La Asamblea de la Resistencia Cubana, integrada por organizaciones del exilio en Miami, pidió hoy a la cadena hotelera Starwood que no transgreda su propia política de derechos humanos haciendo inversiones en Cuba, un país donde, a su juicio, los trabajadores están sometidos a "servidumbre".
Los trabajadores en Cuba "son como esclavos", aunque cobren salario, dijo a Efe Orlando Gutiérrez, secretario nacional del Directorio Democrático, quien, junto al sindicalista independiente Iván Hernández Carrillo y otros opositores, dio hoy a conocer una carta abierta dirigida a Starwood para pedir que "se retire" de los negocios con el "régimen militar castrista".
Gutiérrez subrayó que los trabajadores en Cuba no solo no pueden negociar colectivamente ni organizarse en sindicatos independientes, sino que el Estado se queda con un elevado porcentaje de su sueldo, que puede ser tanto como el 90 o el 95 % del total, de acuerdo con Hernández Carrillo.
Pero, además, ni la estadounidense Starwood ni otras empresas extranjeras que operan en Cuba pueden elegir a sus trabajadores, pues la decisión de quién trabaja y quién no la toman las autoridades, dijeron ambos a Efe.
En la carta enviada al director ejecutivo de Starwood, Thomas B. Mangas, se pide a ese grupo empresarial, que maneja una decena de marcas como Sheraton, Westin y Aloft, "actuar correctamente" de acuerdo a su propia "Política de Derechos Humanos", que está contenida en una declaración firmada el pasado diciembre.
Además de respetar la Declaración Universal de los Derechos Humanos, Starwood asumió en ese texto los compromisos de "No discriminación en cuanto a empleos", "tratar a los empleados justamente en cuanto a salarios, horarios y beneficios", "Respetar la libertad de asociación" y "cero tolerancia a cualquier forma de labor forzada", dice la carta.
También se comprometió a que esos principios rijan sus políticas con socios comerciales, recuerdan los opositores cubanos. Pero en marzo de este año Starwood anunció que había llegado a un acuerdo con las autoridades cubanas para ser los "primeros" hoteleros estadounidenses llegados a Cuba tras el deshielo en las relaciones entre ese país y EE.UU., antagonistas desde 1959.
Como consecuencia de ese acuerdo, en junio pasado se inauguró el "El Four Points by Sheraton", operado por Starwood en asociación con la empresa estatal cubana Gaviota.
El próximo noviembre, según la web del grupo, se inaugurará el Hotel Inglaterra, también en La Habana, de la marca A Luxury Collection de Starwood. Además en junio pasado Starwood firmó una carta de intención para el que puede ser su tercer hotel en la capital de la isla, el "Santa Isabel", según se anunció cuando la inauguración del "Four Points".
En la carta abierta, los opositores cubanos dicen que Starwood parece "un ciego que no quiere ver los sesenta años de atrocidades bien documentadas cometidas por los Castro (Fidel y Raúl)".
"El régimen militar de los Castro es la antítesis total de lo que Starwood proclama públicamente como su política de justicia para sus trabajadores", aseveran en la carta, en la que acusan al Gobierno cubano de haber "creado una política de esclavitud".
La Asamblea de la Resistencia Cubana concluye pidiendo a Starwood que "se mantenga fiel a sus principios de respeto a los derechos humanos" y le urgen a reunirse con miembros de la oposición cubana interna y externa y a darles respuesta antes del 4 de agosto. Hernández Carrillo, ganador de varios premios por su defensa de los derechos humanos, como la Medalla de la Democracia de EE.UU., es el secretario general de la Confederación de Trabajadores Independientes de Cuba, integrada en la Coalición Sindical
Independiente, que, según dijo, cuenta con un millar de afiliados.
Además, es uno de los 75 presos de la Primavera Negra. En 2003 fue detenido y al poco tiempo juzgado y condenado a 25 años de cárcel por peligrosidad social debido a sus actividades sindicales. Estuvo encarcelado más de siete años y aun hoy sigue cumpliendo condena, aunque fuera de prisión pues se benefició de una "licencia extrapenal" que le permitía dejar Cuba, pero como otros diez de los presos de la Primavera Negra decidió no exiliarse.
Desde mayo pasado goza de un permiso especial para salir de Cuba y ha estado en Europa y ahora EE.UU. dedicado a "recabar apoyo y solidaridad para los trabajadores cubanos". "Al régimen le molesta significativamente" el movimiento de trabajadores independientes en Cuba y "por eso les dedica una especial atención", lo que se traduce en más represión, indicó.
Aunque reconoce que será difícil que Starwood se desprenda de sus negocios en la isla, el líder sindical espera que la iniciativa haga reflexionar a esa empresa y a otras sobre "lo que significa invertir en Cuba".