El 10 de agosto del 2002, día en que Alvaro Uribe asumía el cargo de presidente de Colombia, un ataque terrorista a pocas cuadras de distancia mató a 19 e hirió a más de 70 personas. Once años después las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) fracasaron en un complot para matar a Uribe.
Uribe y la FARC son enemigos acérrimos desde que el ex presidente – con la ayuda de Estados Unidos – le declarara la guerra frontal al grupo terrorista más longevo del hemisferio. Uribe quería acabar con el narcotráfico y con los terroristas que los protegían.
Uribe no es un hombre de titubeos. El cree que a la FARC hay que derrotarla en las selvas de Colombia. Durante su mandato del 2002 al 2010 criticó fuertemente y con frecuencia a Hugo Chávez, quien gobernaba en forma autoritaria a Venezuela. Al terminar su segundo mandato y no poder volver a elegirse constitucionalmente, Uribe escogió como candidato a su ministro de defensa, Juan Manuel Santos, quien tenía a su cargo ejecutar su política de mano dura contra la FARC.
Santos era el hombre indicado. Era aliado de Uribe y nunca había dado la impresión de que no estaba de acuerdo con el presidente. Pero al ser elegido, Santos cambio radicalmente su política. Dijo que la mejor forma de acabar con la violencia era negociando con la FARC y otros grupos armados y poco después de asumir el cargo volvió a establecer las relaciones diplomáticas con la Venezuela de Chávez. .
Esto irritó de sobremanera a Uribe quien inmediatamente empezó a criticar a su ex protegido. Los dos se convirtieron en enemigos políticos.
Santo, comenzó conversaciones con representantes de la FARC en noviembre del 2012 en La Habana. Su popularidad se disparó a más del 70 por ciento. Los colombianos estaban cansados de la guerra y las expectativas de lograr un acuerdo eran enormes. Uribe no se ha cansado de criticar la política de apaciguamiento.
Han pasado 18 meses y las conversaciones todavía continúan. La popularidad de Santos ha mermado y en las elecciones del domingo pasado quedó en segundo lugar. Oscar Iván Zuluaga, ex ministro de finanzas bajo Uribe, quedó en primer lugar con más de 400,000 votos de ventaja sobre Santos.
Aunque todavía Santos y Zuluaga tienen que ir a una segunda vuelta el 15 de noviembre, la derrota del actual presidente fue una sorpresa. Todas las encuestas decían que Santos quedaría en primer lugar y que Zuluaga, el candidato de Uribe quedaría en un rezagado segundo lugar. Pero los ataques incesantes de Uribe y Zuluaga debilitaron aún más a Santos.
Zuluaga sacó el 29,3 por ciento de los votos y Santos el 25,7 por ciento. Santos cree que puede ganar en la segundo vuelta con el apoyo de alguno de los otros tres candidatos que fueron a la primera ronda.
De nuevo los expertos dicen que Zuluaga no puede ganar. Los candidatos derrotados que creen en las negociaciones con la FARC deben darle su respaldo a Santos. Y si esto sucediera, Santos ganaría un segundo período como presidente de Colombia.
Pero las cosas no van a ser fácil. Las conversaciones de paz en La Habana apenas han llegado a un acuerdo en tres de los seis puntos a negociar. Todavía el gobierno y la FARC no se han puesto de acuerdo en que hacer con los comandantes de la guerrilla acusados de cometer crímenes durante las hostilidades. Tampoco han decidido si los miembros de la FARC podrían en un futuro postularse a cargos políticos.
Santos dice que cualquier acuerdo con la FARC va a ser sometido a un plebiscito en Colombia. Zuluaga, si embargo, replica que “Nosotros (los colombianos) no podemos permitir que la FARC decida nuestro destino desde La Habana”. Las encuestas dicen que la mayoría de los colombianos quieren el fin de la guerra. Lo que no está claro es si quieren un fin de la FARC en el campo de batalla o prefieren una paz negociada.
Santos quiere que las conversaciones de paz continúen. Zuluaga, con el apoyo de Uribe, quieren derrotar a la FARC en las selvas de Colombia.
Zuluaga y Uribe dicen que la FARC nunca ha estado más vulnerables. Ellos creen que con una nueva ofensiva mas pueden terminar una guerra que ha durado más de medio siglo. Ellos no continuarían las negociaciones de paz.
