Cuando se da la oportunidad del intercambio con dos protagonistas de la vida política de hoy en Cuba, la ocasión no puede pasarse por alto.
Si se trata de dos ensayistas que pasaron de los predios académicos oficiales a la vida incierta del disidente y si existe en ellos nivel de análisis y capacidad para la polémica, las más caras fantasías de cualquier editor se hacen realidad. Primavera Digital-Primavera en Cuba dan la más calurosa bienvenida a su redacción a Manuel Cuesta Morúa y a Leonardo Calvo Cárdenas. Ellos nos permitirán compartir sus impresiones sobre las escenas norteamericanas en que participaron en el marco de su visita a los Estados Unidos. Allí participaron en las sesiones de LASA a las que fueron invitados, en contraposición a un grupo académico de la bancada oficialista.
Juan González Febles: ¿Cuál fue el balance de la visita realizada a USA y vuestra comparecencia en LASA?
Manuel Cuesta Morúa: Empecemos por LASA. El balance fue muy interesante y muy positivo sobre todo para mostrar lo que siempre se trata de ocultar y es que en Cuba hay un pensamiento alternativo con coherencia, consistencia y solidez.
Menciono las tres palabras porque no son sinónimos en este caso y allí se logró demostrar eso. Pues que Cuba es plural y de que es posible romper el monopolio intelectual que el régimen ha mantenido sobre la imagen de Cuba. Digamos que el pensamiento alternativo, el pensamiento diferente se ha visto más como el pensamiento de la resistencia y de gente "molesta", que es como el pensamiento de gente que tiene una propuesta, un proyecto, una idea de que debe ser el país y por donde se debe encaminar Cuba. Esto sirvió, LASA sirvió para demostrar que esto existe. Esa curiosidad fue bien satisfecha, la gente estaba interesada en saber. Era la primera vez que actores independientes participan en un evento de esta naturaleza, muy bien monopolizado por el gobierno cubano.
Hay que tener en cuenta algo fundamental, LASA es un espacio que se ha movido desde la izquierda a centro-izquierda, pero originalmente fue el espacio de cierta izquierda poética, cierta izquierda revolucionaria que tendía a "poetizar" desde Estados Unidos, los procesos llamados de revolución en América Latina. LASA surge en este contexto.
Luego, el mundo cambió y LASA también, ya es un espacio más plural. Hay que decir a favor de LASA que es un espacio riguroso. Ellos investigan y gustan de dar densidad a las ideas. Pero ciertamente hubo un sesgo ideológico muy marcado que se ha ido abriendo y creo, que esto favorece mucho la participación de nosotros los cubanos. Esto es un primer resultado importante y muy concreto. LASA comienza como posibilidad a partir de la participación nuestra este año que va a terminar para que más cubanos participen desde otras aristas. Esto es lo que nos proponemos hacer.
Hay un punto clave. El gobierno cubano se da cuenta de que ya no puede seguir la manipulación, el monopolio y el monitoreo del pensamiento dentro de la Isla. Esto se percibe desde el nivel de receptividad y recepción de lo que planteamos allí. Las ponencias llevadas allí por parte de la oficialidad cubana, fueron parte de un discurso circular y repetitivo que trató de dar la imagen de que Cuba sigue como una opción posible para América Latina, pero en ningún momento se dio la imagen de que Cuba renovaba su pensamiento desde la oficialidad. Eso ofrece un contraste muy interesante, lo que propusimos, lo que expusimos se situó más en el nivel de discusión que existe hoy en Estados Unidos, en América Latina, que lo que plantea el gobierno cubano. Esto fue porque perdieron el punto de vista. En un futuro, se pondrán las pilas.
Luis Cino: ¿Perdieron la iniciativa?
Manuel Cuesta Morúa: La perdieron totalmente. Al final nuestro tema tenía dos aristas fundamentales, una de ellas tuvo que ver con el tema racial y otra que al fin logré que se perfilara con fuerza, tuvo que ver con el tema de la democracia. Lo vinculé con el tema de la racialidad en Cuba, pero no solo al tema de la racialidad.
