El nuevo cónsul de España en Puerto Rico, Tomás Rodríguez Pantoja, asegura haber comprobado, tras su paso también por Cuba, su creencia de que "España encuentra su identidad y se reencuentra consigo misma en América". "Es algo que he creído de siempre, pero que después de haber
estado en Cuba y ahora Puerto Rico lo he comprobado, aunque parezca algo trasnochado", explica el diplomático en una entrevista con Efe dos semanas después de aterrizar en su nuevo destino.
En su opinión, "donde España encuentra su identidad es claramente en Hispanoamérica, no en Europa", por lo que "nuestras relaciones (con la región) no pueden ser de padre a hijo, o de metrópoli a colonia; sino de hermano a hermano, o de nación a nación", ya que "nuestra propia esencia está aquí, no allí". "La montaña siempre ha separado, mientras que el mar une, por eso España tiene una relación más fluida con América", defiende.
Por ejemplo, sus vivencias en Cuba y su contacto con el mundo hispano de Nueva York, entre otras, han llevado a creer a Rodríguez Pantoja que el idioma que se habla en Hispanoamérica "te hace olvidarte de forzamientos del idioma que hacemos en España". De hecho, "en Cuba se usan términos en español que en España casi hemos abandonado", defiende una persona que reconoce que no es muy partidaria del espanglish y que considera el inglés demasiado onomatopéyico y que no permite tantos circunloquios como el castellano, que "es mucho más rico" gramaticalmente.
Otros elementos que según el diplomático hacen que España encuentre su identidad en Hispanoamérica son ciertos valores como los vínculos familiares, que en la península "se están perdiendo". "Tanto en Filipinas como en Cuba, y aquí por lo que me han contado, las familias se siguen reuniendo los domingos. Yo no digo que sea mejor o peor, pero forma parte de nuestra identidad", defiende.
Igualmente cita el valor de la amistad, que "lamentablemente estamos perdiendo en España, aunque aún lo llevamos dentro, y es algo que redescubrimos aquí". La carrera diplomática ha llevado a Rodríguez Pantoja a lugares tan diversos como Arabia Saudí, Roma, Nueva York, Filipinas, Omán y Teherán, aunque también tiene experiencia en el sector privado y ha ocupado diversos cargos públicos en España.
Así, fue subdirector general de Asuntos Energéticos y de Cooperación Cultural Internacional, secretario general de la Comisión Nacional para el V Centenario y director de la Casa de América en Madrid, aunque reconoce que una de sus grandes pasiones es el teatro, y en particular los musicales. De hecho, este madrileño criado en Sevilla escribió y dirigió "Gypsy Passion", el primer musical de Broadway realizado íntegramente por extranjeros. Esta historia de raíces flamencas, que se estrenó en 1992 en el Plymouth de Nueva York, fue muy bien recibido en Broadway.
El diplomático también dirigió el programa "Clasical Spain" para la cadena pública estadounidense PBS, siempre compatibilizando estas actividades con su carrera diplomática, que le ha llevado a aterrizar ahora en Puerto Rico, después de cuatro años en la cercana Cuba.
"La experiencia cubana fue fascinante", recuerda Rodríguez Pantoja, que elude hacer comentarios sobre el caso del español Ángel Carromero, el dirigente de las juventudes del PP de Madrid que fue condenado por la Justicia cubana a cuatro años de prisión. Según dijo, además de ese caso, gran parte de su trabajo giró en torno a la petición de la nacionalidad española de miles de cubanos, a través de la aprobación de la Ley de Memoria Histórica, lo que hizo que el número de inscritos en el consulado de La Habana pasara en tres años de unos 33.000 a 110.000, y 100.000 expedientes de nacionalidad están aún por resolver.
"En un plazo medio/corto la comunidad española puede llegar al
medio millón", debido a la inscripción de los familiares directos de
quienes acceden a la nacionalidad, explicó un diplomático que ahora
debe tomar las riendas del Consulado de San Juan.
Este destino le motiva especialmente en la medida en que "es el
único estado de la Unión que tiene el español como idioma oficial,
lo que facilita, teóricamente, el ingreso en relaciones políticas y
comerciales a EE.UU. desde una perspectiva agradable y favorable".
"Aquí hay un sentimiento muy pro español, por lo que puede ser un
excelente puente para las relaciones con EE.UU. a través del idioma
y la cultura", afirma.