El reclutamiento de la espía convicta de la inteligencia castrista Ana Belén Montes, es el plato fuerte de una acusación de conspirar para cometer espionaje a las órdenes de los servicios de inteligencia de Cuba.
Dean Boyd, vocero de la División de Seguridad Nacional del Departamento de Justicia, ha declarado a Martí Noticias que en diciembre de 2011 los Estados Unidos notificaron oficialmente a Marta Rita Velázquez que enfrenta cargos de conspiración para cometer espionaje, con la intención de ofreceirle la oportunidad de contestar, o resolver, el cargo.
Velázquez se ha negado a comunicarse con las autoridades estadounidenses y es consciente de los cargos en su contra, pero no había razón para mantener la acusación en secreto, explicó Boyd.
Estados Unidos aún no ha hecho un pedido formal para la extradición de Velázquez, quien se encuentra en Suecia, puesto que no existe un tratado de extradición entre ambos países para delitos políticos, dijo el funcionario, que declinó comentar sobre si habría más acusaciones relacionadas con este caso, si tendrá alguna repercusión en el de Ana Belén Montes, y sobre cuánto daño causó Velázquez a la seguridad nacional de EE.UU.
Los cargos fueron formulados en 2004 por un jurado investigador de EE.UU. contra la ex empleada federal Marta Rita Velázquez, de origen puertorriqueño.
La acusación, sellada por la corte durante 9 años,y publicada el jueves en el sitio web del Departamento de Justicia, es prolija en detalles acerca del reclutamiento de Montes y los métodos de la Dirección de Inteligencia castrista.
Describe cómo alrededor de septiembre de 1983 Velázquez viajó clandestinamente a México para reunirse con oficiales de Inteligencia de Cuba. Sin embargo, nadie fue a su encuentro. La acusación apunta que la prensa mexicana reportó entonces que las autoridades de ese país habían arrestado, interrogado y luego expulsado a dos oficiales de inteligencia cubanos que habían intentado reunirse allí con ciertos exiliados cubanos de Miami.
El documento precisa que una de las funciones de Velázquez en su trabajo para la Dirección de Inteligencia (DI) cubana era ayudar en el reclutamiento y formación de agentes seleccionados entre ciudadanos estadounidenses que ocuparan "posiciones sensibles" o que tuvieran el potencial para ocuparlas en un futuro.
Entre 1982 y 1984 Velazquez coincidió con Montes, también de ascendencia puertorriqueña, en la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados (SAIS) de la Universidad Johns Hopkins en Washington D.C.. La acusación señala que como parte de la conspiración ella estableció y fomentó una estrecha amistad con su paisana, con el fin de facilitar su reclutamiento.
TE INVITO A CENAR
En la primavera boreal de 1984, Velázquez invitó a cenar a Montes en Washington. Durante la cena le dijo que ella tenía amigos que podían ayudarle a cumplir sus deseos de “ayudar al pueblo de Nicaragua”.
Después de terminar sus estudios de postgrado en SAIS, en julio de 1984, Velazquez le escribió a Montes. En su carta, escrita en español, le decía: “Ha sido una gran satisfacción para mí haberte tenido como amiga y compañera durante este tiempo que hemos compartido juntas como estudiantes. Espero que nuestra relación continúe fuera de la esfera académica”.
En el otoño de 1984, mientras Montes trabajaba para el Departamento de Justicia y buscaba empleo en organizaciones internacionales de socorro, Velázquez la invitó a viajar con ella a Nueva York. La acusación consigna que el objetivo ostensible del viaje era presentarle a un amigo que le ofrecería una oportunidad de ayudar al pueblo nicaragüense.
El viaje en tren se concretó alrededor del 16 de diciembre de ese año. En un restaurante de la Gran Manzana, se reunieron con un oficial de la inteligencia cubana identificado en la acusación como “M”. El hombre tenía inmunidad como diplomático de la Misión de Cuba ante Naciones Unidas, uno de los dos principales centros de la inteligencia castrista en EE.UU, junto con la Sección de Inereses en Wasshington.
Tras concluir el “almuerzo de trabajo”, Velázquez participó a su invitada que su interlocutor le había comentado que consideraba a Montes entre sus mejores prospectos.
A principios de 1985 Velázquez le pidió a Montes que preparara una autobiografía, incluyendo su trayectoria en el Departamento de Justicia. Incluso le prestó una máquina de escribir para que la redactara. Una vez listo el curriculum, volvieron a viajar juntas a Nueva York para entrevistarse por segunda vez con “M”.
Posteriormente, Velázquez acordó con sus manejadores cubanos organizar una visita con Montes a Cuba, vía España.
