Los campesinos cubanos reclamaron mejores condiciones de trabajo y de vida, el día en que la prensa cubana se llena de elogios para celebrar el aniversario de la Reforma Agraria.
"El campesino todavía está sufriendo el problema de los impagos, de las imposiciones de precios a sus productos, de las malas condiciones de trabajo, de las malas condiciones de vida, de la imposibilidad de ser propietario de sus tierras, de la negación por parte del Gobierno de comercializar sus productos dondequiera, con quién quiera", dijo a Radio Martí Alcibiades Silva, un campesino residente en Santiago de Cuba.
Las palabras anteriores contrastan con artículos escritos en los periódicos estatales cubanos Juventud Rebelde y Granma.
"Los campesinos cubanos celebran este miércoles el aniversario 58 de la primera Ley de Reforma Agraria, la cual beneficio a más de 200 mil familias explotadas por el latifundismo", escribe Juventud Rebelde.
Agregó que "más allá de una entrega de terrenos, la norma dignificó la vida de hombres y mujeres de las áreas rurales, a las que también llegó la educación y la salud gratuitas, pues en la década de los 50 el campo en Cuba evidenciaba la concentración de las tierras cultivables en pocas manos, y la mayoría de los que la trabajaban no poseían su propiedad, otros obtenían bajos salarios o carecían de empleo y vivían en condiciones miserables".
Por su parte, Granma señaló que "es necesario recordar que en la Cuba prerrevolucionaria se frustraron las ideas de (José) Martí, y sólo después del triunfo revolucionario se refrendó el derecho a la tierra del que la trabajaba, y la confianza en el presente y futuro de la patria".
Pero el campesino de Los Arabos, provincia Matanzas, Roberto Arsenio López, dijo a Radio Martí todo lo contrario.
"Es una zona muy desatendida. Al Gobierno no le interesa el campesinado para nada, es una falacia lo que ellos hablan".
En sentido similar se manifestó el campesino de Rancho Veloz, Corralillo, Yoel Armenteros.
"La única opción de recreación que existe es un círculo que hicieron en una cooperativa y que está en muy mal estado y se está derrumbando. Antes se le ponía música, actividades a la juventud y a los niños ahí y eso está muy empobrecido (…) no hay ni un lugar donde los pobladores puedan consumir un jabón, puedan consumir lo necesario, lo mínimo para una casa".
(Redactado por Jorge P. Martínez, con información del periodista Adriel Reyes, Juventud Rebelde y Granma)