Ya con 90 años Fidel Castro es el único de los protagonistas vivo de la Crisis de los Misiles en 1962, cuando el mundo estuvo a punto de desaparecer por la iniciativa del gobernante cubano de lanzar un ataque nuclear a Estados Unidos con cohetes soviéticos instalados en Cuba.
Cierto que los soviéticos lanzaron la idea en mayo del 1962, permitiendo la ayuda militar a Cuba, que incluía los cohetes nucleares.
En julio de 1962 una delegación militar cubana encabezada por Raúl Castro visitó Moscú y ultimó los detalles del despliegue.
Para septiembre de 1962 al Puerto del Mariel arribaron los primeros misiles, ojivas nucleares, bombas atómicas y varios torpedos con capacidad nuclear para los bombarderos Il-28.
En varios sitios de Cuba había un arsenal capaz de iniciar una guerra nuclear con 164 misiles de diferentes tipos. La directiva a las tropas soviéticas era usar los misiles de carga nuclear solo con orden expresa de Jruschev.
el mandatario cubano no comprendió el objetivo de la presencia de cohetes en Cuba...
Los biógrafos de Jruschev coinciden al considerar que éste perdió la confianza en el juicio de Castro cuando un avión U2 fue abatido sobre Cuba. El mariscal soviético Rodion Y. Malinovksi informó a Jruschev que había sido una orden de Castro de derribar los aviones estadounidenses.
Nikita Jruschev escribe en el segundo tomo de sus memorias “Tiempo. Personas. Poder. (Memorias)”, que lo principal en el mensaje que Castro le envió era su conclusión: realizar primero un ataque con cohetes nucleares hacia los Estados Unidos. Y relata que tras la lectura del mensaje vino un silencio entre los miembros del Politburó, pues vislumbraron que el mandatario cubano no comprendió el objetivo de la presencia de cohetes en Cuba.
Hemos comprendido que él no ha meditado las consecuencias evidentes de la proposición que ponía el mundo al borde de la desaparición...
Jruschev aprovechó la visita de Castro a la URSS en abril de 1963 para cuestionarle el riesgo en que puso a Cuba en caso de que, efectivamente, se lanzara un ataque nuclear a Estados Unidos desde la Isla.
Relata el líder soviético que Castro negó en un inicio su propuesta de ataque y solamente después de mostrarle el cable que enviara desde La Habana donde la palabra “ataque” era inconfundible, este quedó consternado y no respondió. La conclusión de Jruschev es escueta y precisa: "Hemos comprendido que él no ha meditado las consecuencias evidentes de la proposición que ponía el mundo al borde de la desaparición".
El ingeniero Serguei N. Jruschev, hijo del ex premier, publicó un libro sobre su padre, donde relata la falta de confianza de su progenitor hacia Castro.
Describe el hijo del expremier soviético la frivolidad del gobernante cubano a la hora de pedir un ataque nuclear a los Estados Unidos: "A Castro le parecía que si la Unión Soviética lanzaba el primer golpe, el imperialismo desaparecía, venía el final del altivo vecino del norte y de todos los explotadores que habían sometido durante decenios a sus hermanos latinoamericanos. Como si se iniciara entonces una era de libertad, florecimiento y bienestar. La propuesta de Castro para realizar un ataque preventivo contra los Estados Unidos asombró a mi padre. Solamente en ese momento él comprendió cuán diferente veían el mundo, apreciaban la vida y el destino de las personas".