...Y EL POLÍGRAFO TAMBIÉN
Partieron hacia Madrid el 29 de marzo de 1985, o en fecha aproximada. Una vez en España, se encontraron con un cubano que les proporcionó pasaportes falsos, con los que viajaron, siguiendo instrucciones de La Habana, a Praga, Checoslovaquia.
En esa ciudad centroeuropea les esperaban dos individuos de nacionalidad cubana. Uno de ellos era el oficial de inteligencia identificado en la acusación como “F”. Se trasladaron a un apartamento donde Montes y Velázquez recibieron nuevos pasaportes falsos y ropa para su viaje clandestino a Cuba, en el cual les acompañaría “F”.
Una vez en La Habana, Velázquez supo por otro oficial de la DI, identificado como “A” en el documento del Departamento de Justicia, que la razón de que nadie se encontrara con ella en México en 1983 había sido la expulsión de los dos oficiales de inteligencia.
Durante su estancia en Cuba, en la primera mitad de abril de 1985, Velázquez y Montes recibieron entrenamiento de inteligencia, incluida la codificación y decodificación de mensajes para transmitirlos por radio en altas frecuencias.
De las dos visitantes partió la iniciativa de que las sometieran también al polígrafo o detector de mentiras, por si acaso tenían que pasar dicha prueba como parte de sus empleos con el gobierno estadounidense.
De Cuba, Velázquez regresaría con el nombre en clave de “Bárbara”.
UNA FOTO EN LA GRAN VIA
El viaje de regreso siguió el itinerario inverso: La Habana-Praga-Madrid-Washington. En la capital española, por sugerencia del centro de La Habana, se tomaron fotos en un bulevar madrileño para justificar unas supuestas vacaciones en España. En sus pasaportes estadounidenses se estampó como fecha de regreso el 13 de abril del 85.
Entre junio y septiembre de ese año Velázquez ayudó a Montes a obtener un empleo en la Agencia de Inteligencia del Departamento de Defensa, DIA. En el cuestionario sobre Seguridad del Personal del Departamento de Defensa Montes la citaba entre sus referencias como una persona que conocía su carácter.
En septiembre del 85 Montes obtuvo la plaza como analista de inteligencia de la DIA, y con ello, el acceso a un tesoro de información clasificada sobre la defensa nacional de Estados Unidos que entregaría puntualmente a lo largo de 16 años al gobierno de Cuba y sus agentes.
A partir de 1992 se especializaría en asuntos cubanos, una posición desde la que se cree influyó en un informe de la entidad que desestimaba a Cuba como amenaza para la seguridad de Estados Unidos.
AHORA, VUELA TÚ SOLITA
Una vez que Montes se consolidó en su puesto, ella y Velázquez rompieron sus relaciones. Sus conocidos sólo habrán visto una discusión acalorada entre amigas íntimas, iniciada por la segunda, alrededor de 1988. La acusación del jurado investigador señala en cambio que a los efectos de su trabajo como espías del gobierno cubano era necesario establecer entre ambas una compartimentación.
Velázquez conseguiría empleo en 1989 con la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, USAID, donde obtuvo un nivel de acceso a la información "top secret", un escalón más que el nivel "secret" que había recibido en el Departamento de Transporte en 1984.
Fue estacionada --¿casualidad?-- en Nicaragua. La acusación consigna que durante su estancia en Managua fue contactada por sus manejadores en abril de 1992, via mensajes codificados, para que viajara a Panamá, donde sostendrían una reunión operativa.
En otro contacto con ellos en junio de 1996, le entregaron nuevos programas de codificación-decodificación para continuar las comunicaciones clandestinas. Un mes más tarde la volvieron a contactar, preocupados por su embarazo.
DE "CENTRO" A "BARBARA": HAZ COMO QUE TE VAS, Y VETE
Montes fue arrestada el 20 de septiembre de 2001,nueve días después de los atentados terroristas contra Washington y Nueva York. Si hasta entonces el FBI la había dejado correr, su conocimiento de secretos de la defensa nacional la convirtieron en un grave peligro tras el 9/11.
En 2002, se declaró culpable de los cargos presentados contra ella, por los cuales la podían haber condenado a muerte. Había llegado a un acuerdo con la fiscalía para recibir una condena menor (25 años) a cambio de colaborar.
En junio de ese año Velázquez renunció a su trabajo con la USAID y salió de Estados Unidos hacia Suecia. La cancillería sueca ha confirmado que está, o estuvo, casada con un funcionario de esa dependencia, el cual –afirman--no sería culpable de ninguna actividad criminal, pese a que toda la labor conspirativa y de espionaje de ella transcurrió mientras estaban casados.
Por el cargo formulado en la acusación del jurado investigador, Marta Rita Velázquez, también conocida como "Bárbara", también conocida como Marta Rita Kviele, podría ser condenada a cadena perpetua. Pero Suecia considera el espionaje un delito político, y no extraditaría a Velázquez a Estados Unidos
No en balde optó temprano por hacerse la sueca.
