Enero se apresta a cerrar sus cortinas con cientos de puestos vacíos en las ferias del país, cuentapropistas que esperan reubicación laboral, multas gubernamentales que se escudan en justificaciones absurdas, y la promesa de un mercado mayorista que no llega.
Mientras la prensa plana y la televisión recalcan las nuevas regulaciones para el sector privado en 2014, los llamados “pequeños empresarios” hacen filas en las oficinas municipales de la Administración Tributaria (ONAT) para entregar sus licencias.
Rosa María, vecina de la Calle Washington y Calzada de Bejucal, en el municipio habanero Arroyo Naranjo, es una de las afiliadas que entregó su licencia recientemente. Como vendedora de helados y granizados, Rosa recibió innumerables visitas de inspectores:
“Las últimas multas fueron de 50 y 500 pesos (2 y 20 dólares al cambio actual), ambas de Salud Pública. La de 50, por mis uñas largas, y la de 500, porque tenía polvo el mostrador de la cafetería, ¡Ya estoy cansada!”, exclamó.
Según el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, al cierre de febrero de 2013, 450 mil personas naturales ejercían el trabajo por cuenta propia. Un economista oficial, Ariel Terrero Font, aseguraba en televisión que a juzgar por el crecimiento en los primeros meses, no sería posible llegar “al medio millón de trabajadores por cuenta propia” al cierre de ese mismo año.
Sin embargo, a partir de la prohibición de vender ropa importada y artículos de ferretería comprados en la red minorista, el grueso de las licencias otorgadas por la ONAT para ejercer el trabajo privado, dígase expendios de alimentos, taxistas (boteros), vendedores de ropas y artículos de ferretería, decrece vertiginosamente.
El tsunami que pasó por La Habana
Cientos de carpas yacen vacías en las ferias capitalinas. Se dice extraoficialmente que a nivel nacional, un promedio de 62 mil afiliados tienen congeladas sus licencias o las entregaron.
En la feria Reparto Eléctrico, ubicada en la calle Camilo Cienfuegos y Calzada de Managua, municipio Arroyo Naranjo, desde principios de enero hay 17 puestos cerrados y sólo 2 funcionan, con venta de CD pirateados y artículos de artesanía.
La feria ubicada en la avenida Porvenir, entre San Gregorio y Georgia, en el mismo municipio, cerró totalmente: más de 70 puestos ofertaban ropa y zapatos importados, y cuatro cafeterías daban servicio a los cuentapropistas.
En una de las ferias más concurridas de Arroyo Naranjo, atrapada entre las calles Atlanta y Calzada de Diez de Octubre, 43 puestos permanecen vacíos desde el 6 de enero. Las mesas ocupadas, un total de 32, ofertan ropa confeccionada, zapatos artesanales y bisutería.
En Centro Habana, otra de las ferias lideres en oferta y demanda, ubicada en Ángeles y Reina, mantiene apenas 3 ó 4 puestos activos de un aproximado de 60 mini-kioscos.
Sin embargo, mientras en la mayoría el exterminio de contribuyentes es visible, otras dan la sensación de recuperación. Es el caso de la Feria Virgen del Camino, situada en San Miguel y Calle B, municipio San Miguel del Padrón. Esta feria, reabierta a principios de enero, tiene 55 puestos de venta abandonados y 63 en servicio, sobre todo con ventas de zapatos y artículos de cuero. Este municipio se caracteriza por ser el mayor productor de zapatos artesanales.
Según Natividad Jiménez, especialista en planificación física de la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT) en el capitalino municipio de Arroyo Naranjo los contribuyentes que vendían ropa importada en ningún momento se quedarán desempleados, porque algunos han aceptado la reubicación. Otros no.
“No se ha cerrado ningún local. Ellos (los vendedores) estaban alertados desde el año pasado, no se ha hecho nada al margen de la ley. Muchos de los vendedores de La Cuevita (la feria más prolifera de La Habana) estaban ilegales, por eso no han hecho nada, no han reclamado y se han quedado callados”, apuntó Natividad.
Desempleo: ¿un secreto tributario?
Al cierre de 2011, la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) publicó su último informe sobre la cantidad de contribuyentes inscritos en la ONAT, un total de 391 mil trabajadores por cuenta propia. No obstante, cifras publicadas en la prensa oficial reflejan 444 mil 109 afiliados a la ONAT hasta la fecha.
Ante el creciente número de los que se dan baja en la ONAT, las oficinas municipales y provinciales cierran filas a la hora de brindar información.
El mercado negro como solución
¿Acaso la ONAT, encargada de recibir la liquidación de los tributos a los trabajadores privados que solicitan su baja, no registra en su base de datos la cantidad de licencias entregadas?
A juzgar por las estadísticas oficiales, desde diciembre de 2011 hasta la fecha, solamente 54 mil cubanos han solicitado licencia en las oficinas de la ONAT. Esto nos dice que el sector privado se mantiene al pie de la alcantarilla, a pesar de las grandilocuentes muestras de “transparencia e información oportuna”.
