Voces solidarias desde dentro de la isla han dado la voz de alarma. Al escritor encarcelado Angel Santiesteban le están obligando a beber una medicina ante el cuadro clínico que presenta. En otras condiciones, lejos de un sistema cerrado como la dictadura cubana, no es de extrañar que los presos sean medicados en pos de sus mejor salud, pero ante la situación en que fue acosado, enjuiciado y encarcelado Santiesteban Pratts, los amigos y familiares más allegados damos la voz de alarma.
En su blog “Los hijos que nadie quiso” apareció la denuncia donde se explica que: “Hoy ha vuelto a llamar por teléfono -un par de minutos también- y ha denunciado que lo sujetaron por los pies y por las manos, obligándolo a tragar un extraño líquido que no sabe qué es.
Aparentemente esto es a modo de represalia porque Ángel no ha ido nunca al comedor de la prisión y solo se alimenta con lo que dejan pasar: galletas y cosas por el estilo, poco alimenticias.
El ex preso de conciencia Juan Carlos González Leyva denunció en reiteradas ocasiones la tortura física a que fue sometido. El abogado invidente asegura haber recibido durante varios días sustancias tóxicas gaseosas que provenían de “algo que quemaban en el pasillo contiguo a mi celda”.
Isael Poveda Silva, joven activista de la Alianza Democrática Oriental dijo sospechar de la mala alimentación y que se negó en reiteradas ocasiones a ingerir los alimentos que le proporcionaban en la Prisión Combinado de Guantánamo, localidad donde extinguió dos condenas por motivos políticos.
En ese orden, la periodista independiente Dania Virgen García relató en su blog, en el mes de septiembre de 2012 que “El preso político Elías Pérez Bocourt, del edificio dos (Combinado del Este), segundo norte, compañía 2207, informaron que el reo Roberto Aguilar Blanco, de 41 años de edad, quien extinguía sanción en el edificio uno, falleció (el pasado 30 de septiembre) en el Hospital Calixto García”.
“El hermano del fallecido, Juan Aguilar Blanco refirió que su hermano llevaba aproximadamente un mes con fiebre de 40 grados, y con neumonía, pero los médicos le negaban la asistencia médica. Se encontraba en el edificio uno cuando comenzó con los síntomas. Días después fue trasladado para el edificio dos. A pesar de que ya estaba delicado de salud, el médico Adrián y el reeducador Pedro, del edificio dos, decían que se encontraba bien. Días antes de fallecer comenzó a expectorar y soltar sangre por la boca, siendo ingresado el día 29 en el Hospital Nacional de Reclusos, del ya citado Combinado del Este”.
Cada mes la Comisión Nacional de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, presidida por Elizardo Sánchez, así como la Agencia de Prensa Hablemos Press sacan a la luz sendos informes, donde las violaciones y golpizas y el descuido y la desidia de las autoridades penitenciaria son parte del diario vivir en las prisiones cubanas.
Como parte de las medidas de camuflajes llevadas a cabo por el régimen de La Habana, varios disidentes han podido salir del país en una cantidad nunca antes vista, ojalá que estas salidas sirvan para alzar la voz por los que quedan en el peor de los rincones de la isla: los calabozos, las fosas tapiadas y las celdas inmundas en que los han destinado a morirse en vida.
Publicado en Cruzar las Alambradas el 22 de abril del 2013
En su blog “Los hijos que nadie quiso” apareció la denuncia donde se explica que: “Hoy ha vuelto a llamar por teléfono -un par de minutos también- y ha denunciado que lo sujetaron por los pies y por las manos, obligándolo a tragar un extraño líquido que no sabe qué es.
Aparentemente esto es a modo de represalia porque Ángel no ha ido nunca al comedor de la prisión y solo se alimenta con lo que dejan pasar: galletas y cosas por el estilo, poco alimenticias.
El ex preso de conciencia Juan Carlos González Leyva denunció en reiteradas ocasiones la tortura física a que fue sometido. El abogado invidente asegura haber recibido durante varios días sustancias tóxicas gaseosas que provenían de “algo que quemaban en el pasillo contiguo a mi celda”.
Isael Poveda Silva, joven activista de la Alianza Democrática Oriental dijo sospechar de la mala alimentación y que se negó en reiteradas ocasiones a ingerir los alimentos que le proporcionaban en la Prisión Combinado de Guantánamo, localidad donde extinguió dos condenas por motivos políticos.
En ese orden, la periodista independiente Dania Virgen García relató en su blog, en el mes de septiembre de 2012 que “El preso político Elías Pérez Bocourt, del edificio dos (Combinado del Este), segundo norte, compañía 2207, informaron que el reo Roberto Aguilar Blanco, de 41 años de edad, quien extinguía sanción en el edificio uno, falleció (el pasado 30 de septiembre) en el Hospital Calixto García”.
“El hermano del fallecido, Juan Aguilar Blanco refirió que su hermano llevaba aproximadamente un mes con fiebre de 40 grados, y con neumonía, pero los médicos le negaban la asistencia médica. Se encontraba en el edificio uno cuando comenzó con los síntomas. Días después fue trasladado para el edificio dos. A pesar de que ya estaba delicado de salud, el médico Adrián y el reeducador Pedro, del edificio dos, decían que se encontraba bien. Días antes de fallecer comenzó a expectorar y soltar sangre por la boca, siendo ingresado el día 29 en el Hospital Nacional de Reclusos, del ya citado Combinado del Este”.
Cada mes la Comisión Nacional de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, presidida por Elizardo Sánchez, así como la Agencia de Prensa Hablemos Press sacan a la luz sendos informes, donde las violaciones y golpizas y el descuido y la desidia de las autoridades penitenciaria son parte del diario vivir en las prisiones cubanas.
Como parte de las medidas de camuflajes llevadas a cabo por el régimen de La Habana, varios disidentes han podido salir del país en una cantidad nunca antes vista, ojalá que estas salidas sirvan para alzar la voz por los que quedan en el peor de los rincones de la isla: los calabozos, las fosas tapiadas y las celdas inmundas en que los han destinado a morirse en vida.
Publicado en Cruzar las Alambradas el 22 de abril del 2013