Desde que el equipo de gobierno presidido por el general Raúl Castro, asumió su segundo mandato, el pasado 24 de febrero, los aspectos más relevantes del desempeño de la economía en lo que va de año no han sido abordados en las reuniones ampliadas del Consejo de Ministros celebradas el 15 de marzo y el 2 de abril.
Un elemento puntual para conocer el estado de salud de la economía cubana sería saber cuánto creció en el trimestre que acaba de terminar, pero de ello no se hizo referencia en ninguna de las dos reuniones.
La meta de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para el presente año es de un 3,7%.
En torno a tan importante asunto, existe un absoluto secretismo, lo que indica que se encuentra en la categoría de 'Secreto de Estado'. Por lo tanto a la prensa oficial se le tiene prohibido referirse a ello.
Llama la atención que la zafra azucarera, que se inició en noviembre del pasado año, tampoco ha sido objeto de análisis de estas reuniones del Consejo de Ministros. Algo realmente preocupante si se tiene en cuenta que el periódico Granma, los días 23 y 27 de marzo y 2 y 5 de abril, informó del negativo comportamiento de la zafra, al extremo de llegar a afirmar que por los grandes atrasos acumulados en la producción de azúcar, el cumplimiento del plan pende de un hilo.
Otro elemento que se pasó por alto en las susodichas reuniones es el grave problema que presentan las empresas productoras de bienes. Debido a un largo inventario de ineficiencias, sus producciones no son extraídas de acuerdo al ritmo de sus producciones diarias, lo que ha acarreado el abarrotamiento de sus almacenes, las consiguientes paradas no planificadas y significativas pérdidas económicas.
El caso más ilustrativo de que apostar a la planificación y no al mercado ha resultado un rotundo fracaso lo tenemos en la Empresa de Aluminios Mecánicos (ALUMEC), radicada en la ciudad de Manzanillo, provincia Granma, que produce las purlings (vigas de acero galvanizadas) para techo.
Como consecuencia de los graves estragos ocasionados por el ciclón Sandy en las provincias orientales, particularmente en Santiago de Cuba, donde resultaron dañadas y destruidas miles de viviendas, el gobierno decidió que ALUMEC se dedicara a la producción de módulos compuesto de ocho vigas de nueve metros, que son las que se requieren para el techo de una casa de 36 tejas.
Ante tal emergencia, la empresa manzanillera activó tres turnos para la fabricación ininterrumpida de los demandados módulos, pero debido a la inoperancia de la planificación y la impotencia de los directivos de la industria, los trabajadores tuvieron que contemplar cómo su producción, sin que existiera algo que lo justificara, no se extraía de acuerdo a la urgencia de tales materiales para la colocación de los techos en los miles de hogares destruidos.
Ha sido tal la lentitud y negligencia en la extracción de los módulos que de las 58 000 vigas producidas, todavía permanecen inmovilizadas en la fábrica unas 26 mil de ellas. Grandes pilas han ocupado todos los espacios libres, entre ellos las naves de producción. Tal cantidad de vigas inmovilizadas equivalen a 3 265 viviendas a las que se le han dejado de poner los techos.
La no extracción de las tan demandadas vigas, de acuerdo a la urgencia, pone en tela de juicio los compromisos públicos por los gobernantes con los miles de santiagueros cuyas viviendas fueron destruidas.
Los directivos de la empresa manzanillera, al tanto de los graves daños económicos que tales abarrotamientos han ocasionado a su entidad no tienen ninguna autonomía para destrabar el 'cuello de botella' creado. Tienen las manos atadas, porque la solución del problema le corresponde al grupo (Aceros Inoxidables) ACINOX, que es el único autorizado a comercializar sus producciones.
Tal estado de cosas dice a las claras que la planificación constituye hoy una camisa de fuerza a la autonomía de las empresas en Cuba.
Publicado en Primavera Digital el 15 de Abril de 2013
Un elemento puntual para conocer el estado de salud de la economía cubana sería saber cuánto creció en el trimestre que acaba de terminar, pero de ello no se hizo referencia en ninguna de las dos reuniones.
La meta de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para el presente año es de un 3,7%.
En torno a tan importante asunto, existe un absoluto secretismo, lo que indica que se encuentra en la categoría de 'Secreto de Estado'. Por lo tanto a la prensa oficial se le tiene prohibido referirse a ello.
Llama la atención que la zafra azucarera, que se inició en noviembre del pasado año, tampoco ha sido objeto de análisis de estas reuniones del Consejo de Ministros. Algo realmente preocupante si se tiene en cuenta que el periódico Granma, los días 23 y 27 de marzo y 2 y 5 de abril, informó del negativo comportamiento de la zafra, al extremo de llegar a afirmar que por los grandes atrasos acumulados en la producción de azúcar, el cumplimiento del plan pende de un hilo.
Otro elemento que se pasó por alto en las susodichas reuniones es el grave problema que presentan las empresas productoras de bienes. Debido a un largo inventario de ineficiencias, sus producciones no son extraídas de acuerdo al ritmo de sus producciones diarias, lo que ha acarreado el abarrotamiento de sus almacenes, las consiguientes paradas no planificadas y significativas pérdidas económicas.
El caso más ilustrativo de que apostar a la planificación y no al mercado ha resultado un rotundo fracaso lo tenemos en la Empresa de Aluminios Mecánicos (ALUMEC), radicada en la ciudad de Manzanillo, provincia Granma, que produce las purlings (vigas de acero galvanizadas) para techo.
Como consecuencia de los graves estragos ocasionados por el ciclón Sandy en las provincias orientales, particularmente en Santiago de Cuba, donde resultaron dañadas y destruidas miles de viviendas, el gobierno decidió que ALUMEC se dedicara a la producción de módulos compuesto de ocho vigas de nueve metros, que son las que se requieren para el techo de una casa de 36 tejas.
Ante tal emergencia, la empresa manzanillera activó tres turnos para la fabricación ininterrumpida de los demandados módulos, pero debido a la inoperancia de la planificación y la impotencia de los directivos de la industria, los trabajadores tuvieron que contemplar cómo su producción, sin que existiera algo que lo justificara, no se extraía de acuerdo a la urgencia de tales materiales para la colocación de los techos en los miles de hogares destruidos.
Ha sido tal la lentitud y negligencia en la extracción de los módulos que de las 58 000 vigas producidas, todavía permanecen inmovilizadas en la fábrica unas 26 mil de ellas. Grandes pilas han ocupado todos los espacios libres, entre ellos las naves de producción. Tal cantidad de vigas inmovilizadas equivalen a 3 265 viviendas a las que se le han dejado de poner los techos.
La no extracción de las tan demandadas vigas, de acuerdo a la urgencia, pone en tela de juicio los compromisos públicos por los gobernantes con los miles de santiagueros cuyas viviendas fueron destruidas.
Los directivos de la empresa manzanillera, al tanto de los graves daños económicos que tales abarrotamientos han ocasionado a su entidad no tienen ninguna autonomía para destrabar el 'cuello de botella' creado. Tienen las manos atadas, porque la solución del problema le corresponde al grupo (Aceros Inoxidables) ACINOX, que es el único autorizado a comercializar sus producciones.
Tal estado de cosas dice a las claras que la planificación constituye hoy una camisa de fuerza a la autonomía de las empresas en Cuba.
Publicado en Primavera Digital el 15 de Abril de 2013