El restablecimiento de las relaciones de Estados Unidos con Cuba podría brindar oportunidades para los inversionistas interesados en comprar préstamos no pagados o bonos, dijo un empresario estadounidense experto en la deuda, a la publicación Bloomberg.
Peter Bartlett, quien ha negociado la deuda por cerca de 20 años, dijo que algunos de los más importantes fondos de cobertura y compañías familiares estadounidenses están preguntando cómo puede involucrarse en el mercado cubano, dada la cercanía física y cultural con la isla.
“Si uno mira a los patrones de inversiones en países latinoamericanos como Colombia, Brasil, Argentina, y Perú en los últimos 20 años, es fácil ver cómo inversores de portafolio estadounidenses van a inundar la economía cubana”, dijo el empresario.
Bartlett tiene un 30% de su cartera en Latinoamérica, con una importante asignación para Cuba. Bartlett se dedica a gestionar sus inversiones privadas y un vehículo de inversión denominado PBAC Ltd., centrado en la deuda, el capital privado y las situaciones especiales de los mercados emergentes.
El experto aseguró que el primer paso a la apertura del mercado cubano sería que el Departamento de Estado de Estados Unidos sacara a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo.
“Creo que va a abrir la puerta a Cuba para que ingrese al Fondo Monetario Internacional (FMI). Tan pronto como Cuba se una al FMI, pienso que habrá un programa de reestructuración de deuda respaldada por el FMI muy acelerado, que se iniciará con el Club de París, que se reunió con las autoridades cubanas en La Habana a principios de marzo”.
Bartlett también espera que los términos del Club de París sean utilizados ampliamente como el modelo para los términos del Club de Londres. “Una vez que Cuba se una al FMI, yo diría que sería menos de un año antes de que acepten los términos de la reestructuración de la deuda”, aventuró.
Los inversionistas extranjeros podrían comprar la deuda del Club de Londres, acumulada cuando Cuba tomaba préstamos de los países del Este o de bancos no americanos, expuso Bartlett, quien apuntó que estos ascenderían a 3 o 4 billones de dólares.
“Cuando usted compra uno de los euros de préstamo principal, normalmente adquiere aproximadamente tres euros adicionales de intereses no pagados, que ha sido devengados desde la década de 1980”, explicó.
Bartlett destacó que los estadounidenses no están comprando porque están restringidos por las regulaciones vigentes y muchos no estadounidenses, aunque legalmente podrían, prefieren no hacerlo por las sanciones de la Oficina de Control de Activos Extranjeros en Washington a quienes han incurrido en brechas al embargo.
A largo plazo, Bartlett prevé que tras el levantamiento de las sanciones, cientos de millones de dólares americanos entrarán a la economía cubana y de seis meses a un año después habrá más capital, capital privado y oportunidades de bienes raíces.
“Los visitantes de Estados Unidos a Cuba tendrán un enorme impacto en el crecimiento del Producto Interno Bruto. La infraestructura cubana necesita miles de millones gastados en ella, por lo que no es sólo una alucinante gama de diferentes oportunidades de inversión”, advirtió Bartlett.