Términos como "colombianización", "cubanización" y "mexicanización" no han llegado, por ahora, al Diccionario de la Real Academia Española como sí lo hizo en su día "balcanización", pero ya tienen en su haber un historial de
polémicas en el que aparece hasta el papa Francisco.
Mientras Cuba se presenta en los últimos meses como una meca para empresarios de todo el mundo deseosos de sacar partido de la normalización de las relaciones con Estados Unidos anunciada el pasado diciembre, la palabra "cubanización" se sigue empleando para describir la situación de otro país caribeño: Venezuela.
Cuando el nombre de una nación da lugar a una nueva palabra y se aplica a otro país, casi nunca es por algo bueno y el término resultante no gusta a ninguna de las partes. En el caso venezolano el término "cubanización" tiene al menos dos acepciones.
Una se refiere a la influencia del castrismo en el ya fallecido presidente Hugo Chávez y en el actual mandatario, Nicolás Maduro, y a la presencia de cubanos en ámbitos estratégicos de Venezuela. La otra, alude a las filas para comprar, la escasez, la existencia de varios tipos de cambio y los controles estatales que ahora existen en el país suramericano.
En algunos titulares de la prensa internacional la palabra apareció la semana pasada a raíz de que el presidente Nicolás Maduro anunció la regulación de la venta de medicamentos para enfermos crónicos, en medio de una crisis económica que ha producido desabastecimiento e inflación.
El término es usado por los opositores al chavismo desde hace más de una década también para lo que tiene que ver con los límites a las libertades y los Derechos Humanos.
"¿Cuál 'cubanización'? ¡Aquí los cubanos nos están ayudando!", respondió en 2010 Hugo Chávez a una denuncia en ese sentido hecha por el general retirado Antonio Rivero acerca de la presencia de militares cubanos en el país.
El entonces embajador cubano en Caracas, Rogelio Polanco, señaló que las denuncias de Rivero solo buscaban "opacar el gran esfuerzo de solidaridad entre las dos naciones".
Hace dos meses el Gobierno mexicano se molestó por el hecho de que el papa Francisco hablara de la "mexicanización" de Argentina, como hace años les disgustaba a los colombianos que se dijera que México se estaba "colombianizando".
"Mexicanización" y "colombianización" son términos usados hoy en día para un mismo fenómeno: El empoderamiento del narcotráfico y la criminalidad y su penetración en las estructuras del Estado, junto a un notorio aumento de la violencia.
Sin embargo, hace años el significado de "mexicanización" era muy distinto, pues hacía alusión a trampas electorales, al uso de la maquinaria gubernamental en favor del candidato oficial y a la permanencia ininterrumpida en el poder del Partido Revolucionario Institucional (PRI) durante siete décadas.
"Esto es una 'mexicanización', pues parece una elección democrática pero en el fondo no lo es", dijo Luiz Inácio Lula da Silva en 1994, cuando era candidato a la Presidencia de Brasil y tenía como adversario a Fernando Henrique Cardoso, quien fue el ganador de aquellos comicios.
También empleó el término el escritor mexicano Carlos Fuentes para referirse a las elecciones del año 2000 en Estados Unidos, en las que resultó ganador George W. Bush, después de mucho suspense y muchos problemas con el recuento de votos en Florida.
A medida que avanzaba el proceso, "los espectadores mexicanos nos preguntábamos si, derrotado en México, el PRI se había exportado a sí mismo a la Florida", escribió Fuentes en un artículo.
Cuando se empezó a hablar de la "colombianización" de México, los expertos que utilizaban ese término reconocían que era "estigmatizante" para los colombianos.
Aunque el narcotráfico no ha desaparecido, Colombia está hoy en día menos "colombianizada" que México.
Sergio Ramírez, el escritor y exvicepresidente nicaragüense, no tuvo reparos en hablar de "colombianización" en la misma Colombia y ante el presidente de ese país, Juan Manuel Santos, al reclamar una despenalización de las drogas como solución contra el narcotráfico.
"Centroamérica tiene una posición trágica, geográficamente es un puente de la droga del sur al norte, no podemos quitarnos de ahí. La droga pasa por Centroamérica y, como México vivió la 'colombianización', ahora Centroaméricana se está 'mexicanizando'", dijo Ramírez en el Hay Festival de Cartagena de Indias, en 2012.
Después de la polémica con el Gobierno de Enrique Peña Nieto por haber advertido del riesgo de una "mexicanización" de Argentina, Francisco, el primer Papa latinoamericano de la historia, opinó que ese término es "técnico" y no tiene que ver con "la dignidad de México".
"Es como cuando hablamos de la balcanización, ni los serbios, ni los macedonios, ni los croatas se nos enojan. Ya se habla de balcanizar algo y se usa técnicamente y los medios de comunicación lo han usado muchas veces, ¿no?", dijo el pontífice en una entrevista exclusiva con la cadena mexicana Televisa en marzo pasado.
Según el Diccionario de la Real Academia Española, balcanización es la "desmembración de un país en territorios o comunidades enfrentados", como pasó en la antigua Yugoslavia.