El régimen socialista de Cuba dio este martes su apoyo incondicional a su aliado ideológico venezolano y atacó con saña las nuevas y duras sanciones de Washington contra Caracas, determinando así el primer diferendo entre los dos países después del tan cacareado anuncio de su histórica reconciliación el 17 de diciembre.
Una pronta toma de partido del Gobierno comunista cubano subrayó su incondicional apoyo al presidente Nicolás Maduro y tildó las sanciones a Venezuela anunciadas este lunes por Barack Obama de medida "arbitraria y agresiva", que "suena poco creíble y desnuda los fines de quienes la hacen".
La declaración del régimen del general Raúl Castro suena a la más rancia retórica militarista y marxista que en los últimos tiempos de coqueteo con Washington había sido estudiadamente comedida.
Fidel Castro, ni corto ni perezoso, escribió este martes al aliado Maduro: "Te felicito por tu brillante y valiente discurso frente a los brutales planes del Gobierno de Estados Unidos".
La nota discordante en la luna de miel entre el Presidente estadounidense y el general cubano ocurre nada menos que a un mes de la Cumbre de las Américas en Panamá que, luego del breve saludo en los funerales de Nelson Mandela, será el primer encuentro entre Castro y Obama.
La Habana y Washington han celebrado dos rondas de negociaciones para avanzar en el restablecimiento de relaciones y la reapertura de embajadas. Según analistas, nada detendrá a la Administración de Obama en sus intentos de pasar por alto todo lo que enturbie el abrazo con el régimen de la isla. Esto incluye la reciente detención en Cartagena, Colombia, de un barco chino atestado de armas de alto calibre, transportadas como "cargamento de cereales" con destino a Cuba. Sin olvidar el barco norcoreano atrapado en Panamá proveniente de la isla pertrechado de armas, piezas de misiles y aviones Mig de combate, en julio de 2013, ocultas esta vez en un cargamento de azúcar. Pese a ello, la Administración Obama ha ordenado revisar la designación de Cuba como país patrocinador del terrorismo internacional.
Es una situación delicada para el régimen militar cubano que ve en Estados Unidos a un probable proveedor, pero que ve en Venezuela a su presente proveedor; el pájaro en la mano.