Los casi mil cubanos que llevan más de dos meses varados en la frontera entre Panamá y Costa Rica han empezado a desesperarse y a contratar los servicios de traficantes de personas, conocidos como coyotes, para seguir su
viaje hacia Estados Unidos, relató hoy a Efe la organización Cáritas.
"Los cubanos se están yendo de Panamá con coyotes. Hay coyotes por todos los lados y la policía lo sabe y no hace nada. Hemos escrito una carta a la Cancillería, pero no nos han respondido", declaró la coordinadora de programas de Cáritas Panamá, Osiris Ábrego.
El Gobierno panameño hace la vista gorda con los traficantes, explicó Ábrego, porque no quiere "asumir responsabilidades" y pretende que el número de migrantes "vaya disminuyendo" paulatinamente para que el problema se disipe.
A día de hoy, según Cáritas, hay más de 980 cubanos varados en Paso Canoas, localidad panameña fronteriza con Costa Rica, que quieren seguir su viaje por Centroamérica para llegar a Estados Unidos pero no pueden porque las fronteras nicaragüenses siguen cerradas y porque las autoridades costarricenses dejaron de expedir visados el pasado mes de diciembre.
En Puerto Obaldía, otra pequeña localidad del Caribe panameño cercana a Colombia, la organización calcula que hay otros 200 cubanos.
"Estamos desesperados, llevamos casi dos meses en Paso Canoas y no tenemos respuestas. Lo único que necesitamos es una respuesta, que nos den algo, que nos digan algo, estamos en la inercia", denunció hoy a Efe la cubana Dorgeris Fernández, que también confirmó la presencia de traficantes de personas en la zona.
"Lo que más nos preocupa es ser deportados porque nosotros no tenemos ningún estatus de refugiado", añadió la isleña Silvia Carbonell.
La crisis de los cubanos estalló el pasado 15 de noviembre cuando Nicaragua decidió cerrar su frontera aduciendo riesgos para la seguridad y soberanía del país.
Los migrantes cubanos se empezaron a amontonar en Costa Rica (llegaron a ser casi 8.000) y el Gobierno de Luis Guillermo Solís tuvo que suspender la emisión de visados a mediados de diciembre porque se declaró incapaz de recibir a más cubanos y de enfrentar en solitario la situación.
Los cubanos en territorio panameño le piden al Gobierno de Juan Carlos Varela que tome la misma medida que Costa Rica, que a finales del año pasado acordó un puente aéreo con El Salvador, para que un primer grupo de migrantes costeara el viaje hasta allí y continuara por vía terrestre a Guatemala y México, hasta Estados Unidos.
"Que se acabe esto ya. Cada día que pasa es más peligroso aún.
Nuestros amigos están emigrando por ahí con coyotes. El Gobierno de Panamá, con todo el respeto que se merece, tiene que pronunciarse lo
antes posible, decidir qué va a ser de nosotros. Si ellos creen que no se puede hacer nada, correcto, que nos informen y ya veremos cómo continuamos", apuntó Wilmer Rojas.
El presidente panameño aprovechó la IV Cumbre de la Comunidad de
Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), la semana pasada, para
conversar con los mandatarios de México y Guatemala, Enrique Peña
Nieto y Jimmy Morales, en busca de una solución similar a la que
consiguió Costa Rica.
Ese país anunció el mes pasado que a partir del 4 de febrero próximo se realizarán siete vuelos hasta El Salvador para cientos de los cubanos que están en su territorio, quienes replicarán la ruta del primer traslado.
El paso de cubanos por Centroamérica es un fenómeno que ha ido creciendo en los últimos años, pero que se ha intensificado con el restablecimiento de las relaciones entre EE.UU. y Cuba por el temor a que se elimine la Ley de Ajuste Cubano (1961), que otorga muchas facilidades a sus ciudadanos para conseguir la residencia estadounidense.