El sistema de la escuela cubana de ballet es uno de los más reconocidos del mundo por las numerosas estrellas que puesto en los escenarios mundiales. En esta ocasión el método cubano ha llegado a la ciudad floridana de Sarasota.
El matrimonio de exbailarines cubanos, Ariel Serrano y Wilmian Hernández fundaron la Escuela de Ballet Cubano de Sarasota, hace solo dos años. Ambos llegaron a Estados Unidos a inicios de los noventa provistos solo de su arte.
Serrano asegura que los primeros tiempos fueron difíciles, sobre todo porque los modos de bailar en Miami diferían del practicado por ellos en Cuba. Se establecieron entonces por Sarasota en busca de un espacio más parecido a sus origenes artiísticos
Los Serrano-Hernández llegaron a ser figuras principales del Ballet de Sarasota, pero una lesión física, en el caso de Ariel, y la llegada de su primer hijo en el de Wilmian, le hicieron retirarse de los escenarios.
La idea de fundar de su propia escuela de ballet siempre rondó en sus cabezas, especialmente en la de Wilmian. La inspiración la encontraron el talento de su hijo Francisco, quien se unirá muy pronto al Royal Ballet de Londres tras ganar una beca de estudios. Su hija menor, Camila también baila desde pequeña.
Acostumbrados a los comienzos difíciles, no se dejaron amilanar por los 3 únicos alumnos que asistían a sus clases al inicio. Actualmente, por sus salones han pasado más de 60 alumnos y el curso intensivo de este verano ha estado repleto.
Una de las madres que espera a su hija fuera del salón celebra el talento y rigor de los profesores de la escuela. Su pequeña lleva ya un año bajo la tutela de los Serrano-Hernández. Un abuela, embelesada con los gráciles movimientos que ha aprendido su nieta, se apura a agregar que “esta escuela es lo mejor que ha pasado aquí en Sarasota”.
Los profesores cubanos regresaron a la isla el pasado año con sus dos hijos, para, por primera vez, impartir clases en un curso de verano en la Escuela Nacional de Ballet. Este año han sido cinco alumnos y dos profesoras cubanas las que los han visitado en Sarasota, un intercambio que planean mantener en los años por venir.