Francia y Rusia bombardearon el martes objetivos de Estado Islámico (EI), castigando al grupo por los ataques en París y a un avión ruso, que en total dejaron 353 muertos, en un primer paso hacia una posible alianza militar.
EI reivindicó su responsabilidad en los ataques coordinados en París el pasado viernes y en el derribo de un avión de pasajeros ruso sobre Egipto el 31 de octubre, en represalia por los ataques aéreos de Francia y Rusia en Irak y Siria. Aún recuperándose de los asaltos en que murieron 129 personas, Francia, en una medida sin precedentes, pidió apoyo a la Unión Europea, mientras investigadores reportaron avances en la aclaración del complot, que se fraguó en Siria y se organizó en Bélgica.
En Moscú, el Kremlin reconoció que una bomba destruyó un avión ruso el mes pasado, matando a 224 personas. El presidenteVladimir Putin prometió que buscará a los responsables e intensificará los bombardeos contra los islamistas en Siria.
Los objetivos sirios golpeados el martes por bombarderos de largo alcance y misiles crucero rusos incluyeron el bastión principal de Estado Islámico en Raqa, mientras que aviones franceses atacaron la misma ciudad la noche del martes, por tercera jornada consecutiva.
El Kremlin dijo que Putin conversó por teléfono con el presidente francés, François Hollande, y que ordenó a la marina rusa establecer contactos con la fuerza naval francesa que se dirige al mediterráneo oriental, y tratarla como aliada. Hollande se reunirá con Putin en Moscú el 26 de noviembre.
