Desde su despacho en la sede parlamentaria brandeburguesa en la ciudad de Potsdam, el político Dieter Dombrowski desempolvó ideas, sucesos y experiencias de la etapa antes de la Caída del Muro de Berlín. Convencido de que en la historia ningún hecho se repite, también Dombrowski es un convencido de que el pasado puede siempre aportar nuevas fuentes de inspiración en el presente.
“La oposición en un país totalitario como Cuba no puede importarse. Nace por sí sola cuando las contradicciones se agravan hasta el punto en que la gente busca una válvula de escape a sus problemas. Ese es el momento en que nace el movimiento contestatario. Así ocurrió en la antigua República Democrática Alemana y de la misma manera ocurió en Cuba. La importancia de que un país como Cuba cuente con su propia oposición brinda una alternativa al ciudadano de a pie, quien tiene la opción para decidir, entre dejarse llevar por la corriente junto al resto, o romper el silencio en aras de la defensa de las propias ideas”, exlicó el jefe del grupo parlamentario de la Unión Cristianodemócrata de Alemania en la asamblea regional de Brandeburgo .
Dombrowski sufrió en carne propia el rigor del régimen comunista de Alemania Oriental. Estuvo varias veces preso por razones políticas. Finalmente lo capturaron tratando de cruzar la frontera hacia la entonces Alemania Occidental. Fué condenado a prisión por salida ilegal del país. Luego de unos meses, fué desterrado y expulsado a la otra Alemania.
“Una de las tantas ocasiones en que fui arrestado, me condenaron por protestar por la ocupación de Checoslovaquia por el Pacto de Varsovia en el 1967. La tercera vez que estuve preso fué por un intento de salida ilegal. Me enviaron a la cárcel de la ciudad de Cottbus. Por suerte era una prisión para presos políticos, es decir, no había casi presos comunes. Las condiciones eran malas, pero el hecho de estar entre prisioneros de conciencia servía de aliento, al menos espritualmente.”
Sobre los orígenes de la oposición en la extinta República Democrática Alemana, RDA explicó Dombrowski:
“Dos años antes de la Caída del Muro fué que surgió en la ex-RDA un movimiento contestatario. La Iglesia Católica así como la mayoría del resto de las otras iglesias, ofrecían refugio a los disidentes. No había una oposición organizada. Lo que hizo desplomarse el régimen de Berlín Oriental fué la presión popular. Los alemanes del este no veían perspectivas para sus hijos. Querían un cambio. Esa presión popular fué lo que llevó a la dictadura comunista a sentarse a negociar con la oposición una transición pacífica. Las multitudes pedían solo una reforma del sistema imperante en la ex-RDA, pero un sistema comunista como el que había en Alemania del Este o como el de Cuba, no admite reformas. El cambio implica siempre una reforma radical, la eliminación del sistema imperante y su sustitución por otro sistema completamente nuevo”
El ex-opositor respalda la labor de la oposición cubana y muy en específico La Demanda Ciudadana por Otra Cuba:
“En la ex-RDA hicimos lo mismo. Exigimos al gobierno comunista el cumplimiento de sus compromisos internacionales. Con ello ayudamos a acrecentar las contradicciones internas del régimen comunista. Por eso apoyo la idea de los opositores pacíficos de Cuba al exigir el cumplimiento de los compromisos internacionales o la ratificación de los instrumentos respectivos. Cada cubano que exige sus derechos, puede argumentar ante las autoridades que solo está pidiendo algo a lo que el país se comprometió. Nadie puede acusarlo de agente del imperialismo o que está intentando derrocar al gobierno. La Demanda Ciudadana por Otra Cuba es una respuesta inteligente de la oposición de la Isla, pues promueve nuevas formas contestatarias y abre vías para canalizar la protesta popular”.
Por último – y embargado de una cierta emoción – el ex-disidente germanooriental expresó sus simpatías hacia los cubanos:
“Deseo enviar a través de Radio Martí un mensaje de aliento al pueblo de Cuba, para que no pierda las esperanzas. Los cubanos aman su Patria. Cuba puede sin lugar a dudas ser de nuevo un paraiso para sus habitantes. El desgobierno es un mal que el país padece desde hace décadas. Me solidarizo con los cubanos y su derecho a vivir en democracia y autodeterminación. Las dictaduras acaban siempre siendo derrocadas. Al final se impone la verdad y la luz. Cuba no es una excepción” – concluyó el político alemán Dieter Dombrowski.
