A raíz de la muerte de Hugo Chávez, Maduro ha llevado a extremos el culto al caudillo muerto. Está previsto que las honras fúnebres se prolonguen por una década. Los jerarcas bolivarianos llegaron al dislate de convocar a mandatarios extranjeros -Raúl Castro entre ellos- en un día en que no estaba previsto el entierro, pues el cadáver seguiría expuesto a la adoración de sus fieles.
Maduro manipula el fervor hacia el difunto. Ante los comicios presidenciales a celebrarse el 4 de abril, el nombre del fallecido es mencionado más de dos mil veces. Habló de embalsamar el cadáver, convertirlo en objeto de la taxidermia, cuando existe un video en que Chávez critica las momias sagradas, calificando esa práctica de “macabra”.
La exhibición de las momias de los caudillos desaparecidos constituía una práctica predilecta de los regímenes marxistas-leninistas. Todavía están ahí, en grandes mausoleos, los despojos de Lenin, Dimitrov y Ho Chi Minh. Aunque han pasado a ser objeto de curiosidad para turistas.
Pero he aquí que el presidente de facto acaba de anunciar que será muy difícil llevar a cabo el embalsamamiento, por razones técnicas. Según expresó, especialistas provenientes de Rusia argumentan que la decisión debió haberse tomado con mayor antelación.
¿Cuál es el motivo de este cambio de planes? Será que el fallecimiento tuvo lugar en fecha anterior a la anunciada? ¿Es ésa la razón de que el cadáver haya perdido las condiciones adecuadas para ser embalsamado?
Proceso de endiosamiento del difunto es la aspiración de los chavistas a que su caudillo reciba los honores del Panteón Nacional, lo que implicaría una reforma constitucional de carácter urgente.
El apartado décimo-quinto del artículo 187 de la actual carta magna faculta a la Asamblea Nacional para enterrar en el Panteón Nacional a “los venezolanos ilustres que hayan prestado servicios eminentes a la República”, pero solo “después de transcurridos veinticinco años de su fallecimiento”. La espera de un cuarto de siglo es justa y razonable.
Si ciertos católicos son más papistas que el Papa, los sucesores del muerto son más chavistas que Chávez. Olvidan que su jefe fue el máximo inspirador y redactor de la “Constitución Bolivariana”. Igual que violaron su artículo 233 para instaurar como Encargado de la Presidencia a Maduro y no a Cabello -a quien le correspondía.
Con el pésimo desempeño de la economía venezolana tras casi decenio y medio de absoluto control chavista, avanza la inseguridad ciudadana.
Pese a los fantásticos precios que alcanzó el petróleo bajo Chávez, la inflación es galopante y el desabastecimiento sistemático. La reciente devaluación de la moneda muestra el debilitamiento del régimen bolivariano.
Publicado en Cubanet el 15 de marzo del 2013
Maduro manipula el fervor hacia el difunto. Ante los comicios presidenciales a celebrarse el 4 de abril, el nombre del fallecido es mencionado más de dos mil veces. Habló de embalsamar el cadáver, convertirlo en objeto de la taxidermia, cuando existe un video en que Chávez critica las momias sagradas, calificando esa práctica de “macabra”.
La exhibición de las momias de los caudillos desaparecidos constituía una práctica predilecta de los regímenes marxistas-leninistas. Todavía están ahí, en grandes mausoleos, los despojos de Lenin, Dimitrov y Ho Chi Minh. Aunque han pasado a ser objeto de curiosidad para turistas.
Pero he aquí que el presidente de facto acaba de anunciar que será muy difícil llevar a cabo el embalsamamiento, por razones técnicas. Según expresó, especialistas provenientes de Rusia argumentan que la decisión debió haberse tomado con mayor antelación.
¿Cuál es el motivo de este cambio de planes? Será que el fallecimiento tuvo lugar en fecha anterior a la anunciada? ¿Es ésa la razón de que el cadáver haya perdido las condiciones adecuadas para ser embalsamado?
Proceso de endiosamiento del difunto es la aspiración de los chavistas a que su caudillo reciba los honores del Panteón Nacional, lo que implicaría una reforma constitucional de carácter urgente.
El apartado décimo-quinto del artículo 187 de la actual carta magna faculta a la Asamblea Nacional para enterrar en el Panteón Nacional a “los venezolanos ilustres que hayan prestado servicios eminentes a la República”, pero solo “después de transcurridos veinticinco años de su fallecimiento”. La espera de un cuarto de siglo es justa y razonable.
Si ciertos católicos son más papistas que el Papa, los sucesores del muerto son más chavistas que Chávez. Olvidan que su jefe fue el máximo inspirador y redactor de la “Constitución Bolivariana”. Igual que violaron su artículo 233 para instaurar como Encargado de la Presidencia a Maduro y no a Cabello -a quien le correspondía.
Con el pésimo desempeño de la economía venezolana tras casi decenio y medio de absoluto control chavista, avanza la inseguridad ciudadana.
Pese a los fantásticos precios que alcanzó el petróleo bajo Chávez, la inflación es galopante y el desabastecimiento sistemático. La reciente devaluación de la moneda muestra el debilitamiento del régimen bolivariano.
Publicado en Cubanet el 15 de marzo del 2013