Los colombianos decidirán el camino a seguir el 15 de junio. De nuevo Santos es el favorito. Pero no den por descontado que Zuluaga pueda sorprender de nuevo
Uribe y la FARC son enemigos acérrimos desde que el ex presidente – con la ayuda de Estados Unidos – le declarara la guerra frontal al grupo terrorista más longevo del hemisferio. Uribe quería acabar con el narcotráfico y con los terroristas que los protegían.
Uribe no es un hombre de titubeos. El cree que a la FARC hay que derrotarla en las selvas de Colombia. Durante su mandato del 2002 al 2010 criticó fuertemente y con frecuencia a Hugo Chávez, quien gobernaba en forma autoritaria a Venezuela. Al terminar su segundo mandato y no poder volver a elegirse constitucionalmente, Uribe escogió como candidato a su ministro de defensa, Juan Manuel Santos, quien tenía a su cargo ejecutar su política de mano dura contra la FARC.
Santos era el hombre indicado. Era aliado de Uribe y nunca había dado la impresión de que no estaba de acuerdo con el presidente. Pero al ser elegido, Santos cambio radicalmente su política. Dijo que la mejor forma de acabar con la violencia era negociando con la FARC y otros grupos armados y poco después de asumir el cargo volvió a establecer las relaciones diplomáticas con la Venezuela de Chávez. .
Esto irritó de sobremanera a Uribe quien inmediatamente empezó a criticar a su ex protegido. Los dos se convirtieron en enemigos políticos.
Santo, comenzó conversaciones con representantes de la FARC en noviembre del 2012 en La Habana. Su popularidad se disparó a más del 70 por ciento. Los colombianos estaban cansados de la guerra y las expectativas de lograr un acuerdo eran enormes. Uribe no se ha cansado de criticar la política de apaciguamiento.
Han pasado 18 meses y las conversaciones todavía continúan. La popularidad de Santos ha mermado y en las elecciones del domingo pasado quedó en segundo lugar. Oscar Iván Zuluaga, ex ministro de finanzas bajo Uribe, quedó en primer lugar con más de 400,000 votos de ventaja sobre Santos.
Aunque todavía Santos y Zuluaga tienen que ir a una segunda vuelta el 15 de noviembre, la derrota del actual presidente fue una sorpresa. Todas las encuestas decían que Santos quedaría en primer lugar y que Zuluaga, el candidato de Uribe quedaría en un rezagado segundo lugar. Pero los ataques incesantes de Uribe y Zuluaga debilitaron aún más a Santos.
Zuluaga sacó el 29,3 por ciento de los votos y Santos el 25,7 por ciento. Santos cree que puede ganar en la segundo vuelta con el apoyo de alguno de los otros tres candidatos que fueron a la primera ronda.
De nuevo los expertos dicen que Zuluaga no puede ganar. Los candidatos derrotados que creen en las negociaciones con la FARC deben darle su respaldo a Santos. Y si esto sucediera, Santos ganaría un segundo período como presidente de Colombia.
Pero las cosas no van a ser fácil. Las conversaciones de paz en La Habana apenas han llegado a un acuerdo en tres de los seis puntos a negociar. Todavía el gobierno y la FARC no se han puesto de acuerdo en que hacer con los comandantes de la guerrilla acusados de cometer crímenes durante las hostilidades. Tampoco han decidido si los miembros de la FARC podrían en un futuro postularse a cargos políticos.
Santos dice que cualquier acuerdo con la FARC va a ser sometido a un plebiscito en Colombia. Zuluaga, si embargo, replica que “Nosotros (los colombianos) no podemos permitir que la FARC decida nuestro destino desde La Habana”. Las encuestas dicen que la mayoría de los colombianos quieren el fin de la guerra. Lo que no está claro es si quieren un fin de la FARC en el campo de batalla o prefieren una paz negociada.
Santos quiere que las conversaciones de paz continúen. Zuluaga, con el apoyo de Uribe, quieren derrotar a la FARC en las selvas de Colombia.
Zuluaga y Uribe dicen que la FARC nunca ha estado más vulnerables. Ellos creen que con una nueva ofensiva mas pueden terminar una guerra que ha durado más de medio siglo. Ellos no continuarían las negociaciones de paz.
Los colombianos decidirán el camino a seguir el 15 de junio. De nuevo Santos es el favorito. Pero no den por descontado que Zuluaga pueda sorprender de nuevo