Durante años la imagen del ballet en el mundo ha sido acusada de ser blanqueada, de excluir a bailarines negros, que no siempre se han sentido bienvenidos por los seleccionadores de las compañías danzarias. Por ello The Huffington Post (THP) ha creado una lista de 17 iconos que pudieran haber cambiado esa “pálida” fotografía, y entre ellos aparecen asiáticos, africanos y afroamericanos, así como dos cubanos.
Los artistas de la isla que se incluyen en la exquisita selección son Carlos Acosta del Royal Ballet de Londres quien ha sido un ferviente crítico de las mencionadas exclusiones, y José Manuel Carreño del American Ballet Theater (ABT).
Citado por THP, Acosta afirmó “El porcentaje de los bailarines negros en el ballet clásico de todo el mundo es lamentablemente mínima, lo cual es bastante vergonzoso".
El joven bailarín habanero comentó que los directores de las compañías se enfrentan al dilema cuando tienen una bailarina negra que es talentosa, pues piensan “una bailarina negra en medio de una ‘bandada de cisnes blancos’ alteraría de alguna manera la armonía”, se lamentó.
Carreño bailó en el ABT, el Ballet Nacional de Inglaterra y el Royal Ballet y cuando dejó los escenarios se fue como profesor del Ballet de San José, California. En 2004 Carreño recibió el premio Dance Magazine por su significativa contribución a la danza en los Estados Unidos.
El recorrido que hace THP también cita a la ballerina cubana Anette Delgado, bailando Shakespeare en el año 2012, durante el transcurso del Festival Internacional de Ballet de la capital cubana y a Jorge Esquivel, acaso el más conocido de todos los bailarines criollos de la segunda mitad del siglo XX, que al abandonar Cuba en octubre de 1992, pidió asilo político en la embajada de Estados Unidos en Roma.
THP recuerda que Esquivel fue aclamado por la crítica en su desempeño en el Ballet de San Francisco, California, como su primera figura. Al concluir su carrera como bailarín, fungió como maestro de esa reconocida escuela de danza.