“La oposición en un país totalitario como Cuba no puede importarse. Nace por sí sola cuando las contradicciones se agravan hasta el punto en que la gente busca una válvula de escape a sus problemas. Ese es el momento en que nace el movimiento contestatario. Así ocurrió en la antigua República Democrática Alemana y de la misma manera ocurió en Cuba. La importancia de que un país como Cuba cuente con su propia oposición brinda una alternativa al ciudadano de a pie, quien tiene la opción para decidir, entre dejarse llevar por la corriente junto al resto, o romper el silencio en aras de la defensa de las propias ideas”, exlicó el jefe del grupo parlamentario de la Unión Cristianodemócrata de Alemania en la asamblea regional de Brandeburgo .
Dombrowski sufrió en carne propia el rigor del régimen comunista de Alemania Oriental. Estuvo varias veces preso por razones políticas. Finalmente lo capturaron tratando de cruzar la frontera hacia la entonces Alemania Occidental. Fué condenado a prisión por salida ilegal del país. Luego de unos meses, fué desterrado y expulsado a la otra Alemania.
“Una de las tantas ocasiones en que fui arrestado, me condenaron por protestar por la ocupación de Checoslovaquia por el Pacto de Varsovia en el 1967. La tercera vez que estuve preso fué por un intento de salida ilegal. Me enviaron a la cárcel de la ciudad de Cottbus. Por suerte era una prisión para presos políticos, es decir, no había casi presos comunes. Las condiciones eran malas, pero el hecho de estar entre prisioneros de conciencia servía de aliento, al menos espritualmente.”
Sobre los orígenes de la oposición en la extinta República Democrática Alemana, RDA explicó Dombrowski:
“Dos años antes de la Caída del Muro fué que surgió en la ex-RDA un movimiento contestatario. La Iglesia Católica así como la mayoría del resto de las otras iglesias, ofrecían refugio a los disidentes. No había una oposición organizada. Lo que hizo desplomarse el régimen de Berlín Oriental fué la presión popular. Los alemanes del este no veían perspectivas para sus hijos. Querían un cambio. Esa presión popular fué lo que llevó a la dictadura comunista a sentarse a negociar con la oposición una transición pacífica. Las multitudes pedían solo una reforma del sistema imperante en la ex-RDA, pero un sistema comunista como el que había en Alemania del Este o como el de Cuba, no admite reformas. El cambio implica siempre una reforma radical, la eliminación del sistema imperante y su sustitución por otro sistema completamente nuevo”
El ex-opositor respalda la labor de la oposición cubana y muy en específico La Demanda Ciudadana por Otra Cuba:
“En la ex-RDA hicimos lo mismo. Exigimos al gobierno comunista el cumplimiento de sus compromisos internacionales. Con ello ayudamos a acrecentar las contradicciones internas del régimen comunista. Por eso apoyo la idea de los opositores pacíficos de Cuba al exigir el cumplimiento de los compromisos internacionales o la ratificación de los instrumentos respectivos. Cada cubano que exige sus derechos, puede argumentar ante las autoridades que solo está pidiendo algo a lo que el país se comprometió. Nadie puede acusarlo de agente del imperialismo o que está intentando derrocar al gobierno. La Demanda Ciudadana por Otra Cuba es una respuesta inteligente de la oposición de la Isla, pues promueve nuevas formas contestatarias y abre vías para canalizar la protesta popular”.
Por último – y embargado de una cierta emoción – el ex-disidente germanooriental expresó sus simpatías hacia los cubanos:
“Deseo enviar a través de Radio Martí un mensaje de aliento al pueblo de Cuba, para que no pierda las esperanzas. Los cubanos aman su Patria. Cuba puede sin lugar a dudas ser de nuevo un paraiso para sus habitantes. El desgobierno es un mal que el país padece desde hace décadas. Me solidarizo con los cubanos y su derecho a vivir en democracia y autodeterminación. Las dictaduras acaban siempre siendo derrocadas. Al final se impone la verdad y la luz. Cuba no es una excepción” – concluyó el político alemán Dieter Dombrowski.