Rusia suministrará 1,64 millones de toneladas de petróleo anuales a Cuba, anunció el primer ministro de la Isla, Manuel Marrero, de visita en el país eslavo.
De acuerdo al funcionario cubano, ambas naciones preparan un acuerdo intergubernamental para que la empresa rusa Rosneft suministre a La Habana la millonaria cifra en petróleo e hidrocarburos anuales.
Se desarrolla “una campaña de desinformación hacia el pueblo de Cuba para que, ahora que está comenzando el verano, se apacigüen los ánimos y no se vayan a producir protestas en los próximos meses. Esa campaña de desinformación consiste en crear grandes expectativas de que, con los rusos, ya todas las penurias del pueblo cubano van a resolverse al corto plazo”, dijo a Martí Noticias, el historiador y diplomático Juan Antonio Blanco, asentado en Miami.
El anuncio del jefe de gobierno cubano, consuma la avalancha de novedades sobre los renovados vínculos ruso cubanos, entre ellos, la entrada de bancos y del rublo en la Isla, el trato preferencial a los inversionistas rusos para arrendar tierras por 30 años y un paquete de reformas para liberalizar la economía cubana.
“Hay una gran incertidumbre sobre el relanzamiento de las relaciones económicas, políticas, y quizás, militares entre Cuba y Rusia porque no está claro, no están los contratos visibles, no se sabe realmente a qué llegó el acuerdo”, señaló, el también analista Julio Aleaga Pesant, desde la capital cubana.
“El primero que está interesado en dar una imagen de estas nuevas relaciones entre Cuba y Rusia es el gobierno cubano que está muy desesperado y necesita aliarse con una gran potencia -que Rusia lo sigue siendo- y los mismos rusos también están interesados en mostrar que están ayudando a Cuba y que están participando en la “transición” económica cubana, a partir del criterio de que eso los pone, nuevamente, en el marco internacional, más allá de la guerra en Ucrania y más allá de las alianzas euroasiáticas”, demarcó Aleaga.
“Un tercer elemento, político, son los que están interesados en denunciar el hecho de estas nuevas relaciones y son los que están hablando de geopolítica, de una nueva intervención; no solamente de Rusia, sino también de otros países tiránicos dictatoriales como China e Irán en América Latina, específicamente en el mar Caribe”, precisó.
Marrero subrayó la relevancia del convenio para Cuba, en un momento que el gobierno comunista enfrenta dificultades con la provisión de combustibles.
Su homólogo ruso, Mijaíl Mishustin subrayó que la colaboración Rusia Cuba ha confirmado “su estabilidad ante los retos externos", entre los que citó las sanciones económicas de "países inamistosos".
Juan Antonio Blanco duda que pueda concretarse una idílica relación bilateral y percibe razones geopolíticas detrás del renacer del arrimo entre ambos estados: “Lo único cierto es que este incremento de la relación bilateral no se produjo hasta que Cuba empezó a apoyar de forma plena a Rusia en su guerra contra Ucrania y son los colaboradores de Rusia en esa guerra, los que están recibiendo algún tipo de soporte o algún tipo de involucramiento adicional al que ya tenían, por ejemplo, a Bielorrusia, (los rusos) le van a traspasar ahora armas nucleares”.
“Cuba está involucrándose cada vez más, no solo en el terreno diplomático y en el de la desinformación, sino que comienzan a dar indicios de que haya cubanos que estén apareciendo en el terreno militar prestando colaboración militar en la guerra”, afirmó el experto, presidente de la organización Cuba Siglo 21.
Mishustin informó que ambos países trabajan en la creación de un sistema financiero bilateral de pagos y han comenzado a comerciar en base a las divisas nacionales, el rublo y el peso cubano.
“Todo esto es, lo que se supone, van a compensar con petróleo, o sea, es sangre por petróleo, si esa fuera la ecuación, pero dudo mucho, incluso en esas condiciones, de que las prestaciones de petróleo sean suficientes para cubrir los déficits que hay en Cuba. Y esta no es la Unión Soviética, estos son intereses privados, todo hay que pagarlo. Lo más que pueden recibir es un crédito blando y ¿con qué lo va a pagar el pueblo cubano? si va a ser con sangre en el terreno de batalla o con peores cosas en otros campos”, apuntó Blanco.
El régimen cubano arrastra una deuda con Rusia de cientos de millones de dólares. No está claro cómo pagará por el petróleo.
Aleaga aseguró que está por ver si Cuba obtendrá beneficios de esta relación: “Todo parece indicar que no, por una razón, y es que los rusos no van a apoyar un elemento liberalizador dentro de la sociedad cubana. Ellos van a traer el discurso de Stolypin, un liberal ruso de finales del siglo XIX y principios del XX, y eso podría verse como un elemento liberalizador, pero Rusia lo que podría exportar aquí sería la oligarquía poderosa que tienen en su país y que en Cuba se está desarrollando con tanta fuerza”.
Marrero, además, se reunió con el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvédev, con quien conversó sobre la reciprocidad bilateral, la cooperación cultural y humanitaria, el programa de becas para estudiantes cubanos y la implementación de la enseñanza del idioma ruso en la Isla.
Para algunos, los reportes de la colaboración Cuba Rusia indicarían la decisión del gobierno cubano de distanciarse más de la apertura de su economía a los inversionistas estadounidenses, pero Aleaga no lo considera así.
“Lo que están es jugando con los rusos, o con el que caiga, como un farol para los norteamericanos. Para el gobierno cubano, el principal mercado inversionista en Cuba, más allá de la realidad, son las inversiones norteamericanas y en segundo caso, las inversiones de los cubanoamericanos, a quien están cortejando de una manera importante. Todo tiene que ver con la gran crisis de modelo económico, de desarrollo de liquidez y de credibilidad que tiene el Estado cubano a la hora de pagar las finanzas”, recalcó el especialista habanero.
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