última vez, Chávez le pidió a sus seguidores que observaran lo que requiere la Constitución Bolivariana. El presidente de la Asamblea Nacional Diosdado Cabello debía asumir la presidencia en forma interina y convocar a elecciones en 30 días.
También les rogó que votaran por Nicolás Maduro, a quien el había designó vice presidente.
El carisma de Chávez logró que el máximo tribunal electoral en Venezuela no lo hiciera jurar su nuevo mandato el 10 de enero como dice la constitución. Le dieron una prórroga de 90 días para que los hiciera junto con Maduro.
Pero la salud de Chávez nuca mejoró. Desapareció de todos los medios. Sólo sabían de él su familia, los médicos cubanos y algunos de sus más cercanos ministros. De hecho Maduro gobierna hace meses y el mismo martes, día en que se anunciara la muerte de Chávez, Maduro asumió la presidencia y no Cabello como manda la constitución.
Ya en Venezuela se dice que las elecciones serán convocadas en los próximos 30 días peo se celebraran en tres meses. El futuro no pinto bien para los venezolanos y aún es más oscuro para los países que dependen de petróleo que Chávez les mandaba.
La historia no favorece a Maduro. Chávez pudo repartir las riquezas venezolanas por su carisma y porque el petróleo que estaba a $8 el barril cuando él asumió la presidencia subió a niveles históricos – más de $150 el barril. Ahora el precio de petróleo está bajando.
Para poder solidificarse en el poder y mantener contento a los venezolanos, Maduro va a tener que quedarse con más dinero para gastar en su país. Hace pocas semanas Maduro devaluó el Bolívar, la moneda venezolana. La violencia en Venezuela es enorme. Faltan alimentos y hasta dólares para comprarlos. Es más, Venezuela ha tenido que importar gasolina de los Estados Unidos.
Maduro fue el escogido por los Castro en Cuba y por Chávez. Pero él no tiene el carisma de su comandante. Los cubanos quieren a Maduro. Los hermanos Castro no confían en Cabello.
Mantener la paz y tranquilidad en Venezuela le va a costar más a Maduro de lo que le costaba a Chávez. Y si las elecciones son amañadas. . . nadie sabe lo que podría pasar.
Con menos dinero del petróleo e intranquilidad social en Venezuela, Maduro va a tener menos dinero para mandarles a Cuba y a Nicaragua. También tiene problemas con la deuda a China. Los venezolanos tundra que apretarse los cinturones. Y si se los aprieta demasiado la intranquilidad puede poner en peligro la estabilidad del régimen de Maduro.
Esto no va a ocurrir en los próximos días o semanas. El culto a Chávez es tan fuerte, aún ahora muerto, que Maduro debe ganar las elecciones si vienen dentro de un tiempo prudencial. La oposición, probablemente con el gobernador del Estado Miranda, Henrique CaprilesRadonski a la cabeza, tiene que movilizarse pronto y exigir elecciones transparentes.
Los problemas en Venezuela van a aumentar en los meses y años por venir. La transición no va a ser fácil. Miles de exiliados venezolanos en el sur de la Florida y los regados por el mundo, hoy tienen la esperanza de volver a ver en el futuro cercano una democracia verdadera en Venezuela.
Eso es algo que los cubanos no han visto en 54 años. Nadie sabe cuánto tiempo más vivirán los hermanos Castro. La esperanza es que la muerte de Chávez agrave la situación económica en Cuba y que esto permita un cambio real en la isla.