El cantautor cubano Boris Larramendi, ex integrante de la banda Habana Abierta, no se resigna a que su música no llegué a la isla, y el proyecto Yagruma le ofrece la solución para que sus seguidores en Cuba puedan escuchar su último disco La Cibertimba y el Bárbaro.
Yagruma.org es una plataforma de financiación para brindar apoyo monetario a artistas cubanos residentes dentro y fuera de la isla, que deseen emprender sus proyectos con independencia de las instituciones gubernamentales cubanas.
“He sacado dos discos en solitario que básicamente los estoy vendiendo por internet, pero en Cuba no pueden comprar ni escuchar mi música, entonces ahí entra este proyecto,” explica Larramendi.
“Yo estoy terminando un disco nuevo que tengo como 20 canciones ya grabadas y estoy pidiendo financiación a través de yagruma.org para poder fabricar los discos físicos, para poder enviar discos a Cuba a través de amigos y redes alternativas,” detalla Larramendi y aclara que su propósito es que su música llegue al público cubano gratuitamente.
Agrega que muchas de estas personas que servirán de puente entre él y su público ya lo ayudaron de manera semejante cuando formaba parte de Habana Abierta, y se le unen otros colegas "que están haciendo sus proyectos alternativos en Cuba".
En su nuevo álbum, Larramendi da una oportunidad a las nuevas tecnologías, de ahí el nombre de La Cibertimba y el Bárbaro. “He usado muchas programaciones, samplers y instrumentos cibernéticos para hacer la misma música que siempre hago, la mezcla esta de timba con rock.”
De solo 50 días dispone el cantautor para recaudar la cifra necesaria para la producción del disco, pero hasta el momento de la entrevista en el programa radial 1800 Online, de Radio Martí, ya se había colectado casi la mitad.
Las personas que decidan donar dinero al proyecto recibirán una recompensa: si aportan 10 euros podrán descargar una copia del disco en el formato digital de su preferencia; quienes donen 25 recibirán vía postal una copia física del disco, firmado por el músico, con un agradecimiento por escrito; y quienes lleguen a la cifra de 100 euros, además de recibir una copia adicional para alguien que resida en Cuba, serán incluidos en los créditos como productores del álbum.
En varias ocasiones, el éxito comercial se le escapó a Larramendi por la puerta trasera. Mientras en la isla sonaba a más no poder La Natilla, y Rock and Roll con Timba, en España pasaban un poco inadvertidos. “Yo ese éxito nunca lo he vivido, entonces me cuesta trabajo imaginármelo y asumirlo, dice mientras recuerda cómo el público cubano abarrotó La Tropical para corear las canciones de Habana Abierta, a su regreso en el 2003.
“Allí confluyeron muchos talentos de mi generación – apunta el cantautor- y aparte del talento innegable que había, creo que llegamos en el momento justo. La gente estaba muy ansiosa por oír ciertas cosas que no se estaban diciendo o no de esa manera, y fue muy bien recibido.”
El músico explica que Habana Abierta fue idea de unos amigos cubanos que residían en el extranjero, para sacarlos a todos de la isla de un golpe, porque “estábamos escacha’os.” Pero luego de varios años ya en España, sin que el éxito económico llegara, resuelve probar suerte en solitario. “Yo decidí tirar solo porque en definitiva cada uno de nosotros tienen una obra en solitario importante.”
En el 2002 graba Yo no tengo la culpa, con el productor español Alejo Estives, pero la disquera cambia de dueño y engavetan su disco.
A pesar de los tropiezos, Larramendi no se rinde. Ahora con el proyecto Yagruma, está decidido a que, no solo La Habana, sino Cuba entera, esté abierta a su música.
“Somos muchos los músicos cubanos que estamos en la emigración y que no tenemos contacto con las instituciones culturales cubanas. Seguimos produciendo música pero a través de internet, que es lo que está a la orden del día ahora y eso en Cuba es cero. Yo creo que este proyecto podría abrir quizás una puerta para otra gente que esté en la misma situación que yo.”
