Unos 180 cubanos se encuentran retenidos en la Estación Migratoria Siglo XXI de Tapachula, estado mexicano de Chiapas, que aloja al 50% del total de los extranjeros que ingresan al país azteca sin documentos.
Javier Lobo, forma parte de ese grupo que, según dijo a este reportero vía telefonica, conforman unos 140 hombres, más mujeres y menores de edad entre los 2 y 8 años. "Hace 24 horas que dejamos de ingerir alimentos", dijo este profesor de Educacion Física, oriundo de la ciudad de Bayamo, en el oriente de Cuba.
La mayoría de los cubanos llegaron al territorio mexicano a través de Ecuador, en una travesía que pasa por Colombia, Panamá, Costa Rica, Honduras y Guatemala. "Casi todos somos profesionales, no somos delincuentes, hay hasta médicos y para Cuba no podemos regresar, muchos de nosotros tuvimos que vender hasta la casa para poder pagar el viaje", señala Lobo.
De acuerdo con datos recabados por el grupo defensor de los inmigrantes, Sin Fronteras, los cubanos que llegan a México sufren toda clase de abusos de las autoridades. Son detenidos y deportados de manera "totalmente discrecional".
Un teléfono celular oculto y casi agotado de saldo es la vía que tienen los cubanos para comunicarse con el exterior. "Los guardias están al acecho del teléfono, no quieren que se sepa lo que pasa aquí", y recalca que "a 80 africanos les concedieron un salvoconducto la semana pasada para que siguieran camino y a nosotros los cubanos no nos dicen nada, y hemos escuchado amenazas de deportación", explicó Lobo.
"Nos han llegado noticias de que hay abogados que por $1.500 dólares te gestionan un salvoconducto, y andan por los alrededores de este centro, que tiene régimen de prisión". "Queremos llamar la atención, denunciar nuestra situación, no queremos volver a Cuba", sentenció el cubano, quien aclaró que hasta el momento no han sido maltratados.
En abril de 2011 el Congreso de México aprobó la Ley de Inmigración que entre otros aspectos enuncia el respeto irrestricto de los Derechos Humanos de los migrantes, nacionales y extranjeros, sea cual fuere su origen, nacionalidad, género, etnia, edad y situación migratoria, con especial atención a grupos vulnerables como menores de edad, mujeres, indígenas, adolescentes y personas de la tercera edad, así como a víctimas del delito.
En ningún caso una situación migratoria irregular preconfigurará por sí misma la comisión de un delito ni se prejuzgará la comisión de ilícitos por parte de un migrante por el hecho de encontrarse en condición no documentada.