El cubano Alex Guerrero tiene a los Dodgers de Los Angeles en una situación difícil de cara a la temporada 2015.
Tras firmar un contrato por cuatro años y $28 millones en octubre del 2013 con los Dodgers, Guerrero sostiene en sus manos la palanca que controla gran parte de su propio destino; gracias a su agente Scott Boras.
Una cláusula incluida en su acuerdo contractual pudiera crear dolores de cabeza al equipo con la nómina más cara de las Grandes Ligas ($197,47 millones en 2015): después de un primer año junto a la organización, el pelotero no puede ser enviado a Ligas Menores sin su consentimiento. Las otras opciones de Los Angeles serían canjearlo o liberarlo –pagándole el resto de su contrato-.
“Yo no quiero ir abajo [a las Menores]. No voy a ir hacia abajo”, dijo el infielder cubano al periodista Jesse Sánchez, de MLB. “Siento que puedo ir mejorando a este nivel [de Grandes Ligas] y jugar todos los días. Pienso que es eso lo que cada jugador desea. Uno quiere estar en las Grandes Ligas y jugar tanto como sea posible”.
Originalmente Guerrero llegó al béisbol profesional como shortstop, aunque tras ser firmado se le pidió que hiciera la transición hacia la segunda base. Los Dodgers pretendían que el cubano defendiera el segundo cojín como titular en la temporada 2014. Sin embargo, la habilidades defensivas que mostró durante los entrenamientos de primavera del año pasado no estuvieron a la altura de lo que esperaba el equipo.
Finalmente los Dodgers resolvieron su déficit en esa posición alternando entre Dee Gordon y Justin Turner. Guerrero terminó la mayor parte del 2014 en Ligas Menores y sólo vio acción en las Mayores en 11 partidos.
“El año pasado me sirvió para ganar bastante experiencia. Aprendí muchas cosas de las cuales no tenía ni idea”, dijo el pelotero en su conversación con Sánchez. “Cosas como el estilo de jugar, las diferentes reglas, así como las costumbres de aquí en los Estados Unidos. Ahora estoy mucho más familiarizado con el béisbol de este país”.
En el 2014 Guerrero bateó para .329 con 15 jonrones y 49 impulsadas junto a Albuquerque (Triple-A). Estuvo cerca de ser llamado por los Dodgers en el mes de mayo, pero su ascenso no tuvo lugar.
Después llegó el peor capítulo de su carrera: el cubano se vio en una riña con el receptor dominicano Miguel Olivo, quien le mordió una de sus orejas y lo envió al quirófano para una reconstrucción estética. Antes de ese incidente, Guerrero promediaba para .376, después su ofensiva mermó a .286.
Las Ligas Menores pueden terminar siendo un lugar inhóspito y el cubano lo vivió en carne propia el año pasado.
“Sólo quiero trabajar fuerte para que los resultados hablen por mí”, expresó Guerrero en la entrevista con Sánchez. “Me han dicho que siga entrenando fuerte y siento que estoy mejorando cada día”.
El mánager Don Mattingly considera que esta vez el cubano tiene más posibilidades.
“Este año va a ser grande para él”, afirmó Mattingly en su charla con MLB. “Primeramente en el 2014 se le pidió demasiado. Viniendo de otro país se necesita hacer un gran ajuste que incluye el idioma, aprender a jugar una nueva posición. Todo el mundo está ayudándole [en este momento] y él parece mucho más relajado esta vez”.