Yagruma.org es una plataforma de financiación para brindar apoyo monetario a artistas cubanos residentes dentro y fuera de la isla, que deseen emprender sus proyectos con independencia de las instituciones gubernamentales cubanas.
“He sacado dos discos en solitario que básicamente los estoy vendiendo por internet, pero en Cuba no pueden comprar ni escuchar mi música, entonces ahí entra este proyecto,” explica Larramendi.
“Yo estoy terminando un disco nuevo que tengo como 20 canciones ya grabadas y estoy pidiendo financiación a través de yagruma.org para poder fabricar los discos físicos, para poder enviar discos a Cuba a través de amigos y redes alternativas,” detalla Larramendi y aclara que su propósito es que su música llegue al público cubano gratuitamente.
Agrega que muchas de estas personas que servirán de puente entre él y su público ya lo ayudaron de manera semejante cuando formaba parte de Habana Abierta, y se le unen otros colegas "que están haciendo sus proyectos alternativos en Cuba".
En su nuevo álbum, Larramendi da una oportunidad a las nuevas tecnologías, de ahí el nombre de La Cibertimba y el Bárbaro. “He usado muchas programaciones, samplers y instrumentos cibernéticos para hacer la misma música que siempre hago, la mezcla esta de timba con rock.”
De solo 50 días dispone el cantautor para recaudar la cifra necesaria para la producción del disco, pero hasta el momento de la entrevista en el programa radial 1800 Online, de Radio Martí, ya se había colectado casi la mitad.
Las personas que decidan donar dinero al proyecto recibirán una recompensa: si aportan 10 euros podrán descargar una copia del disco en el formato digital de su preferencia; quienes donen 25 recibirán vía postal una copia física del disco, firmado por el músico, con un agradecimiento por escrito; y quienes lleguen a la cifra de 100 euros, además de recibir una copia adicional para alguien que resida en Cuba, serán incluidos en los créditos como productores del álbum.
En varias ocasiones, el éxito comercial se le escapó a Larramendi por la puerta trasera. Mientras en la isla sonaba a más no poder La Natilla, y Rock and Roll con Timba, en España pasaban un poco inadvertidos. “Yo ese éxito nunca lo he vivido, entonces me cuesta trabajo imaginármelo y asumirlo, dice mientras recuerda cómo el público cubano abarrotó La Tropical para corear las canciones de Habana Abierta, a su regreso en el 2003.
“Allí confluyeron muchos talentos de mi generación – apunta el cantautor- y aparte del talento innegable que había, creo que llegamos en el momento justo. La gente estaba muy ansiosa por oír ciertas cosas que no se estaban diciendo o no de esa manera, y fue muy bien recibido.”
El músico explica que Habana Abierta fue idea de unos amigos cubanos que residían en el extranjero, para sacarlos a todos de la isla de un golpe, porque “estábamos escacha’os.” Pero luego de varios años ya en España, sin que el éxito económico llegara, resuelve probar suerte en solitario. “Yo decidí tirar solo porque en definitiva cada uno de nosotros tienen una obra en solitario importante.”
En el 2002 graba Yo no tengo la culpa, con el productor español Alejo Estives, pero la disquera cambia de dueño y engavetan su disco.
A pesar de los tropiezos, Larramendi no se rinde. Ahora con el proyecto Yagruma, está decidido a que, no solo La Habana, sino Cuba entera, esté abierta a su música.
“Somos muchos los músicos cubanos que estamos en la emigración y que no tenemos contacto con las instituciones culturales cubanas. Seguimos produciendo música pero a través de internet, que es lo que está a la orden del día ahora y eso en Cuba es cero. Yo creo que este proyecto podría abrir quizás una puerta para otra gente que esté en la misma situación que yo.”