La caravana de migrantes centroamericanos que recorre México retomó hoy su marcha rumbo a la ciudad de Puebla, mientras que el Gobierno volvió a sostener que este movimiento se ha disuelto por la voluntad de los participantes.
Los integrantes de la caravana, en su mayoría provenientes de Honduras, abordaron hoy autobuses para salir de la localidad de Matías Romero, en el sureño estado de Oaxaca, donde permanecieron durante unos días y donde algunos recibieron medidas humanitarias como permisos temporales de estancia por parte del Instituto Nacional de Migración (INM).
La tarde de hoy se espera que lleguen a Puebla, capital del estado homónimo, donde recibirán asesoría sobre las solicitudes de asilo y tendrán la ayuda de una veintena de abogados mexicanos y estadounidenses que resolverán sus preguntas.
El próximo 9 de abril, la caravana, que se celebra anualmente desde 2010, planea llegar a Ciudad de México, donde dará por finalizado su recorrido. Una vez allí, los migrantes que quieran seguir su camino hacia Estados Unidos podrán hacerlo de manera individual o en pequeños grupos.
En otras ocasiones, el movimiento ha llegado hasta la frontera con Estados Unidos, pero esta vez los organizadores consideraron que esto es inviable, debido al elevado número de participantes congregados, especialmente por los centenares de niños presentes.
Desde Tapachula, ciudad muy cerca de la frontera de Guatemala desde la que arrancó la caravana el pasado 25 de marzo, salieron alrededor de 1.200 personas, cuando habitualmente la asistencia ronda los 300 migrantes.
Por otra parte, el secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete, reiteró en una rueda de prensa la posición ya esgrimida por el Ejecutivo anteriormente de que la caravana cesó su actividad. De acuerdo con el funcionario, esto ocurrió por las medidas tomadas por el Gobierno para asistir a los participantes y que pudieran regresar a sus países de origen: "Fue producto del ejercicio de nuestras leyes soberanas, que están hechas para proteger, en el marco de los derechos humanos, a los migrantes".
Asimismo, Navarrete rechazó que México haya actuado por las presiones del presidente estadounidense, Donald Trump, quien el pasado martes alertó que el grupo avanzaba hacia su país y que debía ser "detenido antes de llegar".
La caravana "no hubiera podido disolverse, desmovilizarse, si no fuera por la voluntad de los propios migrantes", señaló Navarrete, quien defendió que las acciones gubernamentales provocaron que los integrantes "tuvieran por cumplidos sus objetivos y, desde luego, (pasaran a) desmovilizarse". "Esto no fue producto de un tuit", aseguró.
A través de Twitter, Trump elogió hoy a México y sus "fuertes leyes migratorias" por haber disuelto la caravana, de modo que se evitó una "escena gigantesca en la frontera".
En el inicio de la caravana, la organización Pueblo Sin Fronteras, organizadora de la marcha, había remarcado que los participantes no llegarían en un solo bloque a la frontera entre México y Estados Unidos, sino que a partir de su paso por la capital los migrantes se dividirían en pequeños grupos.
EFE