Los animales del Zoológico de Ciego de Avila han sido diezmados por la falta de alimentación, indisciplinas de todo tipo y mal manejo de la institución, reconoció un artículo de la prensa local que trata de calmar el malestar de la población ante el deterioro de lo que un día fue un parque atractivo para niños y adultos.
“Se escaparon los majaes, desaparecieron las tortugas Morrocoi, al igual que los pericos, tampoco quedaban burros y la población de conejos, antiguamente prolífera, estaba diezmada”, aseguró Zuzel Santana Echemendía del periódico Invasor.
“Hoy el panorama de esta institución recreativa no es más que el reflejo de una larga cadena de infortunados malos manejos que durante los últimos meses la nueva administración intenta resolver; al menos, los daños reversibles”, agregó.
El artículo no aclara qué sucedió con todos esos animales, dejando a la imaginación del lector cual ha sido el destino de las especies desaparecidas. Lo cierto es que la precaria situación del Zoológico avileño se suma a otros desaciertos que azotan estas instituciones, como el robo de jirafas en el Zoo de La Habana y la fuga de monos verdes que, desde hace meses, vandalizan algunos barrios capitalinos.
"Algunos animales tenían un estado de salud desfavorable… con solo decir que recibí en el almacén el 80 por ciento de los medicamentos vencidos", explicó Héctor Fundora Benítez, el nuevo veterinario.
La nueva administración parece que tampoco puede hacer mucho por los animales, por cuanto depende de otros organismos oficiales para alimentarlos. Los felinos y otros carnívoros solo comen, de manera irregular, vísceras provenientes del matadero y la reproducción de los mamíferos es limitada “porque las parejas están incompletas".
“La falta de personal que mantenga de manera sistemática la higiene de la instalación” es otro de los males que aquejan a la institución, dijo Daniel Martínez Campos, director del centro, quien se refirió a otros aspectos como “la demora de la llegada del helado y la ausencia de refrescos asequibles a todos, pues solo ofertan los de 25.00 y 10.00 pesos”.
La periodista cita a Osmel Atencio López, uno de los cuatro cuidadores de animales que tiene el Zoológico, que describe con nostalgia la situación.
“Parado cerca de los exhibidores que una vez estuvieron llenos de conejos, ahora casi ausentes, mira del otro lado a Simbad, el león, echado y, como casi siempre, ajeno a la curiosidad infantil que se aproxima:
"Si se alimentara como debiera, sería un gran león, porque tamaño tiene", afirmó Atencio.
“Se escaparon los majaes, desaparecieron las tortugas Morrocoi, al igual que los pericos, tampoco quedaban burros y la población de conejos, antiguamente prolífera, estaba diezmada”, aseguró Zuzel Santana Echemendía del periódico Invasor.
“Hoy el panorama de esta institución recreativa no es más que el reflejo de una larga cadena de infortunados malos manejos que durante los últimos meses la nueva administración intenta resolver; al menos, los daños reversibles”, agregó.
El artículo no aclara qué sucedió con todos esos animales, dejando a la imaginación del lector cual ha sido el destino de las especies desaparecidas. Lo cierto es que la precaria situación del Zoológico avileño se suma a otros desaciertos que azotan estas instituciones, como el robo de jirafas en el Zoo de La Habana y la fuga de monos verdes que, desde hace meses, vandalizan algunos barrios capitalinos.
"Algunos animales tenían un estado de salud desfavorable… con solo decir que recibí en el almacén el 80 por ciento de los medicamentos vencidos", explicó Héctor Fundora Benítez, el nuevo veterinario.
La nueva administración parece que tampoco puede hacer mucho por los animales, por cuanto depende de otros organismos oficiales para alimentarlos. Los felinos y otros carnívoros solo comen, de manera irregular, vísceras provenientes del matadero y la reproducción de los mamíferos es limitada “porque las parejas están incompletas".
“La falta de personal que mantenga de manera sistemática la higiene de la instalación” es otro de los males que aquejan a la institución, dijo Daniel Martínez Campos, director del centro, quien se refirió a otros aspectos como “la demora de la llegada del helado y la ausencia de refrescos asequibles a todos, pues solo ofertan los de 25.00 y 10.00 pesos”.
La periodista cita a Osmel Atencio López, uno de los cuatro cuidadores de animales que tiene el Zoológico, que describe con nostalgia la situación.
“Parado cerca de los exhibidores que una vez estuvieron llenos de conejos, ahora casi ausentes, mira del otro lado a Simbad, el león, echado y, como casi siempre, ajeno a la curiosidad infantil que se aproxima:
"Si se alimentara como debiera, sería un gran león, porque tamaño tiene", afirmó Atencio.