“Claro que no. En Cuba creces pensando que lo que tienes es todo lo que necesitas y debes estar satisfecha con eso”, respondió la actriz cubana Ana de Armas cuando el reportero de La Vanguardia le preguntó si alguna vez había imaginado que trabajaría con Harrison Ford, el protagonista del clásico de 1982 Blade Runner, con quien comparte cartelera en la secuela, Blade Runner 2049, ahora mismo en cines de todo el mundo.
En la entrevista publicada este sábado, de Armas dice que vio la película de niña y no entendió nada, pero que pasó su infancia viendo filmes de Ford. Por eso durante el rodaje en ocasiones se sentía un poco intimidada "porque tenemos esa idea de que uno no se puede acercar a sus ídolos, pero Harrison fue muy amable conmigo, muy cálido y divertido. Tiene un sentido del humor muy especial y no para de hacer bromas”.
Acerca de las películas que vio en Cuba recuerda que ella viene “de una familia muy humilde. No teníamos reproductor de vídeo o de DVD, pero un vecino tenía. Una vez estaba mirando una película, creo que era Matilda, y cuando me volví a casa repetí toda la película para mi hermano que no la había visto. Siempre estaba imitando las escenas más emotivas de las películas que me gustaban”.
La actriz ya ha compartido roles en Hollywood con actores consagrados como Robert De Niro y Keanu Reeves, y otros en ascenso como Miles Teller y el venezolano Edgar Ramírez, con quien las publicaciones faranduleras dicen que ha tenido una relación sentimental. En Blade Runner 2049 trabaja también con el canadiense nominado al Oscar Ryan Gosling.
De Armas está muy al tanto de la realidad de su país natal pues viaja allí con frecuencia, la última vez, el mes pasado.
“Voy muy a menudo. Hay años en los que sólo puedo ir una vez porque estoy trabajando. Este año ya he ido cuatro veces. En algunos ámbitos Cuba ha cambiado mucho, en otros, nada. Pero hay muchas cosas que están pasando, particularmente entre la juventud y quiero ser parte de eso. Me estoy perdiendo muchas cosas de mi familia y de mis amigos y no quiero que me siga pasando. Me gustaría volver y quedarme allí”, aseguró a La Vanguardia.
Pero ese deseo no nace de que las duras circunstancias de la vida en la isla hayan mejorado, como confirmó cuando le preguntaron qué había cambiado con la “apertura” del restablecimiento de relaciones con Estados Unidos:
“No mucho. Creo que esta idea de que ha habido una apertura no es muy apropiada porque no es cierta. Que haya vuelos directos de Estados Unidos a Cuba no quiere decir que las cosas hayan cambiado. Para los cubanos todo sigue igual, particularmente para la clase trabajadora”.
“El gobierno es el mismo. La gente sigue sin tener información y sin acceso a internet, por lo que no saben lo que pasa en el mundo. Pero es cierto que cuando yo me fui con 18 años, en la isla se sabía muy poco sobre el resto del mundo y ahora hay sitios donde los jóvenes pueden conectarse a internet, saben lo que es Instagram y pueden leer noticias y ver revistas. El resto sigue igual que cuando yo estaba allí”.
[Basado en una entrevista de La Vanguardia]