Medios oficiales informaron que entre las más de 17 mil demandas que han planteado los estudiantes universitarios para que sean discutidas por el VIII Congreso de la FEU incluyen resover las dificultades en relación con el uso de Internet y que la ubicación al graduarse esté en correspondencia con el perfil de la carrera.
Durante una asamblea previa a ese evento en Villaclara, un estudiante Miguel Hernández, se quejó de que se pasan cinco años estudiando y a algunos los ubican después en centros donde prácticamente no hacen falta.
Recientemente, estudiantes de la Universidad de Ciencias Informáticas, UCI, se han quejado de recibir ubicaciones laborales ridículas como cuidar a los niños en los llamados Joven Club de Computación, después de esforzarse en una carrera sumamente exigente.
En el blog Supercuba, el estudiante de periodismo de la Universidad de Camagüey Alberto Manuel León Pacheco escribió sobre la UCI, sus estudiantes y sus destinos.
El bloguero cita un debate que sostuvo con un profesor universitario y un ex compañero de estudios. Este amigo le planteaba que dejó su carrera en la UCI no sólo por falta de vocación, sino porque “no quería terminar en un Joven Club de Computación” como les pasó a algunos colegas de su municipio. El trabajo de ellos --contaba-- se reduce a encender y apagar las máquinas.
Mientras, el profesor exaltaba la utilidad de la UCI para la informatización acelerada de Cuba. León Pacheco concluyó que los dos tenían razón, pues si bien es cierto que la UCI es necesaria para el país, también lo es que “los ingenieros que salen de ella son en su mayoría subutilizados”.
Dice el autor: “En la actualidad, la UCI se ha convertido en una gran empresa donde se produce software de alta calidad para Cuba y que se exporta a varios países. Sin embargo, muchos de sus graduados, luego de pasar 5 años estudiando y trabajando en proyectos de gran nivel científico, su inteligencia se desperdicia cuando concluyen los estudios en la institución, al ser ubicados en centros de trabajo que no requieren de sus servicios”.
En cuanto al uso de Internet, se han registrado entre los universitarios quejas por el acceso insuficiente y controlado, incluso en carreras de ciencias como la medicina que requieren profundización y una constante actualización.
En una crónica publicada en el portal Havana Times, un estudiante norteamericano de la Escuela Latinoamericana de Medicina, Graham Sowa, señalaba las limitaciones que imponía para el estudio de esa carrera el no tener una conexión permanente a la red de redes.Escribía Sowa:
“Incluso con todos sus problemas, una Web libre y universalmente asequible en Cuba es preferible al estatus quo”.
“Existen, probablemente, más adiciones y cambios en el conocimiento médico, en un año, que lo que alguien pueda aprender durante toda una vida. Nosotros, los estudiantes de medicina, tenemos seis años para digerir lo más que podemos sobre esto. El acceso a la información, particularmente información contemporánea, es decisiva para nuestras carreras”.
“La mayoría de los estudiantes de la ELAM usan el limitado tiempo de Internet que tienen en la escuela (40 minutos para cada estudiante, en dependencia de si puedes conseguir algún tiempo extra) para comunicarse. Descargamos con furia los adjuntos de cartas mientras copiamos los mensajes desde nuestro buzón de correo hacia un documento de Word para leerlos más tarde, fuera del reloj”.
Cuba ingresa cada año entre 5.000 y 6.000 millones de dólares por concepto de servicios profesionales, mayormente de la esfera de la salud. Pero recientes evaluaciones de galenos graduados en la isla por parte de los Colegios Médicos de Chile y Costa Rica han puesto de relieve serias deficiencias en su formación
Durante una asamblea previa a ese evento en Villaclara, un estudiante Miguel Hernández, se quejó de que se pasan cinco años estudiando y a algunos los ubican después en centros donde prácticamente no hacen falta.
Recientemente, estudiantes de la Universidad de Ciencias Informáticas, UCI, se han quejado de recibir ubicaciones laborales ridículas como cuidar a los niños en los llamados Joven Club de Computación, después de esforzarse en una carrera sumamente exigente.
En el blog Supercuba, el estudiante de periodismo de la Universidad de Camagüey Alberto Manuel León Pacheco escribió sobre la UCI, sus estudiantes y sus destinos.
El bloguero cita un debate que sostuvo con un profesor universitario y un ex compañero de estudios. Este amigo le planteaba que dejó su carrera en la UCI no sólo por falta de vocación, sino porque “no quería terminar en un Joven Club de Computación” como les pasó a algunos colegas de su municipio. El trabajo de ellos --contaba-- se reduce a encender y apagar las máquinas.
Mientras, el profesor exaltaba la utilidad de la UCI para la informatización acelerada de Cuba. León Pacheco concluyó que los dos tenían razón, pues si bien es cierto que la UCI es necesaria para el país, también lo es que “los ingenieros que salen de ella son en su mayoría subutilizados”.
Dice el autor: “En la actualidad, la UCI se ha convertido en una gran empresa donde se produce software de alta calidad para Cuba y que se exporta a varios países. Sin embargo, muchos de sus graduados, luego de pasar 5 años estudiando y trabajando en proyectos de gran nivel científico, su inteligencia se desperdicia cuando concluyen los estudios en la institución, al ser ubicados en centros de trabajo que no requieren de sus servicios”.
En cuanto al uso de Internet, se han registrado entre los universitarios quejas por el acceso insuficiente y controlado, incluso en carreras de ciencias como la medicina que requieren profundización y una constante actualización.
En una crónica publicada en el portal Havana Times, un estudiante norteamericano de la Escuela Latinoamericana de Medicina, Graham Sowa, señalaba las limitaciones que imponía para el estudio de esa carrera el no tener una conexión permanente a la red de redes.Escribía Sowa:
“Incluso con todos sus problemas, una Web libre y universalmente asequible en Cuba es preferible al estatus quo”.
“Existen, probablemente, más adiciones y cambios en el conocimiento médico, en un año, que lo que alguien pueda aprender durante toda una vida. Nosotros, los estudiantes de medicina, tenemos seis años para digerir lo más que podemos sobre esto. El acceso a la información, particularmente información contemporánea, es decisiva para nuestras carreras”.
“La mayoría de los estudiantes de la ELAM usan el limitado tiempo de Internet que tienen en la escuela (40 minutos para cada estudiante, en dependencia de si puedes conseguir algún tiempo extra) para comunicarse. Descargamos con furia los adjuntos de cartas mientras copiamos los mensajes desde nuestro buzón de correo hacia un documento de Word para leerlos más tarde, fuera del reloj”.
Cuba ingresa cada año entre 5.000 y 6.000 millones de dólares por concepto de servicios profesionales, mayormente de la esfera de la salud. Pero recientes evaluaciones de galenos graduados en la isla por parte de los Colegios Médicos de Chile y Costa Rica han puesto de relieve serias deficiencias en su formación