Comentarios del Departamento de Justicia
Comentarios del Departamento de JusticiaDean Boyd, vocero de la División de Seguridad Nacional del Departamento de Justicia, ha declarado a Martí Noticias que en diciembre de 2011 los Estados Unidos notificaron oficialmente a Marta Rita Velázquez que enfrenta cargos de conspiración para cometer espionaje, con la intención de ofreceirle la oportunidad de contestar, o resolver, el cargo.
Velázquez se ha negado a comunicarse con las autoridades estadounidenses y es consciente de los cargos en su contra, pero no había razón para mantener la acusación en secreto, explicó Boyd.
Estados Unidos aún no ha hecho un pedido formal para la extradición de Velázquez, quien se encuentra en Suecia, puesto que no existe un tratado de extradición entre ambos países para delitos políticos, dijo el funcionario, que declinó comentar sobre si habría más acusaciones relacionadas con este caso, si tendrá alguna repercusión en el de Ana Belén Montes, y sobre cuánto daño causó Velázquez a la seguridad nacional de EE.UU.
La acusación, sellada por la corte durante 9 años,y publicada el jueves en el sitio web del Departamento de Justicia, es prolija en detalles acerca del reclutamiento de Montes y los métodos de la Dirección de Inteligencia castrista.
Describe cómo alrededor de septiembre de 1983 Velázquez viajó clandestinamente a México para reunirse con oficiales de Inteligencia de Cuba. Sin embargo, nadie fue a su encuentro. La acusación apunta que la prensa mexicana reportó entonces que las autoridades de ese país habían arrestado, interrogado y luego expulsado a dos oficiales de inteligencia cubanos que habían intentado reunirse allí con ciertos exiliados cubanos de Miami.
El documento precisa que una de las funciones de Velázquez en su trabajo para la Dirección de Inteligencia (DI) cubana era ayudar en el reclutamiento y formación de agentes seleccionados entre ciudadanos estadounidenses que ocuparan "posiciones sensibles" o que tuvieran el potencial para ocuparlas en un futuro.
Entre 1982 y 1984 Velazquez coincidió con Montes, también de ascendencia puertorriqueña, en la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados (SAIS) de la Universidad Johns Hopkins en Washington D.C.. La acusación señala que como parte de la conspiración ella estableció y fomentó una estrecha amistad con su paisana, con el fin de facilitar su reclutamiento.
TE INVITO A CENAR
En la primavera boreal de 1984, Velázquez invitó a cenar a Montes en Washington. Durante la cena le dijo que ella tenía amigos que podían ayudarle a cumplir sus deseos de “ayudar al pueblo de Nicaragua”.
Después de terminar sus estudios de postgrado en SAIS, en julio de 1984, Velazquez le escribió a Montes. En su carta, escrita en español, le decía: “Ha sido una gran satisfacción para mí haberte tenido como amiga y compañera durante este tiempo que hemos compartido juntas como estudiantes. Espero que nuestra relación continúe fuera de la esfera académica”.
En el otoño de 1984, mientras Montes trabajaba para el Departamento de Justicia y buscaba empleo en organizaciones internacionales de socorro, Velázquez la invitó a viajar con ella a Nueva York. La acusación consigna que el objetivo ostensible del viaje era presentarle a un amigo que le ofrecería una oportunidad de ayudar al pueblo nicaragüense.
El viaje en tren se concretó alrededor del 16 de diciembre de ese año. En un restaurante de la Gran Manzana, se reunieron con un oficial de la inteligencia cubana identificado en la acusación como “M”. El hombre tenía inmunidad como diplomático de la Misión de Cuba ante Naciones Unidas, uno de los dos principales centros de la inteligencia castrista en EE.UU, junto con la Sección de Inereses en Wasshington.
Tras concluir el “almuerzo de trabajo”, Velázquez participó a su invitada que su interlocutor le había comentado que consideraba a Montes entre sus mejores prospectos.
A principios de 1985 Velázquez le pidió a Montes que preparara una autobiografía, incluyendo su trayectoria en el Departamento de Justicia. Incluso le prestó una máquina de escribir para que la redactara. Una vez listo el curriculum, volvieron a viajar juntas a Nueva York para entrevistarse por segunda vez con “M”.
Posteriormente, Velázquez acordó con sus manejadores cubanos organizar una visita con Montes a Cuba, vía España.
...Y EL POLÍGRAFO TAMBIÉN
Partieron hacia Madrid el 29 de marzo de 1985, o en fecha aproximada. Una vez en España, se encontraron con un cubano que les proporcionó pasaportes falsos, con los que viajaron, siguiendo instrucciones de La Habana, a Praga, Checoslovaquia.
