El gobierno de España expresó sus reservas, a través de su canciller, Alfonso Dastis, acerca de las condiciones en que se realizarán las elecciones anunciadas para marzo y abril en Cuba y Venezuela, respectivamente.
Cuba realizará el 11 de marzo comicios indirectos para llenar los más de 600 escaños de la Asamblea Nacional, bajo la supervisión del único y gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC), tras lo cual los diputados electos votarían el 19 de abril por los miembros del Consejo de Estado, incluido el sucesor de Raúl Castro al frente del país.
“En la medida en que hay un partido único son unas elecciones un tanto peculiares”, estimó con una sonrisa, en entrevista con la agencia AFP, el ministro español de Exteriores.
“No son realmente equiparables a lo que consideramos elecciones en el mundo occidental”, agregó.
No obstante, dijo que España aspira “a tener una relación cada vez más intensa con un pueblo con el que el español se siente más cercano”, a la vez “que es bueno que haya interlocución” entre Madrid y La Habana, agregó Dastis.
En cuanto a Venezuela, dijo que “habríamos preferido que la fecha y las condiciones en las que se van a celebrar esas elecciones hubieran sido fruto del acuerdo entre el gobierno y la oposición”.
Las autoridades electorales venezolanas anunciaron el miércoles que las elecciones, en las que Nicolás Maduro busca la reelección, se realizarán el 22 de abril, tras fracasar una negociación entre gobierno y oposición sobre las garantías de esos comicios.
La oposición exigía el cese de la inhabilitación política de sus líderes y legalización de algunos de sus partidos y aún no decide si en definitiva participará.
El anuncio de la fecha “no es una buena señal”, dijo Dastis. “Lo mismo el hecho de que haya partidos a los que no se les permita concurrir en las elecciones y lideres políticos que estén excluidos también de la posibilidad de presentarse”, señaló.
“Los indicios no son muy favorables”, subrayó el titular, al indicar que España consultará con sus socios en la Unión Europea y “veremos si reaccionaremos en función de esas circunstancias”.
Las difíciles relaciones entre España y Venezuela se encuentran en uno de sus puntos más bajos, luego de que Caracas expulsara al embajador español irritada por sanciones que la UE impuso a altos funcionarios venezolanos. Madrid reciprocó la expulsión con una medida similar contra el embajador de Venezuela.