Tres generaciones de la familia Castro estuvieron presentes en la Cumbre de Panamá del 2015 donde por vez primera un gobernante cubano, después de 1959, se reunió en encuentro bilateral con el Presidente de Estados Unidos.
En Cuba en varias ocasiones aparecen el tío y el sobrino, al lado, detrás o acompañando al padre, abuelo. Pero en esa ocasión la tentación pudo más que el protocolo. Y nieto, hijo y gobernante tuvieron cámara y prensa durante los días de la cita presidencial, la primera a la que acudía el régimen de La Habana.
Esa fue una experiencia y oportunidad que el hijo de Raúl Castro, el coronel del Ministerio del Interior (MININT), Alejandro Castro Espín, no podía dejar de pasar por alto y el nieto, el mayor Raúl Guillermo Rodríguez Castro, no iba dejar solo al abuelo a quien custodia con esmero desde hace muchos años.
Como en otras ocasiones, las tres generaciones de los Castro: abuelo, hijo y nieto compartieron el viaje al extranjero. El nieto fue cuidando al abuelo y el hijo ayudando a su padre.
Raúl Guillermo Rodríguez Castro, nieto del gobernante cubano, estuvo en Panamá varios días antes de que se iniciara la reunión para asegurarse de que el Hotel Plaza Paitilla Inn. Estuviera listo para alojar a la delegación cubana.
El jueves 10 de abrilabuelo, hijo y nieto bajaron la escalerilla del avión en el aeropuerto Panamá Pacífico horas antes de la inauguración.
El sábado 12 de abril, durante la primera reunión del padre de Alejandro Castro con el presidente Barack Obama, el coronel del Ministerio del Interior, aparecía sentado al lado del canciller Bruno Rodríguez Parilla. Su nombre no aparecía en los documentos oficiales de la cumbre como integrante de la delegación cubana.
Pero los que se separan al lado de Castro, integrando la delegación de la isla fueron el Canciller de la isla, el coronel del MININT y Josefina Vidal, directora entonces del departamento de Estados Unidos en el Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) de Cuba.
En una de las sesiones de trabajo Alejandro y sus más cercanos colaboradores no pudieron pasar por alto la foto del momento. Se pasearon por el podio donde los mandatarios asistentes al evento hicieron la foto de grupo e individual cuando llegaban al centro de convenciones donde se realizaba la reunión. Una inmensa pared con el emblema oficial de la Cumbre detrás y repetido a todo lo largo y ancho fue el lugar escogido para la foto.
El coronel-hijo no perdió oportunidad de la instantánea, con sonrisa amplia, y, de paso, llamaba uno a uno a sus subordinados para compartir la histórica foto.
El poder ya lo tiene la familia desde enero de 1959 y aquella inclusión del hijo en la delegación, para la más importante reunión que tuvo Raúl Castro desde que asumió el poder en julio del 2006 fue significativa.
El hijo repitió el protagonismo en reuniones posteriores el 29 de septiembre de 2015 en un encuentro que Raúl Castro sostuvo con el presidente Barack Obama, en el marco del 70 período de sesiones de la Asamblea General de la ONU en New York.
Después durante la visita de Obama a Cuba, el hijo ocupó siempre asientos en primera fila.
La confesión del Cardenal Jaime Ortega y Alamino confirmando que el hijo de Castro fue el representante enviado por su padre a las negociaciones secretas con el gobierno de Barack Obama, reveló el papel papel crucial del coronel en la vida política de Cuba.