En esa ciudad centroeuropea les esperaban dos individuos de nacionalidad cubana. Uno de ellos era el oficial de inteligencia identificado en la acusación como “F”. Se trasladaron a un apartamento donde Montes y Velázquez recibieron nuevos pasaportes falsos y ropa para su viaje clandestino a Cuba, en el cual les acompañaría “F”.
Una vez en La Habana, Velázquez supo por otro oficial de la DI, identificado como “A” en el documento del Departamento de Justicia, que la razón de que nadie se encontrara con ella en México en 1983 había sido la expulsión de los dos oficiales de inteligencia.
Durante su estancia en Cuba, en la primera mitad de abril de 1985, Velázquez y Montes recibieron entrenamiento de inteligencia, incluida la codificación y decodificación de mensajes para transmitirlos por radio en altas frecuencias.
De las dos visitantes partió la iniciativa de que las sometieran también al polígrafo o detector de mentiras, por si acaso tenían que pasar dicha prueba como parte de sus empleos con el gobierno estadounidense.
De Cuba, Velázquez regresaría con el nombre en clave de “Bárbara”.
UNA FOTO EN LA GRAN VIA
El viaje de regreso siguió el itinerario inverso: La Habana-Praga-Madrid-Washington. En la capital española, por sugerencia del centro de La Habana, se tomaron fotos en un bulevar madrileño para justificar unas supuestas vacaciones en España. En sus pasaportes estadounidenses se estampó como fecha de regreso el 13 de abril del 85.
Entre junio y septiembre de ese año Velázquez ayudó a Montes a obtener un empleo en la Agencia de Inteligencia del Departamento de Defensa, DIA. En el cuestionario sobre Seguridad del Personal del Departamento de Defensa Montes la citaba entre sus referencias como una persona que conocía su carácter.
En septiembre del 85 Montes obtuvo la plaza como analista de inteligencia de la DIA, y con ello, el acceso a un tesoro de información clasificada sobre la defensa nacional de Estados Unidos que entregaría puntualmente a lo largo de 16 años al gobierno de Cuba y sus agentes.
A partir de 1992 se especializaría en asuntos cubanos, una posición desde la que se cree influyó en un informe de la entidad que desestimaba a Cuba como amenaza para la seguridad de Estados Unidos.
AHORA, VUELA TÚ SOLITA
Una vez que Montes se consolidó en su puesto, ella y Velázquez rompieron sus relaciones. Sus conocidos sólo habrán visto una discusión acalorada entre amigas íntimas, iniciada por la segunda, alrededor de 1988. La acusación del jurado investigador señala en cambio que a los efectos de su trabajo como espías del gobierno cubano era necesario establecer entre ambas una compartimentación.
Velázquez conseguiría empleo en 1989 con la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, USAID, donde obtuvo un nivel de acceso a la información "top secret", un escalón más que el nivel "secret" que había recibido en el Departamento de Transporte en 1984.
Fue estacionada --¿casualidad?-- en Nicaragua. La acusación consigna que durante su estancia en Managua fue contactada por sus manejadores en abril de 1992, via mensajes codificados, para que viajara a Panamá, donde sostendrían una reunión operativa.
En otro contacto con ellos en junio de 1996, le entregaron nuevos programas de codificación-decodificación para continuar las comunicaciones clandestinas. Un mes más tarde la volvieron a contactar, preocupados por su embarazo.
DE "CENTRO" A "BARBARA": HAZ COMO QUE TE VAS, Y VETE
Montes fue arrestada el 20 de septiembre de 2001,nueve días después de los atentados terroristas contra Washington y Nueva York. Si hasta entonces el FBI la había dejado correr, su conocimiento de secretos de la defensa nacional la convirtieron en un grave peligro tras el 9/11.
En 2002, se declaró culpable de los cargos presentados contra ella, por los cuales la podían haber condenado a muerte. Había llegado a un acuerdo con la fiscalía para recibir una condena menor (25 años) a cambio de colaborar.
En junio de ese año Velázquez renunció a su trabajo con la USAID y salió de Estados Unidos hacia Suecia. La cancillería sueca ha confirmado que está, o estuvo, casada con un funcionario de esa dependencia, el cual –afirman--no sería culpable de ninguna actividad criminal, pese a que toda la labor conspirativa y de espionaje de ella transcurrió mientras estaban casados.
Por el cargo formulado en la acusación del jurado investigador, Marta Rita Velázquez, también conocida como "Bárbara", también conocida como Marta Rita Kviele, podría ser condenada a cadena perpetua. Pero Suecia considera el espionaje un delito político, y no extraditaría a Velázquez a Estados Unidos
No en balde optó temprano por hacerse la sueca.