El anuncio de que Estados Unidos cancelaba el acuerdo negociado durante tres años por las Grandes Ligas y la Federación Cubana de Béisbol (FCB) trajo alivio para quienes denunciaron la negociación porque legitimaba a una entidad del régimen y sometía a los talentos de la isla, y frustración para los peloteros y los amantes del béisbol en Cuba que soñaron verse en la Gran Carpa.
El Departamento del Tesoro estadounidense consideró la anulación del acuerdo tras valorar que implicaba transacciones financieras que violaban el embargo, al contemplar que una porción del contrato (entre un 20 y 25 % por la liberación de los jugadores) fuera destinada a la entidad estatal controlada por el Instituto Nacional de Deportes Educación Física y Recreación (INDER).
"Un pago a la Federación Cubana de Béisbol es un pago al Gobierno
de Cuba", dijo la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC).
Por su parte el vicepresidente de la MLB, Michael Teevan, dijo que su organización "respeta el objetivo del acuerdo, que es poner fin al tráfico humano de los jugadores de béisbol de Cuba".
El senador Marco Rubio aplaudió la decisión de la Casa Blanca y recordó que los peloteros cubanos recurren al tráfico de personas para entrar a EEUU precisamente porque el régimen no les permite salir de la isla; que La Habana quiere cobrar por permitir la salida de un jugador y que esa tajada es para el gobierno y no para un equipo como en Japón y otros países.
El republicano mencionó además que uno de los directivos del béisbol en Cuba es Antonio Castro, hijo del dictador Fidel Castro.
Rubio explicó que la decisión de la administración Trump es legalmente correcta porque sería ficticio declarar que la FCB no es una entidad del régimen y, finalmente, propuso que una solución al problema del tráfico humano que involucra a peloteros cubanos es que el régimen les permita viajar a EEUU sin cobrar una comisión de por medio.
Ahí coinciden el senador y el comunicador independiente Iván García; éste último con décadas de trabajo en el periodismo de calle que lo hacen un gran conocedor de la opinión pública en Cuba.
“Se puede negociar directamente con los propios jugadores”, sugirió García, invitado al programa Esta Semana de Televisión Martí, conducido por José Luis Ramos.
“En el mundo moderno todo el que sigue el deporte sabe que Neymar Junior y Leonel Messi, están representados por sus padres. Pudiera buscarse una manera de que los propios jugadores negocien con MLB”, propuso el experimentado periodista y acotó que así no acaba como una prohibición de EEUU, sino que la “pelota” queda en campo cubano y en manos de la federación cubana.
Sería un asunto de “si la federación quiere o no”, apuntó García, quien describió el gran descontento que ha generado la cancelación del acuerdo entre la afición beisbolera.
La apreciación que tiene la gente en la famosa Peña del Parque Central y en la calle en general es que “los que más pierden son los peloteros”, dijo.
Eso mismo piensa el cerrador de los Yankees de Nueva York, Aroldis Chapman, quien declaró a ESPN su pesar por la cancelación del acuerdo: "Me siento mal por esos jóvenes peloteros que probablemente no tendrán la misma oportunidad de jugar aquí".
"Definitivamente es difícil para muchos jugadores cubanos que no están jugando a este nivel aquí en los Estados Unidos. Pero la forma en que llegamos aquí fue difícil, por decir lo menos", dijo el pitcher holguinero que tras al menos dos intentos, logró abandonar en 2009 el equipo nacional de béisbol en un torneo en Rotterdam.
El periodista José Antonio Évora también apuesta a que una negociación directa entre MLB con los peloteros cubanos sería la solución ideal, “en caso de que el gobierno de Estados Unidos lo acepte y el régimen de Cuba esté dispuesto a permitirlo”.
El trato sin intermediarios con los atletas y los peloteros evitaría que salgan de la isla en manos de los llamados lancheros a un tercer país donde esperan ser traídos como agentes libres a EEUU, explicó Évora.
Para el periodista de Radio Martí, con el fin de la negociación “lo que está haciendo el gobierno de EEUU es diciendo que hay que cumplir la ley”.
“Es otra manera de decir que existe una ley que establece un embargo comercial y la negociación con una institución que representa al gobierno cubano viola esa ley”, recordó Evora.
[Redactado por Isabel Espronceda con información del Programa Esta Semana de Televisión Martí, ESPN y Washington Post]