El canal estadounidense CNBC, especializado en negocios, sondeó a varios expertos estadounidenses acerca de la nueva Ley de Inversiones a ser aprobada este sábado por una sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional de Cuba.
El reportaje señala aspectos tentadores de la legislación, como el permitir inversión extranjera en la mayor parte de los sectores de la economía cubana, autorizar la existencia de firmas de propiedad totalmente extranjera, y cobrar como impuestos sólo 15 por ciento de las ganancias, y no 30 por ciento como disponía la ley anterior de 1980.
Luego, presenta la óptica de los especialistas:
John Kavulich, asesor principal de políticas del Consejo Económico y Comercial Estados Unidos-Cuba, dijo que si bien estas iniciativas tienen el potencial para impulsar reformas positivas y liberalizadoras en la economía cubana, las empresas internacionales todavía deben aproximarse a la isla con un cauteloso escepticismo.
"Lo que han anunciado que van a hacer, ¿parece progresista? Sí. ¿Tiene el potencial para ser progresista? Sí", dijo Kavulich. "Pero Cuba ha tenido una ley de inversión extranjera desde 1980. Y uno de los problemas ha sido que cuando el gobierno percibe que ha avanzado lo suficiente da marcha atrás y trata de revertir o eliminar las oportunidades que ha presentado a las empresas. Cualquier cambio ahora deberá contemplarse en ese contexto histórico", advirtió.
Actualmente, las empresas internacionales están autorizadas a operar en Cuba sólo como accionistas minoritarios en las llamadas empresas mixtas, cuyo paquete de control retiene el gobierno.
Kavulich señaló la falta de transparencia legal y procesal como una cuestión clave que afecta el entorno empresarial en Cuba. Enumeró entre algunos de los principales desafíos que las empresas extranjeras enfrentan en la isla la repatriación de las ganancias, el arbitraje de conflictos y controversias, y las regulaciones que disponen que la contratación de personal cubano se haga a través de una agencia gubernamental de empleos.
"En una bandeja de aperitivos, no sería el primero que yo escogería “, concluyó el veterano observador del entorno empresarial en Cuba. "Hay muchos países en el mundo que son mucho más transparentes y que no se relacionan tanto con sus socios y colaboradores como si fueran rehenes".
Andrew MacDonald, director y ejecutivo principal de Esencia Group, cree que vale la pena correr esos riesgos. Su compañía planea construir en Cuba plantas de energía obtenida de la biomasa, para lo que se ha integrado en una empresa mixta con otra del Ministerio del Azúcar de Cuba.
"Hay algunos factores peculiares", dijo MacDonald a CNBC acerca de la inversión internacional en Cuba. "Puede ser un poco burocrático a veces, pero el país se está desenvolviendo económicamente en la dirección correcta".
Aunque trabajar con eficacia dentro de las empresas mixtas cubanas le ha costado grandes esfuerzos, el directivo considera atractiva la posibilidad de formar una empresa de propiedad totalmente privada en la isla.
"Uno de los problemas en Cuba es que no es tan fácil como comprar la gallina para que ponga los huevos. Se necesita hacer mucho trabajo preparatorio e invertir muchos recursos antes de que una empresa mixta sea aprobada, y solo entonces puede uno empezar realmente a trabajar" explicó MacDonald a CNBC. Por eso le parece una propuesta atractiva la de poder ser propietario del 100 por ciento de una empresa en la isla, en lugar de involucrarse en una empresa mixta.
“Las oportunidades son enormes, porque Cuba es un país rico en recursos naturales”, dijo el empresario, y agregó que respeta a los cubanos por sus capacidades técnicas y su recursividad.
John McAuliff, director ejecutivo de Fund for Reconciliation and Development, organización no lucrativa que aboga por relaciones más cálidas entre Estados Unidos y Cuba, apuntó que una nueva ley de inversión extranjera en un sistema en evolución turbulento como el de Cuba podría conducir a los inversores internacionales a malentendidos, y en algunos casos, a algo peor: la cárcel.
"En una situación de transición en la que no todas las reglas ni todas las leyes están claras, uno se puede meter en problemas con la ley por extralimitación, o codicia, o ignorancia", dijo McAuliff. "Ha habido problemas serios con empresarios que han tratado de tomar atajos y han terminado enfrentando cargos criminales en Cuba", alertó.
Por su parte Robert L. Muse, un abogado que se especializa en las leyes de Estados Unidos aplicables a Cuba, consideró que para que la nueva política cubana sobre la inversión extranjera pueda ser eficaz, serán claves la especificidad de los términos y la claridad del proceso.
“Yo exhortaría a [el gobierno de] Cuba a ir rápidamente de lo general a lo altamente específico. ¿Cuáles son los plazos? ¿Cómo son los procesos de aprobación? ¿Cómo se van a hacer respetar? Luego, pasar a la especificidad de la elaboración de normas y reglamentos" dijo Muse a CNBC. "No bastará con hacer pronunciamientos generales de que Cuba está buscando ahora inversiones extranjeras. Algunas preguntas tendrán que ser preventivamente respondidas".
El experto advirtió que las empresas internacionales que están considerando invertir en Cuba deben hacerlo con los ojos bien abiertos tanto a las oportunidades como a los riesgos presentes en la economía y la política de la isla.
