Los bailarines en Cuba trabajan por verdadero amor al arte, y el sueño de viajar y presentarse en otros países para muchos se logra luego de una ardua batalla que va de las "brujerías" hasta las peleas en los camerinos, asegura a martinoticias una experimentada bailarina de cabaret.
“Nosotros los bailarines por ejemplo de espectáculos musicales,no somos nada, nada, nada, nada y para ser algo, tienes que conseguir en El Parisien o en Tropicana que son los caberets más famosos de Cuba” cuenta a martinoticias.com la bailarina cubana, Rayma Marisol Azcuy Moya.
“Los únicos bailarines que tienen un estatus, que viven bien en la isla son los bailarines del Ballet Nacional de Cuba. ¿Por qué? Porque Alicia Alonso es un personaje y porque Fidel, me imagino que la apoyará en muchísimas cosas. Los bailarines del Ballet Nacional son los que, si viven en un solar, les dan una casa; si tienen una bicicleta, les dan un carro. A mi nunca me han dado nada, nunca”, explica la bailarina de 28 años.
“El resto lo hace, uno, porque le gusta y dos, porque aunque sea tienen que buscar dos pesos diarios para poder comer, para poder sobrevivir aparte de lo que posiblemente se te pegue por fuera”.
Rayma estudió en el Escuela Nacional de Arte de Cuba donde se graduó de Espectáculos Musicales después de tres años de estudios.
Pero el recibir su título no le garantizó el empleo de sus sueños, por lo que su meta era buscar otros horizontes pero fuera de la isla.
Comenzó a trabajar casi a los 20 años en varios centros nocturnos entre ellos en el Habana Café del hotel Cohíba, el 1830 y el Johnny, etc. En estos lugares el gerente del cabaret le hace un contrato al director por una cifra determinada y eso lo divide entre todos los bailarines y el resto del equipo.
“Y si trabajas 3 veces a la semana son 6 dólares, cuando tu sacas papel y lápiz que llega al mes, no cobraste nada puede ser que hayas cobrado 250 pesos cubanos” agrega.
Además del salario bajo enfrentan la situación de la demora en el cobro: “no sé si era cosa del director o era cosa del gobierno que el cheque se demoraba mucho para salir y entonces a veces el pago estábamos en septiembre y todavía no habíamos cobrado el mes de julio, entonces en septiembre cobrábamos julio y en diciembre cobrábamos septiembre”.
El sueño de los bailarines de espectáculos es actuar en Tropicana y El Parisien, los cabarets más famosos de la isla, asegura la bailarina y explica que lo que hace a estos dos sitios más atractivos es que se dan más oportunidades de viaje al extranjero.
“Cuando llega un viaje es muy difícil que lo cojas porque hay gente que lleva más años que tú, si llegas de última no puedes irte de viaje porque hay gente que son veteranas y casi siempre van a irse los mismos. Cuando llega un proyecto de viaje no vienen a llevarse Tropicana completo si no a una pareja de baile con cuatro bailarinas, seis modelos y eso es quitate tu pa’ ponerme yo y tremenda fajasón y en Cuba ya tú sabes se usa mucho la brujería y que tengo que partirle el pie a la otra” , dice.
Rayma reconoce que no es de las bailarinas estrellas y clara que “tampoco estaba acta para vivir eso porque eso allá adentro es lo peor. Todo el mundo quiere viajar, todo el mundo quiere tener, por eso yo tomé la determinación que nunca iba a trabajar en esos sitios si no en grupos de doce bailarines, porque si piden a alguien se pueden ir todos y no hay fajasón, no hay problema, todo el mundo está conforme”.
En busca de nuevas oportunidades viajó a México como parte del proyecto Cubamex bajo la dirección de Franklin Becker el cual fracasó y aunque conseguían presentarse en sitios diferentes era inestable y lo pagaban muy mal, por lo que después de siete meses en ese país, decidió cruzar la frontera hacia Estados Unidos con el propósito de probar suerte.