LC: Pienso que estás más en sintonía con el discurso de la izquierda contemporánea, que los ideólogos del oficialismo que parecen más inspirados en el discurso de la más rancia derecha. ¿Qué podrías abundarnos sobre este tema?
MCM: El gobierno, sus voceros enfocaron sus propias visiones. LASA es un bazar en que al mismo tiempo se venden muchas ideas y uno debe escoger...
LC: ¿Hay o no un rigor?
MCM: Hay rigor académico. Cuando hablo de un bazar me refiero a que en el mismo tiempo se discute en distintos paneles. No se tiene el don de la ubicuidad y quieres participar en uno y otro, pero tienes que escoger. Yo participé en algunos, sobre todo los que tenían que ver con el tema Cuba y uno se da cuenta que no están al nivel.
JGF: Entonces, ¿cuáles serían los temas qué consideras más raigales, mas definitorios, más importantes en este encuentro?
MCM: Hubo uno, la discusión política entre Cuba-Estados Unidos. Hubo un panel académico de estudiosos cubanos, norteamericanos y discutieron el tema del embargo, la política norteamericana, etc.
Cuando uno se acerca bien y participé en este panel, en la relatoría y la discusión del tema, es en esencia una especie de relación de puntos de diferendo, más que de análisis de todo lo que pudiera hacerse. Me refiero al análisis político de lo puede ser en términos de las relaciones. Casi todas las ponencias exponen, "el gobierno cubano dice...", o "el gobierno norteamericano plantea...", "el gobierno cubano quiere...", "el gobierno norteamericano no quiere". No hay un nivel de profundidad ni en el lado norteamericano, ni en el lado cubano.
Entonces la conclusión fue que me encontraba en un panel de propaganda política, a favor o en contra. Por lo pronto, a mí que me interesa no solo el activismo político sino el enfoque intelectual de las cosas, eché de menos una discusión más rigurosa sobre cincuenta y tantos años de desencuentros entre los gobiernos de Cuba y los Estados Unidos.
Si se trata de dos ensayistas que pasaron de los predios académicos oficiales a la vida incierta del disidente y si existe en ellos nivel de análisis y capacidad para la polémica, las más caras fantasías de cualquier editor se hacen realidad. Primavera Digital-Primavera en Cuba dan la más calurosa bienvenida a su redacción a Manuel Cuesta Morúa y a Leonardo Calvo Cárdenas. Ellos nos permitirán compartir sus impresiones sobre las escenas norteamericanas en que participaron en el marco de su visita a los Estados Unidos. Allí participaron en las sesiones de LASA a las que fueron invitados, en contraposición a un grupo académico de la bancada oficialista.
Juan González Febles: ¿Cuál fue el balance de la visita realizada a USA y vuestra comparecencia en LASA?
Manuel Cuesta Morúa: Empecemos por LASA. El balance fue muy interesante y muy positivo sobre todo para mostrar lo que siempre se trata de ocultar y es que en Cuba hay un pensamiento alternativo con coherencia, consistencia y solidez.
Menciono las tres palabras porque no son sinónimos en este caso y allí se logró demostrar eso. Pues que Cuba es plural y de que es posible romper el monopolio intelectual que el régimen ha mantenido sobre la imagen de Cuba. Digamos que el pensamiento alternativo, el pensamiento diferente se ha visto más como el pensamiento de la resistencia y de gente "molesta", que es como el pensamiento de gente que tiene una propuesta, un proyecto, una idea de que debe ser el país y por donde se debe encaminar Cuba. Esto sirvió, LASA sirvió para demostrar que esto existe. Esa curiosidad fue bien satisfecha, la gente estaba interesada en saber. Era la primera vez que actores independientes participan en un evento de esta naturaleza, muy bien monopolizado por el gobierno cubano.
