A pesar de que no desea intervenir en la zona, Estados Unidos acaba de enviar un contingente muy reducido a Mali para cooperar con las fuerzas de países aliados, ante la evidencia de que el terrorismo en esa región no para de extenderse
Los países industrializados, a pesar de su poder y abundancia, no consiguen erradicar el terrorismo en Africa, a pesar de sus victorias militares que tampoco es capaz de fomentar el compromiso que podría lograr una paz relativa.
Malí es tan sólo el caso más reciente, en que los soldados franceses y sus aliados africanos consiguieron marchar sin obstáculos sobre casi todo el norte del país donde viven casi exclusivamente los touaregs musulmanes, pero esto no sirvió para desalojar a los seguidores de Al Qaeda ni a las organizaciones fundamentalistas como Boko Haram, un grupo nigeriaro que reliza incursiones de forma imprevista.
Si los tuaregs huyeron a los países vecinos en espera de mejores posibilidades de atacar, los miembros de Boko Haram siguen concentrados en sus actividades en Nigeria y en aumentar su colaboración con otras organizaciones terroristas islámicas.
Una prueba del fracaso occidental fue la extraña puesta en libertad de una familia francesa secuestrada por “Boko Haram” en el Camerún el pasado mes de febrero.
Tanto los terroristas como el gobierno francés respetan sus normas de no hacer concesiones, que en el caso de Francia significa el pago de rescates y para Boko hacer caso omiso del dinero. Pero el acuerdo fue posible porque, probablemente, Paris aceptó otras compensaciones como podría ser liberar a presos en el Camerún.
Al analizar la influencia de Al Qaeda en Africa, que se centra en las zonas más pobres, o la situación de Nigeria, que tiene recursos demográficos y naturales para ser una potencia económica en el continente, pero sufre una situación de auténtica miseria en el norte del país, parece que las fuerzas difusoras del terrorismo africano has sido la ignorancia y la pobreza.
Es como si los radicales islámicos centran sus bases donde encuentran grupos sumidos en la ignorancia y el hambre, ya sea por falta de visión política de sus lídere o por la corrupción de sus clases dirigentes .
Y, todavía más importante que la miseria material, parece ser la intelectual, con un claro paralelo entre la formación lamentablemente mala ofrecida por las madrasas afganas y las del África Occidental.
El mejor indicio de que la violencia guerrillera se extiende mejor gracias a la ignorancia que al hambre lo hallamos en el mismísimo nombre de los terroristas islámicos de “Boko Haram”: El nombre significa literalmente : “instrucción es pecado”.
Los países industrializados, a pesar de su poder y abundancia, no consiguen erradicar el terrorismo en Africa, a pesar de sus victorias militares que tampoco es capaz de fomentar el compromiso que podría lograr una paz relativa.
Malí es tan sólo el caso más reciente, en que los soldados franceses y sus aliados africanos consiguieron marchar sin obstáculos sobre casi todo el norte del país donde viven casi exclusivamente los touaregs musulmanes, pero esto no sirvió para desalojar a los seguidores de Al Qaeda ni a las organizaciones fundamentalistas como Boko Haram, un grupo nigeriaro que reliza incursiones de forma imprevista.
Si los tuaregs huyeron a los países vecinos en espera de mejores posibilidades de atacar, los miembros de Boko Haram siguen concentrados en sus actividades en Nigeria y en aumentar su colaboración con otras organizaciones terroristas islámicas.
Una prueba del fracaso occidental fue la extraña puesta en libertad de una familia francesa secuestrada por “Boko Haram” en el Camerún el pasado mes de febrero.
Tanto los terroristas como el gobierno francés respetan sus normas de no hacer concesiones, que en el caso de Francia significa el pago de rescates y para Boko hacer caso omiso del dinero. Pero el acuerdo fue posible porque, probablemente, Paris aceptó otras compensaciones como podría ser liberar a presos en el Camerún.
Al analizar la influencia de Al Qaeda en Africa, que se centra en las zonas más pobres, o la situación de Nigeria, que tiene recursos demográficos y naturales para ser una potencia económica en el continente, pero sufre una situación de auténtica miseria en el norte del país, parece que las fuerzas difusoras del terrorismo africano has sido la ignorancia y la pobreza.
Es como si los radicales islámicos centran sus bases donde encuentran grupos sumidos en la ignorancia y el hambre, ya sea por falta de visión política de sus lídere o por la corrupción de sus clases dirigentes .
Y, todavía más importante que la miseria material, parece ser la intelectual, con un claro paralelo entre la formación lamentablemente mala ofrecida por las madrasas afganas y las del África Occidental.
El mejor indicio de que la violencia guerrillera se extiende mejor gracias a la ignorancia que al hambre lo hallamos en el mismísimo nombre de los terroristas islámicos de “Boko Haram”: El nombre significa literalmente : “instrucción es pecado”.