Cuba pidió un nuevo préstamo al banco estatal brasileño BNDES para desarrollar una zona franca en el puerto de Mariel, dijo el jueves el ministro cubano de Comercio Exterior, recurriendo una vez más a su aliado sudamericano para financiar un proyecto clave para el futuro de la economía socialista de la isla. Consultado por periodistas tras una presentación para empresarios brasileños en Sao Paulo, el ministro cubano Rodrigo Malmierca declinó revelar el monto del préstamo solicitado al banco de desarrollo brasileño.
El BNDES ya financió con 700 millones de dólares la modernización de Mariel, un puerto de contenedores a 45 kilómetros al oeste de La Habana, ejecutada por el gigante brasileño de la ingeniería Odebrecht. "Sería un crédito para obras de infraestructura en la zona especial, donde probablemente utilizaríamos también a empresa brasileñas para ejecutarlo", dijo Malmierca hablando en portugués durante un "roadshow" en la sede de la influyente asociación industrial brasileño FIESP.
El ministro agregó que la solicitud "fue recibida de manera favorable" por funcionarios del Gobierno brasileño durante una reunión a comienzos de esta semana. Mariel es uno de los proyectos más ambiciosos emprendidos por el presidente cubano Raúl Castro para intentar modernizar la economía de la isla, abriendo espacios a la iniciativa privada y al capital extranjero para dejar atrás los resabios del estilo soviético.
Tras reformar el puerto, Cuba quiere ahora desarrollar un parque industrial donde las empresas extranjeras tendrían generosas exenciones fiscales y podrían aprovechar la mano de obra calificada de la isla. Un portavoz del BNDES en Río de Janeiro no quiso comentar sobre el préstamo solicitado por Cuba.
Pero una fuente del Gobierno brasileño dijo que el monto del préstamo dependería de la cantidad de empresas brasileñas que finalmente decidan instalarse en Mariel. El BNDES no está financiando a Cuba, subrayó, sino a empresas brasileñas que hacen negocios en la isla.
Ana Teresa Igarza, directora de la oficina reguladora de la zona especial de Mariel, dijo el jueves en Sao Paulo que unas 50 empresas de Brasil, China, España, Francia, Italia, Panamá y Rusia manifestaron interés y solicitaron documentación sobre el proyecto. Una de las primeras podría ser Brascuba, un emprendimiento
mixto entre el Gobierno cubano y la tabacalera brasileña Souza Cruz -unidad de British American Tobacco - que fabrica cigarrillos en la isla.
"Estamos considerándolo firmemente", dijo a Reuters el copresidente brasileño de Brascuba, Alexandre Carpenter. Durante la presentación en Sao Paulo, parte de un roadshow que incluyó antes viajes a China, Vietnam y Rusia, el ministro Malmierca dijo que Cuba ofrecía a los inversores extranjeros un marco legal "muy bien definido".
"Uno de los problemas que tenemos hoy en Cuba es que para hacer una inversión extranjera el proceso es muy demorado (...) Aquí estamos pensando en aligerar mucho este proceso", dijo. Funcionarios cubanos mostraron a unos 50 empresarios
brasileños los planos de la zona especial de desarrollo de 465 kilómetros cuadrados alrededor de Mariel, con áreas para firmas petroquímicas, de biotecnología, tecnología de la información, agronegocios y logística.
"La visión que tenemos es que sea una zona de desarrollo tecnológico líder en la región y que sea atractiva para la captación de capital extranjero", dijo Malmierca. "Vamos a proteger las empresas y los proyectos industriales de todo tipo", añadió.
El BNDES ya financió con 700 millones de dólares la modernización de Mariel, un puerto de contenedores a 45 kilómetros al oeste de La Habana, ejecutada por el gigante brasileño de la ingeniería Odebrecht. "Sería un crédito para obras de infraestructura en la zona especial, donde probablemente utilizaríamos también a empresa brasileñas para ejecutarlo", dijo Malmierca hablando en portugués durante un "roadshow" en la sede de la influyente asociación industrial brasileño FIESP.
El ministro agregó que la solicitud "fue recibida de manera favorable" por funcionarios del Gobierno brasileño durante una reunión a comienzos de esta semana. Mariel es uno de los proyectos más ambiciosos emprendidos por el presidente cubano Raúl Castro para intentar modernizar la economía de la isla, abriendo espacios a la iniciativa privada y al capital extranjero para dejar atrás los resabios del estilo soviético.
Tras reformar el puerto, Cuba quiere ahora desarrollar un parque industrial donde las empresas extranjeras tendrían generosas exenciones fiscales y podrían aprovechar la mano de obra calificada de la isla. Un portavoz del BNDES en Río de Janeiro no quiso comentar sobre el préstamo solicitado por Cuba.
Pero una fuente del Gobierno brasileño dijo que el monto del préstamo dependería de la cantidad de empresas brasileñas que finalmente decidan instalarse en Mariel. El BNDES no está financiando a Cuba, subrayó, sino a empresas brasileñas que hacen negocios en la isla.
Ana Teresa Igarza, directora de la oficina reguladora de la zona especial de Mariel, dijo el jueves en Sao Paulo que unas 50 empresas de Brasil, China, España, Francia, Italia, Panamá y Rusia manifestaron interés y solicitaron documentación sobre el proyecto. Una de las primeras podría ser Brascuba, un emprendimiento
mixto entre el Gobierno cubano y la tabacalera brasileña Souza Cruz -unidad de British American Tobacco - que fabrica cigarrillos en la isla.
"Estamos considerándolo firmemente", dijo a Reuters el copresidente brasileño de Brascuba, Alexandre Carpenter. Durante la presentación en Sao Paulo, parte de un roadshow que incluyó antes viajes a China, Vietnam y Rusia, el ministro Malmierca dijo que Cuba ofrecía a los inversores extranjeros un marco legal "muy bien definido".
"Uno de los problemas que tenemos hoy en Cuba es que para hacer una inversión extranjera el proceso es muy demorado (...) Aquí estamos pensando en aligerar mucho este proceso", dijo. Funcionarios cubanos mostraron a unos 50 empresarios
brasileños los planos de la zona especial de desarrollo de 465 kilómetros cuadrados alrededor de Mariel, con áreas para firmas petroquímicas, de biotecnología, tecnología de la información, agronegocios y logística.
"La visión que tenemos es que sea una zona de desarrollo tecnológico líder en la región y que sea atractiva para la captación de capital extranjero", dijo Malmierca. "Vamos a proteger las empresas y los proyectos industriales de todo tipo", añadió.