“¿Es confiable o no construir aquí tu prosperidad?” se pregunta en una entrevista con la publicación digital independiente cubana El Toque uno de los creadores de un videoclip que se volvió rápidamente viral en redes sociales, y que satiriza las nuevas restricciones del gobierno de Cuba al llamado sector “no estatal”, incluyendo el congelamiento de licencias muy populares y exitosas como las que permiten establecer restaurantes o alquilar casas y habitaciones.
“Yo que pensaba montar mi negocito / pero me engañaron completico”, "botaste el sofá otra vez", dice la parodia del éxito reguetonero de Jacob Forever “Hasta que se seque el Malecón” elaborada por un grupo de cuatro amigos: un psicólogo y dos graduados de Ciencias de la Computación identificados como A., K., y Julito, y el trovador villaclareño Roly Berrío, quien aporta su guitarra y lleva la voz cantante.
La protesta, precisa el portal digital, fue editada como un videoclip con sugerentes imágenes: Elpidio Valdés retrocede en su carga al machete, el reloj camina hacia atrás y la imagen de un Raúl Castro presidiendo una unánime Asamblea Nacional es contrastada con la del líder norcoreano Kim Jong-un.
Titulada con las palabras de Castro al referirse a la duración del retroceso en la última sesión de la Asamblea, “Hasta que concluya el perfeccionamiento del trabajo por cuenta propia”, la colgaron luego en las redes sociales y acumuló rápidamente más de 30.000 reproducciones en Facebook.
“Sé que la imagen de Kim puede ser polémica. Mi propósito no es insinuar que Cuba sea igual a Corea del Norte", dijo Julito, uno de los programadores de computadoras a El Toque ."Pero sí hay semejanzas en la forma vertical en la que se toman las decisiones. Y sorprendentemente aquí la votación es unánime aunque las medidas aprobadas perjudiquen a la misma gente que los delegados deberían representar",
Añade que aunque “la medida no afectó en lo personal a ninguno de nosotros (…) estamos disgustados con la manera de hacer las cosas en Cuba. Uno como ciudadano puede cansarse de eso y querer expresar públicamente que no está de acuerdo. Sobre todo cuando te hacen cuestionar si es confiable o no construir aquí tu prosperidad”.
Aclara sin embargo que “la molestia no es con esta medida de pausar el sector privado, sino con la forma en la que se decide en este país como generalidad. Además, a veces uno se siente engañado. Por ejemplo: han dicho que ‘sin prisa pero sin pausa’, y si esto no es una pausa, ¿qué cosa es?”.
(Reseñado por Rolando Cartaya sobre una entrevista de El Toque)