“Este es un país que se está abriendo a la inversión extranjera después de 60 años de hibernación en ese sector”, dijo Muse. Quien invierta estará prácticamente abriendo el camino, pero ello entraña riesgos”.
El reportaje señala aspectos tentadores de la legislación, como el permitir inversión extranjera en la mayor parte de los sectores de la economía cubana, autorizar la existencia de firmas de propiedad totalmente extranjera, y cobrar como impuestos sólo 15 por ciento de las ganancias, y no 30 por ciento como disponía la ley anterior de 1980.
Luego, presenta la óptica de los especialistas:
John Kavulich, asesor principal de políticas del Consejo Económico y Comercial Estados Unidos-Cuba, dijo que si bien estas iniciativas tienen el potencial para impulsar reformas positivas y liberalizadoras en la economía cubana, las empresas internacionales todavía deben aproximarse a la isla con un cauteloso escepticismo.
"Lo que han anunciado que van a hacer, ¿parece progresista? Sí. ¿Tiene el potencial para ser progresista? Sí", dijo Kavulich. "Pero Cuba ha tenido una ley de inversión extranjera desde 1980. Y uno de los problemas ha sido que cuando el gobierno percibe que ha avanzado lo suficiente da marcha atrás y trata de revertir o eliminar las oportunidades que ha presentado a las empresas. Cualquier cambio ahora deberá contemplarse en ese contexto histórico", advirtió.
Actualmente, las empresas internacionales están autorizadas a operar en Cuba sólo como accionistas minoritarios en las llamadas empresas mixtas, cuyo paquete de control retiene el gobierno.
"Hay muchos países en el mundo que son mucho más transparentes y que no se relacionan tanto con sus socios y colaboradores como si fueran rehenes".
Kavulich señaló la falta de transparencia legal y procesal como una cuestión clave que afecta el entorno empresarial en Cuba. Enumeró entre algunos de los principales desafíos que las empresas extranjeras enfrentan en la isla la repatriación de las ganancias, el arbitraje de conflictos y controversias, y las regulaciones que disponen que la contratación de personal cubano se haga a través de una agencia gubernamental de empleos.
"En una bandeja de aperitivos, no sería el primero que yo escogería “, concluyó el veterano observador del entorno empresarial en Cuba. "Hay muchos países en el mundo que son mucho más transparentes y que no se relacionan tanto con sus socios y colaboradores como si fueran rehenes".
No es sólo comprar la gallina
Andrew MacDonald, director y ejecutivo principal de Esencia Group, cree que vale la pena correr esos riesgos. Su compañía planea construir en Cuba plantas de energía obtenida de la biomasa, para lo que se ha integrado en una empresa mixta con otra del Ministerio del Azúcar de Cuba.
"Hay algunos factores peculiares", dijo MacDonald a CNBC acerca de la inversión internacional en Cuba. "Puede ser un poco burocrático a veces, pero el país se está desenvolviendo económicamente en la dirección correcta".
Aunque trabajar con eficacia dentro de las empresas mixtas cubanas le ha costado grandes esfuerzos, el directivo considera atractiva la posibilidad de formar una empresa de propiedad totalmente privada en la isla.
Uno de los problemas en Cuba es que no es tan fácil como comprar la gallina para que ponga los huevos
“Las oportunidades son enormes, porque Cuba es un país rico en recursos naturales”, dijo el empresario, y agregó que respeta a los cubanos por sus capacidades técnicas y su recursividad.
John McAuliff, director ejecutivo de Fund for Reconciliation and Development, organización no lucrativa que aboga por relaciones más cálidas entre Estados Unidos y Cuba, apuntó que una nueva ley de inversión extranjera en un sistema en evolución turbulento como el de Cuba podría conducir a los inversores internacionales a malentendidos, y en algunos casos, a algo peor: la cárcel.
"En una situación de transición en la que no todas las reglas ni todas las leyes están claras, uno se puede meter en problemas con la ley por extralimitación, o codicia, o ignorancia", dijo McAuliff. "Ha habido problemas serios con empresarios que han tratado de tomar atajos y han terminado enfrentando cargos criminales en Cuba", alertó.
Preguntas a responder
Por su parte Robert L. Muse, un abogado que se especializa en las leyes de Estados Unidos aplicables a Cuba, consideró que para que la nueva política cubana sobre la inversión extranjera pueda ser eficaz, serán claves la especificidad de los términos y la claridad del proceso.
“Yo exhortaría a [el gobierno de] Cuba a ir rápidamente de lo general a lo altamente específico. ¿Cuáles son los plazos? ¿Cómo son los procesos de aprobación? ¿Cómo se van a hacer respetar? Luego, pasar a la especificidad de la elaboración de normas y reglamentos" dijo Muse a CNBC. "No bastará con hacer pronunciamientos generales de que Cuba está buscando ahora inversiones extranjeras. Algunas preguntas tendrán que ser preventivamente respondidas".
El experto advirtió que las empresas internacionales que están considerando invertir en Cuba deben hacerlo con los ojos bien abiertos tanto a las oportunidades como a los riesgos presentes en la economía y la política de la isla.
“Este es un país que se está abriendo a la inversión extranjera después de 60 años de hibernación en ese sector”, dijo Muse. Quien invierta estará prácticamente abriendo el camino, pero ello entraña riesgos”.