A continuación un editorial que refleja la opinión del gobierno de Estados Unidos:
La comunidad internacional se ha preocupado con razón por las amenazas a la paz y la seguridad internacionales que representa Corea del Norte, incluido el lanzamiento de misiles balísticos, preparativos para una prueba nuclear y ataques cibernéticos contra la infraestructura de criptomonedas que financian sus programas de armas de destrucción masiva.
Pero 31 países, incluidos Estados Unidos, Japón y Corea del Sur, recientemente dirigieron su atención a los deplorables abusos contra los derechos humanos sufridos por quienes viven en Corea del Norte, y emitieron un declaración conjunta sobre el tema.
La embajadora de EEUU ante las Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield, pronunció la declaración conjunta luego de una reunión a puertas cerradas del Consejo de Seguridad de la ONU.
En nombre de los 31 países, la embajadora Thomas-Greenfield señaló que el gobierno norcoreano es "uno de los peores violadores" de los derechos humanos en el mundo.
Más de 100 mil personas están recluidas en campos de prisioneros políticos donde sufren violaciones que incluyen tortura, trabajos forzados, ejecuciones sumarias, hambre y violencia de género.
"A quienes no están en campos de prisioneros políticos se les niegan los derechos humanos fundamentales, incluida la libertad de expresión, información e incluso la libertad de pensamiento", afirmó.
Ciudadanos de otros países también han sufrido, por parte de Corea del Norte, abusos, incluidas ejecuciones sumarias, asesinatos, vigilancia, intimidación, secuestros y repatriación forzosa. La embajadora Thomas-Greenfield expresó especial preocupación por la situación de los derechos humanos de los ciudadanos de Corea del Sur detenidos en Corea del Norte, secuestros y desapariciones forzadas de ciudadanos japoneses y de Corea del Sur, y prisioneros de guerra no repatriados.
La declaración de los 31 países señaló que las continuas violaciones de los derechos humanos por parte del régimen "están inextricablemente vinculadas con el programa ilegal y desestabilizador de armas del país".
El sistema coercitivo del régimen desvía recursos al desarrollo de armas, incluso cuando los ciudadanos de Corea del Norte sufren graves dificultades económicas y desnutrición.
"El mundo moderno no tiene lugar para tal brutalidad. Elogiamos y apoyamos todos los esfuerzos para hacer que los perpetradores rindan cuentas", declararon los representantes.
"Estas violaciones de los derechos humanos amenazan la paz y la seguridad internacionales, y es hora de que el Consejo las aborde públicamente. Instamos a todos los miembros del Consejo de Seguridad a apoyar una sesión informativa abierta en 2023 donde podamos discutir las violaciones y los abusos de los derechos humanos cometidos por Corea del Sur, las implicaciones para la paz y la seguridad, y explorar formas de incorporar los derechos humanos en la diplomacia de paz y seguridad en la península de Corea".