Espera poder reunirse con su hijo de seis años de edad que quedó en Cuba con la madre de ella, quien por cierto está enferma.
“Nosotros los bailarines por ejemplo de espectáculos musicales,no somos nada, nada, nada, nada y para ser algo, tienes que conseguir en El Parisien o en Tropicana que son los caberets más famosos de Cuba” cuenta a martinoticias.com la bailarina cubana, Rayma Marisol Azcuy Moya.
“Los únicos bailarines que tienen un estatus, que viven bien en la isla son los bailarines del Ballet Nacional de Cuba. ¿Por qué? Porque Alicia Alonso es un personaje y porque Fidel, me imagino que la apoyará en muchísimas cosas. Los bailarines del Ballet Nacional son los que, si viven en un solar, les dan una casa; si tienen una bicicleta, les dan un carro. A mi nunca me han dado nada, nunca”, explica la bailarina de 28 años.
“El resto lo hace, uno, porque le gusta y dos, porque aunque sea tienen que buscar dos pesos diarios para poder comer, para poder sobrevivir aparte de lo que posiblemente se te pegue por fuera”.
Rayma estudió en el Escuela Nacional de Arte de Cuba donde se graduó de Espectáculos Musicales después de tres años de estudios.
Pero el recibir su título no le garantizó el empleo de sus sueños, por lo que su meta era buscar otros horizontes pero fuera de la isla.
Comenzó a trabajar casi a los 20 años en varios centros nocturnos entre ellos en el Habana Café del hotel Cohíba, el 1830 y el Johnny, etc. En estos lugares el gerente del cabaret le hace un contrato al director por una cifra determinada y eso lo divide entre todos los bailarines y el resto del equipo.
“Y si trabajas 3 veces a la semana son 6 dólares, cuando tu sacas papel y lápiz que llega al mes, no cobraste nada puede ser que hayas cobrado 250 pesos cubanos” agrega.
Además del salario bajo enfrentan la situación de la demora en el cobro: “no sé si era cosa del director o era cosa del gobierno que el cheque se demoraba mucho para salir y entonces a veces el pago estábamos en septiembre y todavía no habíamos cobrado el mes de julio, entonces en septiembre cobrábamos julio y en diciembre cobrábamos septiembre”.
El sueño de los bailarines de espectáculos es actuar en Tropicana y El Parisien, los cabarets más famosos de la isla, asegura la bailarina y explica que lo que hace a estos dos sitios más atractivos es que se dan más oportunidades de viaje al extranjero.
“Cuando llega un viaje es muy difícil que lo cojas porque hay gente que lleva más años que tú, si llegas de última no puedes irte de viaje porque hay gente que son veteranas y casi siempre van a irse los mismos. Cuando llega un proyecto de viaje no vienen a llevarse Tropicana completo si no a una pareja de baile con cuatro bailarinas, seis modelos y eso es quitate tu pa’ ponerme yo y tremenda fajasón y en Cuba ya tú sabes se usa mucho la brujería y que tengo que partirle el pie a la otra” , dice.
Rayma reconoce que no es de las bailarinas estrellas y clara que “tampoco estaba acta para vivir eso porque eso allá adentro es lo peor. Todo el mundo quiere viajar, todo el mundo quiere tener, por eso yo tomé la determinación que nunca iba a trabajar en esos sitios si no en grupos de doce bailarines, porque si piden a alguien se pueden ir todos y no hay fajasón, no hay problema, todo el mundo está conforme”.
En busca de nuevas oportunidades viajó a México como parte del proyecto Cubamex bajo la dirección de Franklin Becker el cual fracasó y aunque conseguían presentarse en sitios diferentes era inestable y lo pagaban muy mal, por lo que después de siete meses en ese país, decidió cruzar la frontera hacia Estados Unidos con el propósito de probar suerte.
Espera poder reunirse con su hijo de seis años de edad que quedó en Cuba con la madre de ella, quien por cierto está enferma.