La Cámara Baja de Carolina del Sur votó hoy a favor de iniciar un debate sobre la posibilidad de retirar la polémica bandera confederada situada en el exterior del Parlamento estatal, como han solicitado numerosos políticos a nivel estatal y nacional después del tiroteo de la semana pasada.
Un día después de que la gobernadora de Carolina del Sur, la republicana Nikki Haley, pidiera retirar la bandera confederada del jardín del Parlamento estatal, los legisladores de la Cámara de Representantes aprobaron, con 103 votos a favor y 10 en contra, una moción para iniciar un debate sobre esa posibilidad.
El Senado estatal todavía no se ha pronunciado sobre el asunto, que hoy suscitó una manifestación de cientos de personas frente al Capitolio estatal para exigir que se retire el controvertido emblema. El debate sobre el uso de la bandera confederada, un emblema que divide a Estados Unidos desde su Guerra Civil (1861-1865), se ha reavivado en el estado a raíz del tiroteo de la semana pasada en una iglesia de la comunidad negra de Charleston (Carolina del Sur), donde murieron nueve personas.
Esa bandera, la que adoptaron en la Guerra Civil los estados secesionistas –y favorables a la esclavitud– de la Confederación frente a la Unión (estados norteños), refleja para algunos estadounidenses parte de la historia e identidad de su estado, mientras que para otros se trata de un emblema racista.
Retirar la bandera confederada del Parlamento estatal requiere la aprobación de dos tercios de cada una de las dos cámaras que lo forman, y es probable que el debate dure semanas, según algunos legisladores. El legislador estatal republicano Doug Brannon ha afirmado que planea presentar este verano un proyecto de ley para retirar la bandera del Parlamento.
Una ley estatal de 2000 requiere que la insignia ondee en los jardines del Capitolio, a donde se trasladó ese año después de que alrededor de 46.000 personas exigieran en una protesta que se retirara la bandera de la cúpula del Parlamento, donde se encontraba desde hacía medio siglo.
El debate sobre la bandera confederada se ha extendido a otros estados del sur como Mississippi y Virginia, cuyo gobernador, Terry McAuliffe, anunció hoy que su estado retirará el controvertido emblema de todas las matrículas de vehículos emitidas en su territorio, por considerarla un símbolo "divisivo y dañino".