Ni el Ministerio de Salud ni el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, entidades que habían anunciado en mayo el proyecto con profesionales de la salud cubanos, han explicado las razones para el cambio de planes.
En un principio habían asegurado que los profesionales de la isla eran bienvenidos pues Cuba cumplía los principales requisitos del programa: médicos per cápita muy por encima de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud y un idioma cercano al portugués.
"Se trata de una cooperación que tiene un gran potencial y a la que atribuimos valor estratégico", dijo en aquella ocasión el canciller de Brasil, Antonio Patriota, quien según comentarios, tuvo la idea de contratar a los profesionales cubanos.
El Ministerio de Salud de Brasil prefiere tratar el asunto contratando persona a persona y no como contingente como lo plantea Cuba.
De acuerdo a este modelo, utilizado en Venezuela, Cuba actúa como una empresa subcontratada que ofrece a los profesionales, el gobierno paga a la empresa de servicios médicos de Cuba y esta a su vez a los médicos, que reciben sólo una parte.
Según la publicación, este sistema ha sido muy criticado por algunos médicos cubanos que acusan al gobierno comunista de someterlos a un duro régimen disciplinario, que incluye prohibiciones de permanecer fuera de casa, conducir y hablar con la prensa, al tiempo que los obliga a informar con quiénes se reúnen.
"No veo que este plan, implementado en Venezuela, funcione en Brasil. No es compatible con las leyes laborales brasileñas y la Constitución brasileña", asegura el fiscal general del Ministerio de Trabajo, José de Lima Ramos Pereira.
Para el diario brasileño la negativa a la contratación de profesionales cubanos constituye un duro revés para La Habana, que ha dicho que el envío de médicos al extranjero es una importante fuente de divisas.
El Ministerio de Salud de Brasil informa que no hay restricciones para los médicos cubanos que quieran inscribirse en el programa de forma individual.
Este lunes en el programa de radio semanal "Desayuno con la presidenta", la
mandataria Dilma Rousseff defendió un plan para mejorar el sistema
de salud pública del país que incluye la polémica contratación de médicos extranjeros y estímulos para el traslado de médicos brasileños a zonas fuera de las grandes ciudades.
El llamado Pacto Nacional de Salud, uno de los cinco propuestos por Rousseff en respuesta a las manifestaciones que tomaron las calles del país en las últimas semanas, involucra más inversores y el desplazamiento de médicos a las periferias
de grandes ciudades y al interior del país.
"Estamos invirtiendo 7.400 millones de reales en construcción, reforma y compra de equipamiento para puestos de salud, unidades de atención inmediata (...) y los hospitales. Y, el próximo año, vamos a invertir 5.500 millones de reales más en
nuevas unidades", comentó Rousseff.
La prioridad del programa "Mais Médicos", que prevé la contratación de extranjeros, es llevar a los profesionales a las periferias de las grandes ciudades y a municipios de las regiones del norte y del noreste de Brasil.
El Gobierno federal va a pagar 10.000 reales mensuales (4.440 dólares) a cada médico que participe en el programa, cantidad que será desembolsada por el Ministerio de Salud.
"Quiero repetir que los médicos extranjeros sólo van a ocupar los puestos que no sean cubiertos por médicos brasileños", observó Rousseff.