Un escándalo de corrupción que involucra a dirigentes y empleados de la Escuela Internacional de Cine y Televisión (EICTV) de San Antonio de los Baños, fue develado discretamente el jueves por el sitio oficial La Jiribilla.
Contrario a la publicidad que han recibido otros casos de corrupción que se han publicado en la prensa nacional, el arresto de tres empleados y dudosos manejos administrativos en esa emblemática Escuela, fundada por Fidel Castro y García Márquez para élites intelectuales de la izquierda, se dio a conocer en La Jiribilla, una revista digital que sólo se ve en Internet.
Ni siquiera la información de La Jiribilla se presenta como noticia. Hay que encontrarla en el texto, que comienza dando cuenta de una reunión en apariencia intrascendente celebrada el lunes en la EICTV con el ministro de Cultura, Rafael Bernal, el Vicefiscal General de la República, Carlos Concepción, y de Alquimia Peña, Directora General de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano.
El Fiscal Jefe de la provincia de Artemisa Arnel Hernández, le informó a todos los estudiantes y profesores de la EICTV que se había producido arrestos “como resultado de una verificación fiscal”.
La Jiribilla dice que entrevistó entonces al Viceministro de Cultura, Fernando Rojas, presente en la reunión, porque “no es usual que se proceda a una investigación de esa naturaleza en una institución docente”.
Las explicaciones de Rojas, largas y nebulosas, pudieran resumirse señalando que un significativo aumento de compras de licores y bebidas al por mayor a precios más bajos que los establecidos, llamó la atención de las autoridades. Esas ventas se realizaban en la zona de San Antonio de los Baños, en zona de la provincia de Artemisa y el oeste de La Habana.
Al final de la investigación se comprobó que los “abastecimientos” salían de los almacenes de la EICTV, donde “por una decisión del Estado cubano, los productos se venden a precios más bajos, con el propósito de crear condiciones de vida más ventajosas para los estudiantes y profesores de la Escuela”.
Según Rojas los implicados,tres trabajadores del lugar en complicidad con otra persona, “extraían las bebidas de contrabando, pagándolas al precio de la tienda y las introducían en las unidades de la gastronomía y en paladares”.
“A esas personas se les ocuparon altas sumas de dinero en varias monedas, verdaderos almacenes de bebidas en sus casas, automóviles adquiridos con sus ingresos ilícitos y hasta una vivienda completamente remozada con el producto de este delito. Estos individuos están en prisión”, afirmó.
Rojas citó “otro conjunto de irregularidades” que han incrementado los gastos del centro, falseando su contabilidad.
Contrario a la publicidad que han recibido otros casos de corrupción que se han publicado en la prensa nacional, el arresto de tres empleados y dudosos manejos administrativos en esa emblemática Escuela, fundada por Fidel Castro y García Márquez para élites intelectuales de la izquierda, se dio a conocer en La Jiribilla, una revista digital que sólo se ve en Internet.
Ni siquiera la información de La Jiribilla se presenta como noticia. Hay que encontrarla en el texto, que comienza dando cuenta de una reunión en apariencia intrascendente celebrada el lunes en la EICTV con el ministro de Cultura, Rafael Bernal, el Vicefiscal General de la República, Carlos Concepción, y de Alquimia Peña, Directora General de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano.
El Fiscal Jefe de la provincia de Artemisa Arnel Hernández, le informó a todos los estudiantes y profesores de la EICTV que se había producido arrestos “como resultado de una verificación fiscal”.
La Jiribilla dice que entrevistó entonces al Viceministro de Cultura, Fernando Rojas, presente en la reunión, porque “no es usual que se proceda a una investigación de esa naturaleza en una institución docente”.
Las explicaciones de Rojas, largas y nebulosas, pudieran resumirse señalando que un significativo aumento de compras de licores y bebidas al por mayor a precios más bajos que los establecidos, llamó la atención de las autoridades. Esas ventas se realizaban en la zona de San Antonio de los Baños, en zona de la provincia de Artemisa y el oeste de La Habana.
Al final de la investigación se comprobó que los “abastecimientos” salían de los almacenes de la EICTV, donde “por una decisión del Estado cubano, los productos se venden a precios más bajos, con el propósito de crear condiciones de vida más ventajosas para los estudiantes y profesores de la Escuela”.
Según Rojas los implicados,tres trabajadores del lugar en complicidad con otra persona, “extraían las bebidas de contrabando, pagándolas al precio de la tienda y las introducían en las unidades de la gastronomía y en paladares”.
“A esas personas se les ocuparon altas sumas de dinero en varias monedas, verdaderos almacenes de bebidas en sus casas, automóviles adquiridos con sus ingresos ilícitos y hasta una vivienda completamente remozada con el producto de este delito. Estos individuos están en prisión”, afirmó.
Rojas citó “otro conjunto de irregularidades” que han incrementado los gastos del centro, falseando su contabilidad.