Aroldis Chapman continúa burlándose de todo y de todos. El pitcher zurdo que fue de Holguín, en las Series Nacionales de Cuba, y es ahora del Cincinnati, en las Grandes Ligas norteamericanas, ponchó este jueves a los cuatro bateadores que se pararon frente a él.
Los Reds jugaban en el terreno de los Piratas de Pittsburgh, era el final del noveno inning y Chapman acudió con la misma urgencia de una llamada al 911: había dos filibusteros en circulación, dos outs, el pleito estaba empatado y el estelar Andrew McCutchen en el cajón. Entonces el pitcher cubano se enfocó en las señas de su receptor, Devin Mesoraco, y dejó al tercer bate rival con la carabina al hombro.
En el décimo inning, seamos honestos, la ofensiva de Pittsburgh se portó más agresivamente, porque tanto Gaby Sánchez como Josh Harrison y Jordy Mercer… se poncharon tirándole. Chapman completó 20 lanzamientos y 15 de los mismos fueron strikes.
Un poco más tarde los relevistas del Cinci no pudieron evitar que los Piratas les dejasen al campo, y es una lástima que los perdedores acumulen 35 triunfos y 36 derrotas en lo que va de campaña. Con semejante promedio no lucen como aspirantes a la postemporada 2014.
Ello equivaldría a no ver a Chapman en el béisbol de octubre. El lanzallamas cubano ha salvado 12 de 13 juegos posibles, tiene una derrota, cinco bases por bolas con 37 ponches y le batean nada más que .102.
Recuerden que el futuro de este hombre de 26 años parecía comprometerse cuando aquel batazo de Salvador Pérez --durante el spring training-- le pegó en la cabeza, él pitcher fue sometido a una cirugía y no pudo debutar en la temporada hasta el 11 de mayo.
No habrá secuelas físicas para él, pronosticaban los médicos; afortunadamente, tampoco hubo nervios capaces de horadar la placa metálica que protegió entonces la herida en el cráneo de Chapman.
Si al holguinero se le puede considerar como un veterano, al cabo de su quinta participación en el Big Show, hay un coloso llegado de Cienfuegos que --con 27 años-- aspira con mucho brillo a la distinción de novato del año: el jonronero José Dariel “Pito” Abreu.
Defendiendo la primera base de Chicago White Sox, un equipo que tampoco aparece predestinado a luchar en la postemporada, Abreu tiene además un rival de consideración entre los aspirante al premio Rookie de la Liga Americana, el pitcher de origen japonés Masahiro Tanaka.
Desde la lomita de los Yankees, el diestro Tanaka exhibe marca de 11-1, con triunfos sobre Toronto (dos veces), Boston, Tampa Bay, Milwaukee y Mets.
El japonés venció también al White Sox (no alineaba “Pito”, de baja por una lesión de tobillo), los Mellizos, Oakland y Seattle, en tanto su único revés lo encajó ante Chicago Cubs, elenco al que había superado en un duelo previo.
Tanaka permite 1,99 carreras limpias como promedio, regaló 16 boletos a cambio de sus 113 strikes outs y le batean .216 cuando le resta retirar un out para completar 100 innings de trabajo.
Si Abreu y Tanaka prolongan su rendimiento de aquí al juego 162, el hecho de reinar desde la lomita y el pedigrí que confiere el uniforme de New York podría inclinar el trofeo de novato a favor del asiático.
Los Reds jugaban en el terreno de los Piratas de Pittsburgh, era el final del noveno inning y Chapman acudió con la misma urgencia de una llamada al 911: había dos filibusteros en circulación, dos outs, el pleito estaba empatado y el estelar Andrew McCutchen en el cajón. Entonces el pitcher cubano se enfocó en las señas de su receptor, Devin Mesoraco, y dejó al tercer bate rival con la carabina al hombro.
En el décimo inning, seamos honestos, la ofensiva de Pittsburgh se portó más agresivamente, porque tanto Gaby Sánchez como Josh Harrison y Jordy Mercer… se poncharon tirándole. Chapman completó 20 lanzamientos y 15 de los mismos fueron strikes.
Un poco más tarde los relevistas del Cinci no pudieron evitar que los Piratas les dejasen al campo, y es una lástima que los perdedores acumulen 35 triunfos y 36 derrotas en lo que va de campaña. Con semejante promedio no lucen como aspirantes a la postemporada 2014.
Ello equivaldría a no ver a Chapman en el béisbol de octubre. El lanzallamas cubano ha salvado 12 de 13 juegos posibles, tiene una derrota, cinco bases por bolas con 37 ponches y le batean nada más que .102.
Recuerden que el futuro de este hombre de 26 años parecía comprometerse cuando aquel batazo de Salvador Pérez --durante el spring training-- le pegó en la cabeza, él pitcher fue sometido a una cirugía y no pudo debutar en la temporada hasta el 11 de mayo.
No habrá secuelas físicas para él, pronosticaban los médicos; afortunadamente, tampoco hubo nervios capaces de horadar la placa metálica que protegió entonces la herida en el cráneo de Chapman.
Si al holguinero se le puede considerar como un veterano, al cabo de su quinta participación en el Big Show, hay un coloso llegado de Cienfuegos que --con 27 años-- aspira con mucho brillo a la distinción de novato del año: el jonronero José Dariel “Pito” Abreu.
Defendiendo la primera base de Chicago White Sox, un equipo que tampoco aparece predestinado a luchar en la postemporada, Abreu tiene además un rival de consideración entre los aspirante al premio Rookie de la Liga Americana, el pitcher de origen japonés Masahiro Tanaka.
Desde la lomita de los Yankees, el diestro Tanaka exhibe marca de 11-1, con triunfos sobre Toronto (dos veces), Boston, Tampa Bay, Milwaukee y Mets.
El japonés venció también al White Sox (no alineaba “Pito”, de baja por una lesión de tobillo), los Mellizos, Oakland y Seattle, en tanto su único revés lo encajó ante Chicago Cubs, elenco al que había superado en un duelo previo.
Tanaka permite 1,99 carreras limpias como promedio, regaló 16 boletos a cambio de sus 113 strikes outs y le batean .216 cuando le resta retirar un out para completar 100 innings de trabajo.
Si Abreu y Tanaka prolongan su rendimiento de aquí al juego 162, el hecho de reinar desde la lomita y el pedigrí que confiere el uniforme de New York podría inclinar el trofeo de novato a favor del asiático.