El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció el martes una prohibición de Estados Unidos a las importaciones de petróleo y otros productos de energía rusos, intensificando una campaña de presión sobre Moscú en represalia por la invasión a Ucrania.
El presidente señaló que la medida se toma con apoyo bipartidista y tras consultas con los aliados, agregando que comprende que hay socios europeos que no podrán tomar una medida similar. Añadió que Estados Unidos está trabajando en estrecha colaboración con los aliados europeos para desarrollar una "estrategia a largo plazo" para reducir su dependencia de la energía rusa.
Biden subrayó que Estados Unidos y sus socios europeos siguen unidos en el objetivo de presionar al presidente ruso, Vladimir Putin, para que cese la agresión contra Ucrania.
Reconoció que la prohibición de la importación de petróleo ruso tendrá consecuencias para los estadounidenses que ya están pagando altos precios de gasolina y que para estabilizar los mercados energéticos mundiales, Estados Unidos y los aliados están liberando 60 millones de barriles de petróleo de sus reservas estratégicas.
Mientras tanto, el presidente advirtió a las empresas petroleras y vendedores de gasolina que no pueden aprovecharse de los consumidores y subir los precios más allá de lo que el mercado dicta.
Biden dijo que esta crisis es un recordatorio de que el país debe tener independencia energética y que se puede lograr a través de una transición a la energía limpia o renovable.
Estados Unidos importó desde Rusia un promedio de más de 20,4 millones de barriles de crudo y productos refinados al mes en 2021, alrededor de un 8 % de las importaciones de combustible líquido.
Se espera que la prohibición haga que los precios de la gasolina aumenten aún mas y que la inflación se dispare pero también que dé un golpe devastador a la economía rusa, que depende de la producción de petróleo y gas para obtener más del 40% de los ingresos del país.