La primera salida de un crucero de la línea Carnival a Cuba, el Adonia, se retrasó una semana después que una inspección de la Guardia Costera estadounidense reveló problemas con las puertas anti-incendios que era necesario fijar convenientemente.
Además también hubo retraso porque la compañía fue objeto de protestas, una demanda por discriminación tras acatar una decisión inicial del Gobierno comunista de la isla de no dejar que los pasajeros de origen cubano reservaran pasajes a Cuba, de acuerdo con las leyes castristas.
Pero las protestas surtieron efecto y en cuestión de días, los funcionarios cubanos dieron el permiso y el barco navegaba finalmente rumbo a Cuba el 1 de mayo.
"Hemos sido sobrepasados por la tremenda respuesta de los viajeros deseosos de experimentar y hacer historia a través de las conexiones humanas y las experiencias en Cuba", dijo Tara Russell, ejecutiva de la empresa matriz del Adonia.
El Adonia, que navega a República Dominicana y Cuba, con capacidad para 704 pasajeros, navegará esos itinerarios por lo menos hasta el final del próximo año y ya dice tener cubiertas las reservas hasta junio del 2017.
Carnival ha dicho que planea traer barcos de algunas de sus otras nueve flotas a Cuba, no sólo Fathom, que es la línea donde está el Adonia.
En cuestión de meses otras compañías de cruceros con sede en América del Norte, incluyendo Royal Caribbean Cruises y Norwegian Cruise Line Holdings están esperando el permiso de La Habana para visitar la isla, hasta ayer prohibida.
Otra de las dificultades que tuvo el Adonia en relación con su viaje a Cuba, es que al regreso se desató en la embarcación una infección por un un virus gastrointestinal.
“Desafortunadamente, durante este período, especialmente esta mañana, hemos visto un aumento en los casos de problemas gastrointestinales, que posiblemente sean un norovirus”, dijo el capitán David Box al zarpar del puerto Guillermón Moncada, en Santiago de Cuba, rumbo a Miami.