Hay que tener en cuenta algo fundamental, LASA es un espacio que se ha movido desde la izquierda a centro-izquierda, pero originalmente fue el espacio de cierta izquierda poética, cierta izquierda revolucionaria que tendía a "poetizar" desde Estados Unidos, los procesos llamados de revolución en América Latina. LASA surge en este contexto.
Luego, el mundo cambió y LASA también, ya es un espacio más plural. Hay que decir a favor de LASA que es un espacio riguroso. Ellos investigan y gustan de dar densidad a las ideas. Pero ciertamente hubo un sesgo ideológico muy marcado que se ha ido abriendo y creo, que esto favorece mucho la participación de nosotros los cubanos. Esto es un primer resultado importante y muy concreto. LASA comienza como posibilidad a partir de la participación nuestra este año que va a terminar para que más cubanos participen desde otras aristas. Esto es lo que nos proponemos hacer.
Hay un punto clave. El gobierno cubano se da cuenta de que ya no puede seguir la manipulación, el monopolio y el monitoreo del pensamiento dentro de la Isla. Esto se percibe desde el nivel de receptividad y recepción de lo que planteamos allí. Las ponencias llevadas allí por parte de la oficialidad cubana, fueron parte de un discurso circular y repetitivo que trató de dar la imagen de que Cuba sigue como una opción posible para América Latina, pero en ningún momento se dio la imagen de que Cuba renovaba su pensamiento desde la oficialidad. Eso ofrece un contraste muy interesante, lo que propusimos, lo que expusimos se situó más en el nivel de discusión que existe hoy en Estados Unidos, en América Latina, que lo que plantea el gobierno cubano. Esto fue porque perdieron el punto de vista. En un futuro, se pondrán las pilas.
Luis Cino: ¿Perdieron la iniciativa?
Manuel Cuesta Morúa: La perdieron totalmente. Al final nuestro tema tenía dos aristas fundamentales, una de ellas tuvo que ver con el tema racial y otra que al fin logré que se perfilara con fuerza, tuvo que ver con el tema de la democracia. Lo vinculé con el tema de la racialidad en Cuba, pero no solo al tema de la racialidad.
LC: Pienso que estás más en sintonía con el discurso de la izquierda contemporánea, que los ideólogos del oficialismo que parecen más inspirados en el discurso de la más rancia derecha. ¿Qué podrías abundarnos sobre este tema?
MCM: El gobierno, sus voceros enfocaron sus propias visiones. LASA es un bazar en que al mismo tiempo se venden muchas ideas y uno debe escoger...
LC: ¿Hay o no un rigor?
MCM: Hay rigor académico. Cuando hablo de un bazar me refiero a que en el mismo tiempo se discute en distintos paneles. No se tiene el don de la ubicuidad y quieres participar en uno y otro, pero tienes que escoger. Yo participé en algunos, sobre todo los que tenían que ver con el tema Cuba y uno se da cuenta que no están al nivel.
JGF: Entonces, ¿cuáles serían los temas qué consideras más raigales, mas definitorios, más importantes en este encuentro?
MCM: Hubo uno, la discusión política entre Cuba-Estados Unidos. Hubo un panel académico de estudiosos cubanos, norteamericanos y discutieron el tema del embargo, la política norteamericana, etc.
Cuando uno se acerca bien y participé en este panel, en la relatoría y la discusión del tema, es en esencia una especie de relación de puntos de diferendo, más que de análisis de todo lo que pudiera hacerse. Me refiero al análisis político de lo puede ser en términos de las relaciones. Casi todas las ponencias exponen, "el gobierno cubano dice...", o "el gobierno norteamericano plantea...", "el gobierno cubano quiere...", "el gobierno norteamericano no quiere". No hay un nivel de profundidad ni en el lado norteamericano, ni en el lado cubano.
Entonces la conclusión fue que me encontraba en un panel de propaganda política, a favor o en contra. Por lo pronto, a mí que me interesa no solo el activismo político sino el enfoque intelectual de las cosas, eché de menos una discusión más rigurosa sobre cincuenta y tantos años de desencuentros entre los gobiernos de Cuba y los Estados Unidos.