(Publicado originalmente en Cubanet el 01/30/ 2014)
Mientras la prensa plana y la televisión recalcan las nuevas regulaciones para el sector privado en 2014, los llamados “pequeños empresarios” hacen filas en las oficinas municipales de la Administración Tributaria (ONAT) para entregar sus licencias.
Rosa María, vecina de la Calle Washington y Calzada de Bejucal, en el municipio habanero Arroyo Naranjo, es una de las afiliadas que entregó su licencia recientemente. Como vendedora de helados y granizados, Rosa recibió innumerables visitas de inspectores:
“Las últimas multas fueron de 50 y 500 pesos (2 y 20 dólares al cambio actual), ambas de Salud Pública. La de 50, por mis uñas largas, y la de 500, porque tenía polvo el mostrador de la cafetería, ¡Ya estoy cansada!”, exclamó.
Según el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, al cierre de febrero de 2013, 450 mil personas naturales ejercían el trabajo por cuenta propia. Un economista oficial, Ariel Terrero Font, aseguraba en televisión que a juzgar por el crecimiento en los primeros meses, no sería posible llegar “al medio millón de trabajadores por cuenta propia” al cierre de ese mismo año.
Sin embargo, a partir de la prohibición de vender ropa importada y artículos de ferretería comprados en la red minorista, el grueso de las licencias otorgadas por la ONAT para ejercer el trabajo privado, dígase expendios de alimentos, taxistas (boteros), vendedores de ropas y artículos de ferretería, decrece vertiginosamente.
El tsunami que pasó por La Habana
Cientos de carpas yacen vacías en las ferias capitalinas. Se dice extraoficialmente que a nivel nacional, un promedio de 62 mil afiliados tienen congeladas sus licencias o las entregaron.
En la feria Reparto Eléctrico, ubicada en la calle Camilo Cienfuegos y Calzada de Managua, municipio Arroyo Naranjo, desde principios de enero hay 17 puestos cerrados y sólo 2 funcionan, con venta de CD pirateados y artículos de artesanía.
La feria ubicada en la avenida Porvenir, entre San Gregorio y Georgia, en el mismo municipio, cerró totalmente: más de 70 puestos ofertaban ropa y zapatos importados, y cuatro cafeterías daban servicio a los cuentapropistas.
En una de las ferias más concurridas de Arroyo Naranjo, atrapada entre las calles Atlanta y Calzada de Diez de Octubre, 43 puestos permanecen vacíos desde el 6 de enero. Las mesas ocupadas, un total de 32, ofertan ropa confeccionada, zapatos artesanales y bisutería.
En Centro Habana, otra de las ferias lideres en oferta y demanda, ubicada en Ángeles y Reina, mantiene apenas 3 ó 4 puestos activos de un aproximado de 60 mini-kioscos.
Sin embargo, mientras en la mayoría el exterminio de contribuyentes es visible, otras dan la sensación de recuperación. Es el caso de la Feria Virgen del Camino, situada en San Miguel y Calle B, municipio San Miguel del Padrón. Esta feria, reabierta a principios de enero, tiene 55 puestos de venta abandonados y 63 en servicio, sobre todo con ventas de zapatos y artículos de cuero. Este municipio se caracteriza por ser el mayor productor de zapatos artesanales.
Según Natividad Jiménez, especialista en planificación física de la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT) en el capitalino municipio de Arroyo Naranjo los contribuyentes que vendían ropa importada en ningún momento se quedarán desempleados, porque algunos han aceptado la reubicación. Otros no.
“No se ha cerrado ningún local. Ellos (los vendedores) estaban alertados desde el año pasado, no se ha hecho nada al margen de la ley. Muchos de los vendedores de La Cuevita (la feria más prolifera de La Habana) estaban ilegales, por eso no han hecho nada, no han reclamado y se han quedado callados”, apuntó Natividad.
Desempleo: ¿un secreto tributario?
Al cierre de 2011, la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) publicó su último informe sobre la cantidad de contribuyentes inscritos en la ONAT, un total de 391 mil trabajadores por cuenta propia. No obstante, cifras publicadas en la prensa oficial reflejan 444 mil 109 afiliados a la ONAT hasta la fecha.
Ante el creciente número de los que se dan baja en la ONAT, las oficinas municipales y provinciales cierran filas a la hora de brindar información.
El mercado negro como solución
¿Acaso la ONAT, encargada de recibir la liquidación de los tributos a los trabajadores privados que solicitan su baja, no registra en su base de datos la cantidad de licencias entregadas?
A juzgar por las estadísticas oficiales, desde diciembre de 2011 hasta la fecha, solamente 54 mil cubanos han solicitado licencia en las oficinas de la ONAT. Esto nos dice que el sector privado se mantiene al pie de la alcantarilla, a pesar de las grandilocuentes muestras de “transparencia e información oportuna”.
(Publicado originalmente en Cubanet el 01/30/ 2014)